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La lampara encendida

Niños migrantes

Niños migrantes

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Hace unos días, con la llegada del Aquarius, se me quedó la imagen de una niña pequeña, morenita, en brazos de su mamá. Todos le hacían gracias y carantoñas. ¡Estaba para comérsela! Me recordó de pronto a mi sobrinita de ocho meses. Y es que los bebés no saben de fronteras, su lenguaje y su forma de querernos son universales.

Días después, la tele nos mostraba uno de esos centros aislados del mundo, en la frontera de Estados Unidos y México, en los que a los pequeños se les aparta de sus padres y del resto de la familia sin papeles. Debía de ser un centro privilegiado, contaba con salones, comedor, servicios, dormitorios y hasta un plan de estudios. Con lo que no contaban los menores era con un futuro cierto a corto plazo. De espaldas a la cámara, comiendo en una de las mesas, un muchacho en silla de ruedas. Me recordó mi infancia, mi juventud, mi desarrollo hasta ahora.

Aún nos faltaba por ver. Estaban hacinados entre rejas o, mejor, alambradas, al otro lado de la dignidad. Llorando a pulmón partido, gimoteando, cansados de tanto insistir, o con berridos y alaridos casi de bestia humana. Sintiendo cómo se desgarraba, acaso para siempre, su inocencia. Y la súplica tímida y pertinaz de otra niñita: “Quiero ver a mis padres. Pero dejadme, por lo menos, estar con mi tía, por favor”. Y otra vez yo y mis tíos, con cinco, seis, siete, ocho años. El espejo interior tampoco sabe de países.

Veo a esos pequeños que a veces se nos cruzan en las calles. Y ahora ya no tanto, quizá lo hayan prohibido, pero antes pedían con papá. Y veo a esos graciosos morenitos de cabello ensortijado, en su carrito o de mano de mamá, cubierta la cabeza por un velo, como nuestras abuelas y bisabuelas. Y a los hijos de mujeres latinas, de otros países de África o de Europa del Este. Y luego mira a mis sobrinos, los mayores y los más pequeños, a los hijos de primos y amigos, y comprendo la brecha que se abre entre nosotros. Hijos de Dios, Alá o Jehová, nuestro origen y destino es diferente.

Europa necesita etnias jóvenes, y Trump ha prometido… Pero, antes, miraremos a la Luna.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Con DNI", viernes 22 de junio de 2018).

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