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La lampara encendida

Héroe de no ficción

Héroe de no ficción

Foto www.elperiodico.com / Agencias

Una imagen vale más que mil palabras. Si intentásemos describir lo que puede expresar un simple gesto, no tendríamos espacio en todos los diccionarios y enciclopedias digitales de la tierra. Se abre el telón: una larga mesa y a uno y otro extremo Vladimir Putin y su primer ministro. En otra escena, Volodimir Zelenski pasándole el brazo por los hombros a su hombre de confianza. Dos cosmovisiones antípodas de la vida y la muerte.

Los Titiriteros de Binéfar, el payaso Marcelino, Teatro Arbolé. El Capitán Garfio, los zares rusos, los grandes dictadores de la Historia. Y, sin salir de casa, Madre Rafols o Agustina y las heroínas de Zaragoza frente a Bonaparte, escenificación que recreamos estos días. Un cómico de tres al cuarto, intérprete de la seria televisiva “Servidor de su pueblo” –en el papel ficticio de presidente de Ucrania–; frente a un espía de la KGB, cabeza de la guerra chechena, que llega a mandatario y a soñar con la reconquista del imperio ruso.

La tierra literalmente partida en dos por una fina línea fronteriza. Si no fuera por el desprecio de un país en lucha sin cuartel por la independencia, el propio idioma y la dignidad. Si obviásemos tanta sangre inocente por el capricho de una ideología trasnochada. La Z del Zorro, de nuestros juegos infantiles, zigzaguea en el aire, en las explosiones, en el humo que sume en la miseria a dos países y amenaza a un continente entero.

No es un juego de niños. ¿De veras los hijos de las tinieblas son más astutos? Daría para un tratado psicoanalítico y psicopatológico. Se habla de Lenin o Hitler, asesino de su propia familia y suicidado en un búnker. Mientras otros se comparan con Churchill, artífice de la paz en una Europa en guerra.

Escuchaba la “Canción del esposo soldado”, de Miguel Hernández: “Espejo de mi carne, sustento de mis alas, / te doy vida en la muerte que me dan y no tomo. / Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas, / ansiado por el plomo”. Y leía el relato “Un rey escucha”, de Ítalo Calvino: “Esperar el momento en que serás depuesto, en que tendrás que despedirte del trono, del cetro, de la corona y de tu cabeza”.

¿Ser o no ser? ¿O mantenerse en pie para sobrevivir?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 13 de marzo de 2022).

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