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Los nuevos universitarios

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Foto José Miguel Marco / Heraldo

No hubiera sido capaz en estos momentos de aprobar el examen de Historia de España de la EVAU (Evaluación de Admisión a la Universidad). No tengo recientes temas como el Neolítico, la invasión musulmana o el Imperio de los Austrias… Menos aún en materias de Ciencias, Ciencias Sociales o Artes aplicadas. Algo más me hubiese defendido en Educación Literaria y Comunicación escrita, dentro de Lengua Castellana y Literatura –con “y” griega–, a través de textos de Irene Vallejo, Mario Vargas Llosa o Luis García Montero.

Mi segundo sobrino y ahijado, Jorge, ha elegido un camino muy diferente al de esta profesora cebolletas en Letras que nunca ejercería: Bachillerato Tecnológico. Las pruebas en las troncales, incluido Inglés, más Matemáticas, Física y Dibujo Técnico, junto a la media, le han valido una buena nota en su ingreso a la Universidad. Un ingeniero más en la familia.

Con la EVAU de su hermano Juan, hace dos años, le unen muchas cosas: una parecida elección; la prohibición de móviles y materiales electrónicos e impresos no propios del examen… Y otras le diferencian: la prueba en el instituto, distancia interpersonal, mascarilla, hidrogel, desinfección del aula. Y, sobre todo, casi un curso completo, el pasado, no presencial.

Ahora que empezamos a salir de una crisis sanitaria atroz, entrar en la Universidad supone garantía de futuro. Carreras humanísticas, sociales y artísticas, aportan un gran servicio; amén de valores, belleza y cultura, no menos imprescindibles. En Ciencias el abanico es amplio, de lo bío-sanitario, pasando por las matemáticas de empresa, la enseñanza o la investigación, a la tecnología.

Hacen falta psicólogos, más atención en las residencias, investigadores excelentes. El campo de la Ingeniería Informática da para mucho: nuevas aplicaciones para las necesidades más actuales, dispositivos adaptados, avances en medicina… “La juventud es consciente de que se enfrenta a un mundo más complejo e inestable. En tiempos difíciles se agudiza el ingenio” (Estanislao Nistal, virólogo y profesor).

De pequeño, Jorge decía: “Inventaré una vacuna para no morirnos nunca”. Al menos, este año lo han celebrado en Salou.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domigo 20 de junio de 2021).

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