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La lampara encendida

Rafa Nadal

Rafa Nadal

Foto Agencias

Campeón de 20 torneos de Grand Slam, acaba de conseguir el décimo tercer Torneo de Roland Garros –el primero en 2005–; el Campeonato de Wimbledon en dos ocasiones, el Abierto de Australia y el Abierto de Estados Unidos cuatro veces. Ha logrado con España la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín en modalidad individual y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 en modalidad de dobles junto a Marc López.

Sus ágiles y seguros movimientos volvieron a provocarnos un placer inexpresable el pasado día 11 en la pista parisina. Su decimotercer Roland Garros le ha valido el vigésimo título del Grand Slam, con el que empata con el suizo Roger Federer en este año tan difícil. “Bueno, estoy contento, claro, pero a la vez triste por toda la gente que está sufriendo”, declaraba a televisión.

Su mismo contrincante, serbio Novak Djokovic, lo reconoce: “Eres el rey de la tierra y lo he sufrido en mis carnes”. Ni las condiciones atmosféricas ni la pandemia parecen derrotarlo. Y sin embargo, es un hombre que sufre, se enamora y al que le gusta celebrar con amigos. “Somos latinos, propensos a reunirnos y a los abrazos, y en estos largos meses no ha podido ser. Se echa de menos”.

Lo llaman “soberano de los cielo”, pero está con los pies en la tierra, batida o no. “Bueno, me hacen halagos, pero cuando estás en esto sabes que hoy pueden alzarte y mañana hundirte por los suelos. Lo importante es seguir tu camino”. Trabajo, inteligencia, constancia, y un apostar por un más difícil todavía. ¿Las claves de su éxito?

Y también medir las distancias, sobrellevar lesiones y obstáculos externos, calcular. “¿El Australia? Este año es más complicado. Si hay que guardar cuarentena para ser un ciudadano y un deportista más, hay que pensárselo”.

Jugador internacional del Equipo de Copa Davis de España desde 2004, habiéndose alzado con el triunfo en cinco ocasiones. En otras cinco terminó el año siendo el tenista número 1 del mundo en el ranking ATP. Se encuentra en el segundo lugar histórico en títulos de Masters 1000 en modalidad individual… Nada comparable a su labor y la de su esposa en la Fundación: atender a jóvenes discapacitados, integrar a menores vulnerables, promocionar el talento deportivo.

En las culturas clásicas, los dioses son superiores a los hombres. En la nuestra, se encarna, se humaniza.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", viernes 16 de octubre de 2020).

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