Integrismo mental
Foto: www.chavalcarcel.es
¿Qué nos está pasando? En pleno estremecimiento por las 200 víctimas del avión de los Alpes, en la Universidad de Garissa, Kenya, eran asesinados 148 jóvenes cristianos, y otros 79 bestialmente heridos, por el grupo terrorista Al Shabaab. Parece que no estaban de acuerdo con que el país enviase sus tropas a Somalia. Pocas semanas antes, en Nigeria eran masacrados unos 2000 seguidores de Cristo, sin tener tan apenas eco en los medios ni en las redes sociales.
Me meto por curiosidad en la página web de Ayuda a la Iglesia Necesitada y leo, por encima: “El día a día de un seminarista católico en Irak”; “Fallece el adolescente cristiano que fue quemado vivo en Irak”; “Cristianos perseguidos en el siglo XXI”… Cristina López Schlichting, casposa para tantos, entrevistaba a Raquel Martín, de la ONG, sobre la situación previa a la Semana Santa en Kurdistán: “He visto a un grupo de cristianos realmente aterrorizados por las sombras negras del demonio. Te dicen: He perdido todo menos la fe”.
Lo vemos demasiado lejos, en coordenadas y en creencias. Hasta que el estupor vuelve a golpearnos en la cara cuando un vecino nuestro, de un pueblo de aquí al lado –Ejea de los Caballeros, yo sí quiero acordarme–, pretende terminar con la pareja de su hija, y luego se atrinchera a cal y canto por si las moscas. Pensaba que la historia de los Montescos y los Capuletos, o de Isabel y Diego de Teruel, estaba trasnochada.
Llevamos un cacao mental impresionante. Servidora lo respeta todo, hasta donde le llega. Pero que no me digan que la ablación del clítoris es por motivos religiosos. No suelo comulgar con ruedas de molino tan descomunales. La unidad todos la buscamos; pero de ahí a cuidar la forma en la que respiramos porque podríamos herir a un humilde mosquito… El budismo se ha puesto de moda, y algunos niños nos sorprenden asegurando que anteriormente fueron célebres personajes –ya en la carrera habíamos estudiado El Crotalón, del siglo XVI, curiosa metempsicosis de Pitagoras transfigurado en gallo–. Todo es respetable, aunque con lógica.
La confusión conduce al integrismo. “De devociones absurdas y santos amargadas, líbranos Señor” (Teresa de Jesús).
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Con DNI", viernes 17 de abril de 2015).
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