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La lampara encendida

Agua y vida

Agua y vida

Foto Oliver Duch/Heraldo

Siempre creímos que el agua sale de los grifos, podíamos bañarnos cuando nos apetecía y darnos un chapuzón en la piscina. Se nos olvida que cuando nuestras abuelas, en muchos pueblos, se iba por agua a la fuente, y a lavar a la charca o al arroyo más próximo. Y aunque la hubiera en casa, se la traía en el botijo, mucho más fresca. Que también al abuelo le gustaba más el vino en bota y en porrón.

Y hay países, hoy mucho más cercanos por la globalización y los movimientos migratorios, sin agua en las casas. En los que niñas y mujeres tienen que ir a buscarla a kilómetros. Eso si no hay guerra o inundaciones. “Llueve inmisericorde, gota a gota, / sobre el cráneo hendido de los ángeles; / y palomas manchadas / llevan ramitas rotas en el pico de sierra afiladísima” (Pájaros de silencio).

La historia de la vida es la historia de las aguas, los  ríos, afluentes y embalses, de una  comunidad. Nada que ver la crecida catastrófica del Ebro, y sus zonas urbanas y rurales y de cosecha de 2018, con la sequía extrema de estos dos últimos años. Habrá que tomar ducha en vez de baño, cerrar mientras nos lavamos los dientes, caminar un poco más hasta encontrar una piscina abierta. A ver si los gobiernos ponen también su grano para que esto no siga calentándose y esté que arda. Cuarenta grados a finales de abril es de locura colectiva.

Girasol, cereales, leguminosas, maíz, alimentos para animales de granja y domésticos, productos lácteos… ¿Tendremos leche y pan? Primero la pandemia, luego la guerra, hoy la sequía. ¿Los siete años de las vacas flacas? ¿Las diez plagas de Egipto? Ahora nadie sueña en metáforas bíblicas, pero los temores y tanto sufrimiento permanecen.

“Conversión del agua en sangre; plaga de ranas; plaga de mosquitos (piojos o pulgas); plaga de tábanos (moscas); peste del ganado; úlceras; granizo ígneo; plaga de langostas; tinieblas y muerte de los primogénitos”. Contaminación de las aguas, picaduras de insectos, enfermedades e infecciones, erupción de volcanes, noche oscura. Son relatos del Éxodo, no titulares periodísticos de esta primavera.

Lo cierto es que somos agua: “Fueron muriendo estrellas, reproduciéndose / los seres sublunares por esporas. / Y un día, a años luz del primer fogonazo, / me supe sumergida y eternamente amada: / mi madre estaba a punto de alúmbrame” (Tránsito). No es una cuestión de mínimos.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 14 de mayo de 2023).

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