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La lampara encendida

Analíticas

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Foto Efe

Dos negativos son suficientes para sabernos sanos del Covid-19. ¿Cuántos análisis van a ser necesarios para ver repuntar la sociedad?

Hablan de la recesión de 2008, y eso en un “burbuja” europeo. Se cierran guarderías, colegios y universidades; el teletrabajo vuelve a estar de moda; se vacían los súper. ¿Será casualidad la falta de papel higiénico? No creo que lleguemos a altas sanciones económicas o a la cárcel, pero por si las moscas…

Da miedo hasta ir a por recetas. Y mejor curarte en salud y quedarte en casita, no sea que el bichito ande en el aire y haya que empezar con pruebas, mascarilla… y comunicarnos con la familia por teléfono del dormitorio celda a la cocina.

Aunque con tanto tiempo en el hogar las relaciones de pareja cambian. ¿Pudiera ser que aumente la violencia? Lo cierto es que la creatividad es buena compañera: compartir el Netflix, una lectura, o esa conversación con nuestros hijos que siempre procrastinamos a un mejor momento.

Eventos deportivos de primera, Copa del Rey, los viajes del Imserso, aplazados. Las Fallas, el museo del Prado o el Congreso no se cerraban desde los años 30. ¿Cuándo Semana Santa no ha dependido exclusivamente de la luna? Ámbito Cultural o la Fnac, Ediciones B, el teatro de las Esquinas, presentaciones en varias librerías. ¿Los cines? ¿El Auditorio?

La concepción del ocio comienza ya a mutar. Más tiempo para nosotros y los nuestros, ¿Y si nos planteamos traer a casa a los abuelos? La oración también a puerta cerrada, como pidió Jesús. Una buena ocasión para la introspección y sacar el trasfondo del lado positivo.

La industria farmacéutica, los canguro, la comida encargada a domicilio, acaso ganen enteros. Pero al final la danza de la muerte, o de la vida auténtica. Y salimos mucho mejor parados que Pericles en la peste de Atenas, los mongoles en la peste  negra del XIV o todos los soldados y civiles en la gripe española del 18. Y más íntegros que con el SARS, el MERS o el ébola.

Impresionan las incineraciones. Entonces ya nadie puede decidir, ni ser acompañado por sus deudos. “Estoy reconciliada con la tierra, / lo estuve con la vida, lo estaré con la luz” (Pájaros de silencio). Ya lo dijo Francisco de Quevedo: “su cuerpo dejará, no su cuidado; / serán cenizas, mas tendrá sentido; / polvo serán, mas polvo enamorado”. ¡Si pudiéramos sacar su ADN!

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", viernes 13 de marzo de 2020).

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