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La lampara encendida

Refugiados

Refugiados

Foto: Heraldo -- Acnur

Refugiado, “persona que, a consecuencia de guerras, revoluciones o persecuciones políticas, se ve obligada a buscar refugio fuera de su país”, palabra del 2015 para la Fundación del Español Urgente (Fundéu), frente a excentricidades ya usuales gracias a las redes: “trotear”, “zasca” o “clicktivism” –nueva forma de solidaridad a golpè de ratón–. También Porto Editora la seleccionaba en Portugal, a pocos ovotos de “terrorismo”.

Los movimientos humanos no son de hoy. El evangelista Lucas nos habla de la Siria romana: “En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria” (Lc. 2, 1-2). Mateo, de la huida a Egipto y la matanza de los inocentes: “Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años” (Mt. 2, 16).

Diez siglos antes, según Plutarco en Vida de Licurgo, en Creta se practicaba la matanza eugenésica: “… nada más nacer, el niño era examinado por una comisión de ancianos en la Lesjé, para determinar si era hermoso y de constitución robusta. En caso contrario, se le llevaba al Apóthetas, una zona barrancosa al pie del Taigeto, donde se le arrojaba o abandonaba en una cima” –algunos estudiosos intentan desmentirlo–.

La actual es la mayor diáspora desde la II Guerra Mundial, aunque miles de refugiados se queden en el conflicto. Y recordaba la espeluznante narración de Rosa Montero en La loca de la casa: “… se llamaba Hurbinek y era un crío que murió en Auschwitz cuando tenía tres años de edad. Estaba solo, sin padre, sin madre. Tenía las piedras deformadas y paralizadas, había pasado por las sádicas manos de Mengele y no sabía decir ninguna palabra, aunque no era mudo”.

La historia se repite si se olvida. El Estado Islámico ordena a clérigos “matar a los recién nacidos con síndrome de Down y malformaciones congénitas y a los menores de edad discapacitados”. ¿Algo más doloroso? Acoger a refugiados de tu propia nación por motivos políticos.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Con DNI", vierrnes 15 de enero de 2016).

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