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La lampara encendida

La discapacidad en África. Un reto a la vida

La discapacidad en África. Un reto a la vida

Foto: álbum de Vanessa

Hermine Vanessa Essiben, camerunesa y española

La discapacidad en África. Un reto a la vida

Hija de una madre con diversidad sensorial, enfermera. Salió de Duala hace quince años y vio que existen otros mundos, más allá de las calles donde viven, mendigan y mueren tantos niños, adultos y ancianos con alguna diferencia. Su vida, un modelo a seguir. Su relato eriza el corazón.

María Pilar Martínez Barca

Los niños de la calle

 “En Camerún, tener un hijo con discapacidad es algo terrible, por la mentalidad africana, una maldición, un mal de ojo. Los padres lo echan de casa y, si nadie lo recoge, termina mendigando en la calle”. ¿Y el quien puede por su limitación? “Muere. El caso de las niñas es peor, muchas no sobreviven”.

Se vino para Francia y España, hasta asentarse en Zaragoza. Ha trabajado en las cosas más variopintas: hostelería, relación de empresa… –le encanta la cocina–. En 2011 fundaría la Asociación Sawa O Pagnya, de la que sigue siendo presidenta. Trabajan la “atención urgente a menores con discapacidad física, sensorial e intelectual, en situación de vulnerabilidad y en riesgo de abandono familiar, en Camerún y España”. Se integra a su vez en la Red AfricAgua, distintas ONG aragonesas que colaboran con el continente africano.

Sawa es el nombre del dialecto y la tribu de etnia bantú donde nació Vanessa, en la costa camerunense. “Aquí he trabajado en todos los sectores, pero no me llenaba. Me faltaba algo que tenía pendiente desde mi infancia: crear una asociación para niños discapacitados, porque mi madre es sorda”, nos comenta en la presentación de “Allez Douala!”, anticipo del documental que va a realizarse en la capital –colgado en Youtube–. Su padre fallecía hace dos años. Su hermano sigue viviendo en Camerún.

Continuamos charlando en la cafetería, donde hemos quedado. ¿Qué es más difícil aceptar, una discapacidad física o intelectual? “Las dos. A los discapacitados intelectuales los ven como endemoniados, los aíslan, los atan y llevan con cadenas arrastrándoles. Es horrible. Nuestro Centro en principio será para niños con diversidad funcional física”. ¿Y un hijo cuya discapacidad le sobrevenga, que no es de nacimiento? “Tampoco se le acepta; si está así, algo habrá hecho. Además, allí no hay nada acondicionado, los edificios y las calles están muy mal, no tienen ni sillas de ruedas. Van a rastras por el suelo, el que puede. No saben cómo tratarlos. ¿Para qué ayudarle si no va a ser nada en la vida?”.

¿Y las niñas? “Las niñas y las mujeres son las peor paradas. Se  les hace de todo, se las viola… En fin. Y los hombres suelen dejar a la mujer con un hijo con problemas”. ¿También a los adultos y ancianos que tienen una dependencia debida a la edad? “También”.

Y los hijos abandonan a sus padres con límites, Vanessa se sabe diferente. “Yo me siento orgullosa de mi madre, Emma, logró formar una familia. Ahora vive conmigo, y se defiende, aunque al mercado hay que acompañarla. Sé que tengo un mensaje que transmitir”. Igual que Caryna Tankoua, que, pese a todo lo pasado, acaba de sacar un single, “Jesús Divin Sauveur”, cantando su experiencia –nombre artístico, Karine–. O que Samuel Tulag, que quedó parapléjico al caer de un árbol y se ha reinsertado en la sociedad gracias al estudio y el baloncesto.

Un puente entre dos mundos

“Aquí podéis moveros, salir, estudiar, realizar actividades. Vi que se podía hacer algo por los niños y niñas de mi país”. ¡Y vaya si lo hizo! Galas, congresos y encuentros con las diferentes asociaciones de AfricAgua, jornadas gastronómicas camerunesas, desfile de trajes tradicionales africanos, Concierto Verde –por lo de la esperanza–, cursos formativos, presentaciones literarias, medios de comunicación, donaciones públicas y privadas… campeonatos deportivos. “El deporte como idioma común, para solidarizar a la gente, que nos apoye en nuestra campaña Ladrillo Solidario”.

El deporte y las campañas de recogida de dinero y material son ejes esenciales cara a la construcción de un centro residencial y ocupacional para niños con diversidad funcional en Duala, capital de Camerún. “Tenemos la campaña No tires nada, unida a la de Árbol de Navidad. Cada diciembre llevamos juguetes, regalos y ropa y materiales de primera necesidad, a más de doscientos niños y niñas de Duala y Yaundé; y medicamentos para personas mayores. La transparencia y seguridad de que llegan es absoluta”. Una alegría colectiva inmensa con un pequeño gesto individual. Y el Proyecto de Apadrinamiento de niñas y niños con discapacidad; o algunas tiendas solidarias.

Están también los viajes solidarios, nacionales e internacionales, de concienciación. Vanessa me invita al viaje solidario que cada año realizan a Camerún. “Es entre octubre y noviembre, en temporada baja, más económico. Si trabajas, son seiscientos euros; para un desempleado, trescientos cincuenta. Ahí entra todo: pasaporte, vacunas, transporte, alojamiento. Aunque allí está muy mal, nosotros vamos a un centro accesible, y más si viene una persona con diversidad. Si vienes, yo te ayudo. Sería importante para aquellos niños”. Dos semanas. Vanessa me comenta que ella prolongará su estancia, para continuar filmando el documental y concienciar mejor a los españoles de aquellas duras realidades.

Los dos países están colaborando estrechamente a través de la Asociación. En España, se facilita la acogida e integración de personas inmigrantes recién llegadas; se fomenta el deporte, como herramienta de integración, motivación y superación; se sensibiliza en colegios, centros universitarios, entidades privadas, etcétera; se colabora con agentes sociales, organizaciones no gubernamentales, culturales… que tengan en común la atención a personas con diversidad funcional. En Camerún, se atiende y da acogida a niños y niñas desprotegidos y abandonados en la calle; se ofrece un servicio socio-sanitario y un refugio temporal a menores discapacitados que han sufrido cualquier tipo de violencia o rechazo familiar; se capacita a las familias en su deber de atender a sus hijos con capacidades diferentes; se da a conocer al gobierno camerunés la labor de Sawa.

“En el documental que preparamos se va a ver el trabajo social que están haciendo los aragoneses cameruneses en Camerún”. Además de Zaragoza, Sawa O Pagnya tiene sedes españolas en Madrid, Vitoria y Castellón.

Un euro, un ladrillo, un corazón

“Ya solo sacarlos de la calle y que tengan un lugar donde sean acogidos, asistidos y tengan una alimentación, es muy importante. El día que vea el centro veré mi sueño cumplido”. En Camerún existen otros centros especiales, como el Centro IDAV (Institución para Discapacitados Auditivos y Visuales), en Duala; o el Centro de Discapacitados de Etoug–Ebe, en Yaundé. “El nuestro será un centro Residencial y Ocupacional, ya que en Camerún faltan centros especiales, adaptados y accesibles a las necesidades de estos niños, y los pocos que hay carecen de medios y son privados, y la mayoría de los niños, pobres, huérfanos y abandonados, no tienen acceso a la educación”.

La forma de ver hecho realidad ese sueño es sencilla, y a la vez costosa. Nos la explica Vanessa. “A través de las campañas y los eventos que hacemos, o de donaciones particulares, cada euro que da una persona es un ladrillo, para la construcción del centro”. De ahí la Campaña Ladrillo Solidario. “Sí. La alcaldesa de Duala, doña Françoise Fonning, es madrina del Proyecto. Está muy concienciada. Y a mí me nombró representante del Ayuntamiento en materia de discapacidad. Por cada euro que me des, te daré un ladrillo en forma de corazón, que es un imán para que lo pongas en tu nevera”.

Prevención, atención psico-social y educativa, apoyo y asesoría laboral y emocional. Los principios que impregnan la Asociación Sawa y el futuro centro son autoestima, solidaridad, respeto, responsabilidad, integridad, voluntariado, seguridad, igualdad, honestidad, equidad, participación social. En Camerún, hay leyes que apoyan y protegen a las personas con diversidad funcional, pero no se cumplen”, denuncia la Presidenta. Los objetivos, favorecer la plena integración de niños y niñas con discapacidad física, intelectual y sensorial; mejorar su calidad de vida; defender sus derechos como personas; eliminar los prejuicios sociales que originan la marginación y exclusión de este colectivo.

Algunos han logrado superarlo. Como Hermine Vanessa, que ha aceptado a una madre con discapacidad. Como Caryna, que, desde la marginalidad y después en el centro de Etoug-Ebe, ha podido sacar al mercado su primer disco (sueña con ser cantante). Como Samuel, que en su silla de ruedas –todo un privilegio ya tenerla– se ha ido superando gracias al deporte, ha estudiado Ciencia Matemática Terminal y Gráficos por ordenador y vive en una habitación con su familia –sí, en una habitación–. Quedan muchos ladrillos que encajar.

En Internet: www.sawaopagnya.org. También en Facebook.

 

SUMARIOS

“El caso de las niñas es peor, muchas no sobreviven”

Una alegría colectiva inmensa con un pequeño gesto individual

“Cada euro que da una persona es un ladrillo, para la construcción del centro”

(Humanizar, Nº 137 --Madrid, noviembre-diciembre 2014--).

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