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La lampara encendida

Mi yo guerrera

Mi yo guerrera

Foto: Marga Alonso

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La fuerza de los límites

Desde mi sillón

Mi yo guerrera

Así me bautizó Rosa Montero, todo un lujazo. Nací guerrera, aunque no lo supiese hasta décadas después.

“He escuchado en la radio una noticia que podría cambiarte la vida”, me anunció mi pareja. Era la presentación en sociedad del Movimiento de Vida Independiente, con su particular cosmovisión de la existencia desde este otro lado del espejo.

Meses después, coincidía en Telemadrid con Javier Romañach, uno de sus artífices –antídoto de José Luis Sampedro–, que terminó de convertirme. “Hay dinero para lo que interesa”. “Tú no eres como todos. Todos somos diversos”. “Me invito a vuestra despedida de solteros”.

Otra vuelta de tuerca y me veía en Zaragoza creando el primer grupo de Vida Independiente. Ilusión, esperanza, ¿por qué no…? Comenzaron a arder los corazones. En Madrid, Barcelona o Guipúzcoa había dinerín. Aquí hacían oídos sordos.

Fruto de la filosofía nació la colección Joseph Merrick, bella simbiosis de literatura y diversidad funcional –ahora sale el tercer volumen–. Y un día, en El País, me encuentro la columna de Rosa: “Hoy voy a hablar de un puñado de guerreros. De héroes y heroínas tenaces y discretos con los que convivimos sin apenas darnos cuenta de que están ahí. […] Estoy hablando de la diversidad funcional”. La pequeña semilla se transformaba en árbol.

María Pilar Martínez Barca

A nuestro alcance

La nueva esclavitud

Son nuestras manos y nuestros pies. ¿Empleadas domésticas? ¿Asistentas? La crisis echó por tierra normativa y respeto.

M. P. M.

Necesitamos asistencia personal más que comer. Según normativa de las empleadas del hogar de 2012, a partir de 120 horas anuales hay que dar de alta en la Seguridad Social y cumplir con el salario mínimo interprofesional (645.30 euros al mes). Por hora suelta, no menos de 5.05 euros. A través de empresa, no baja de los 11 o 12 euros.

La realidad cotidiana es otra. Me comentaba Clement: “He hecho entrevista, en la que me ofrecían 400 euros, sin Seguridad Social, ocho horas diarias. No he aceptado, pero creo que al final cederé, porque vienen inmigrantes que piensan para no ganar nada… y aceptan esta nueva forma de esclavitud”.

Me habla de otras amigas: 300 euros por seis horas al día, de lunes a viernes –solo puede salir cuando la anciana duerme la siesta–; o limpiar un dúplex por 5 euros a la hora, más portal y escalera de todo el edificio; los limpian los vecinos y esa señora ya no puede. Me cuenta sobre otra conocida: cuatro horas de lunes a viernes, más veinticuatro horas seguidas el fin de semana, ¡por solo 200!

“Y a mi me ofrecían otro trabajo por la tarde de 2 euros a la hora. Según la señora era esperar al marido, porque lo llevan a un centro de DIA, y al regreso hay que bajarlo del coche, lavarlo y dejarlo acostado”. ¿Cambiarán las cosas con las elecciones?

Más corazón

Tutelados

“La tutela es una institución jurídica que tiene por objeto la guarda y protección de la persona y los bienes del incapacitado”. Consecuencia de un proceso judicial, está recogida en los artículos 222 y siguientes del Código Civil. Puede ser tutor una persona adulta o una institución sin ánimo de lucro… Todo políticamente correcto.

Aunque se contradiga con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU 2006), que reconoce “el derecho en igualdad de condiciones de todas las personas con discapacidad a vivir en la comunidad, con opciones iguales a las de las demás” (art. 19). Privados de derechos y de dinero… Con asistencia personal, todos podríamos manejar nuestra vida.

Más información: www.cocemfe.es.

M. P. M.

(Humanizar, «La fuerza de los límites», Nº 140 --Madrid, mayo-junio 2015--)

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