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La lampara encendida

Otoño

Otoño

Me siento bien dentro de mi corteza,
con algunas hojas amarillas
y el corazón en sepia, por ese polvo de oro
que nos dejan la vida y sus crisoles.
Me voy sintiendo a gusto en cada cicatriz
que han grabado los hielos, las orugas,
las ramas desprendidas
tan prematuramente. Las ausencias.
Agradezco a la luz, sutil metamorfosis
de crepúsculos y brotes sublunares,
para calmar mi sed de plenitud.
Presiento la estación de los despojos,
de los ocres penúltimos, antes de que la lluvia
nos transfigure en tierra y humus cálido.
Pero antes
de reposar eterna en otro círculo,
han de seguir creciendo mis raíces
hacia un cielo más hondo, más auténtico.

(Ahora que calienta el Corazón. Poemas a las estaciones del año, Madrid, Editorial Verbum, octubre de 2017)

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