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La lampara encendida

Fernando Ferreró

Fernando Ferreró

Foto Heraldo

Poesía intelectual, elegante, pura, que entronca con la de Pedro Salinas, Juan Ramón Jiménez o Jorge Guillén. Ya en sus primeros poemarios –Acerca de lo oscuro (1959) y Hacia tu llanto ahogado (1960), que se refundirán en 1982 en el volumen titulado De la cuestión y el gesto– se nos muestra lo peculiar de su obra. Según Rosendo Tello, “F. Ferrero se adentra por cauces más intelectualistas y puros, (…) con poemas de corte mentalista y alejados de toda estridencia expresiva” (“Frente al espejo de Niké”, OPI-Niké. Cultura y arte independientes en una época difícil).

Preparaba mi tesina cuando el poeta comenzó a regalarme sus exquisitos libros, recortes de prensa o cartas escritas a Manuel Pinillos, desde Benicarló o Alfaro, donde ejercía como profesor; con saludos a Margarita y a su sobrina Maribel, y en las que siempre nombraba a su amada Pilar Novales.

El nuestro fue un encuentro epistolar. Mi padre se encargaba de recoger los materiales en su casa. Fui metiéndome en su mundo. Sin prisa en editar, La densidad implícita y El texto mínimo (1988), Perfiles (1988), El paisaje continuo (1989), Falacia (1992), Ácromos (1994). En 2002 reseñaba en prensa su Revisión propectiva –tan amigo del juego de palabras–: “Ser capaz de sentir es don universal. Al poeta, además, se le ha otorgado el verbo”. Se reiteraba en sus temas primordiales: el don de conocer el mundo y su esencia, y el dolor, contenido en cada arruga. “Un río serpentea / hacia lo interminable”.

En Secuencias y escenarios (2007) continúa, en el mismo paisaje, hacia la desnudez y el símbolo. En Variaciones sobre un contexto inestable (2011) leemos: “Turbulencia del barro en las hojas tardías”. Y  en Memoria (2013): “El escrito se oxida / en el húmedo lago / del recuerdo”.

En Cadencia (2015), dedicado “Como siempre, a Pilar”, parece vislumbrarse una cierta oscuridad, el ocaso de la vida. “Desearía vivir más. Estoy satisfecho de la vida”. Gracias a su Obra completa –colección Larumbe, de las PUZ– y de sus pinturas y esculturas, recogidas dos de ellas en la exposición “Iluminaciones. Imágenes, objetos y palabras en la estela de Niké” del Paraninfo, Fernando Ferreró se ha quedado en nosotros.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 4 de julio de 2021).

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