Des-escalada
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Escalada, ‘acción y efecto de escalar’, y escalar, ‘subir o trepar por una pendiente a gran altura’, y añade: ‘subir, no siempre por buena artes, a elevadas dignidades’; aunque también ‘aumento rápido y por lo general alarmante de algo, como los precios, los actos delictivos, los gastos, los armamentos’ (Diccionario de la lengua española).
Des-, prefijo que ‘denota negación o inversión del significado de la palabra simple a la que va antepuesto’, y asimismo ‘fuera de’. Es decir, unido a confinamiento, ‘acción y efecto de confinar’, y este ‘recluir algo o a alguien dentro de límites’, significaría su negación.
Normalidad, ‘cualidad o condición de normal’ –volver a la normalidad–, entendiendo por tal ‘regla que se debe seguir o a que se deben ajustar las conductas, tareas, actividades’…. Nuevo, nueva: ‘que se percibe o se experimenta por primera vez’; ‘repetido o reiterado para renovarlo’; ‘distinto o diferente de lo que antes había o se tenía aprendido’. Regreso, ‘acción y efecto de regresar, y el verbo, ‘volver al lugar de donde se partió’. Así que el regreso a la nueva normalidad sería un verdadero oxímoron, ‘combinación, en una misma estructura sintáctica, de dos palabras o expresiones de significado opuesto que originan un nuevo sentido’.
Así podríamos seguir “ad infinitum”, jugando y divirtiéndonos con las palabras, si divertirse no fuera antitético a la tragedia de miles de fallecidos, multiplicados por el número de deudos, la falta de medidas sanitarias, un curso académico perdido, los cientos de miles de empleos y negocios que ya no van a volver, el síndrome de la cabaña, la mísera precariedad económica que se nos viene encima.
Por cierto, confiemos en que el estado de alarma, “estado que se declara para otorgar poderes especiales al Estado e implica una limitación temporal de ciertos derechos cuando se produce una situación de graves consecuencias en la vida pública, como catástrofes, calamidades, epidemias, etc.”, no derive en excepción, “estado que declara el Gobierno en el supuesto de perturbación grave del orden y que implica la suspensión de ciertas garantías constitucionales”, ni sitio, “estado que, ante una agresión a la integridad del Estado, se decreta otorgando poderes excepcionales a la autoridad militar”.
Conocer el lenguaje también nos salva de la quema. Vivir para aprender.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meriadiano", viernes 8 de mayo de 2020).
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