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La lampara encendida

La universidad del corazón

La universidad del corazón

Foto María Antonia

María Antonia Martín Zorraquino, catedrática de Lengua Española

La universidad del corazón

Hija de profesores, doctora en Filología Románica por la UZ, nos relata su opción por la docencia, los cambios educativos, su pasión por la lengua, los alumnos, sus contactos humanos… Un buen poema, que ayude a comprender e imaginar, antes que el wasap.

María Pilar Martínez Barca

Primera Catedrática de Lengua Española de Universidad en nuestro país. Conferenciante en universidades europeas y americanas. Directora de los Cursos de Lengua y Cultura Españolas para Extranjeros (Universidad de Zaragoza). Directora de la Cátedra "María Moliner" (Institución "Fernando el Católico", DPZ) (Comisaria de su Centenario). Académica correspondiente por Aragón de la RAE; y de las Academias Cubana, Panameña y Boliviana de la Lengua. Profesora Emérita.

Una alumna excelente

P. Sus padres fueron químicos...

R. Mi madre, María Antonia Zorraquino Zorraquino, se doctoró en Ciencias Químicas en 1929, con la tesis “Investigaciones sobre estabilidad y carga eléctrica de los coloides”. Mi padre, Juan Martín Sauras, obtuvo la Cátedra de Química Inorgánica en Santiago de Compostela en 1929 y se trasladó a la de Zaragoza en 1936.

P. ¿Ha cambiado la situación de la mujer?

R. Mi madre no consiguió de mi padre facilidades para ejercer su profesión: él no consideraba moral que ambos trabajaran en la misma universidad. Pocas mujeres eran universitarias; fueron pioneras ejemplares. La vida de la casada solía reducirse al ámbito doméstico. Hoy la mujer, que ha conquistado muchos campos, sigue en desigualdad laboral.

P.  ¿Los niños son siempre niños?

R. Veo a mis sobrinos nietos y me reconozco. Idénticas inocencia, confianza en los papás, curiosidad, espontaneidad, fantasía…; el mismo deseo de cariño; las mismas ganas de jugar… Es el tiempo de oro de la vida.

P. ¿Por qué Letras?

R. Estudiar lenguas me fascinaba. Era donde me sentía más segura. Lo entendía todo. Disfrutaba con el análisis lingüístico, el comentario de textos, el reflejo de la lengua en la cultura. Me gustaba la Filología Clásica, pero no se cursaba en Zaragoza y escogí la más cercana a mi lengua: Filología Románica. Pertenezco a la primera promoción zaragozana.

P. ¿Educamos bien hoy? 

R. Cada generación tiene sus ventajas y problemas. Había menos distancia entre la de mis padres, mi hermano (dieciséis años mayor) y la mía. Ahora los cambios van en progresión geométrica, vertiginosa. Educar así no es fácil. Pero hay valores permanentes…, que deben incardinarse en cada circunstancia.

P. Don Félix Monge…

R. Con mis padres, Félix Monge ha sido la persona que más influyó en mí. Tuve profesoras estupendas en primaria y bachillerato. Pero Monge fue mi maestro: me enseñó a investigar, a reflexionar científicamente, a ser docente eficaz. Me estimuló en mi desarrolló personal. Fue un excelente amigo.

Maestra de generaciones

P. Sus alumnos.

R. Con mis primeros alumnos era una hermana mayor (26-37 años). Luego me veían como la madre…, y a los padres hay que “decapitarlos”… Al final (55-70), era la abuela: se han mostrado mucho más cercanos… Me he sentido siempre muy a gusto entre mis alumnos (chicas y chicos).

P. ¿Qué disciplinas imparte?

R. Lengua española, a través de la gramática sincrónica –descriptiva y normativa–, y Sociolingüística. Con la Historia del Español, son materias clave para conocer nuestra lengua –actual e histórica– y su relación con las de áreas bilingües, ámbito este complejo, no por las lenguas, ni los hablantes, sino por los políticos. Las construcciones pronominales (oraciones reflexivas) y los marcadores del discurso (pero, sin embargo, en consecuencia…) son parte esencial de mis publicaciones. Dos grandes ámbitos del español: desde la gramática de Nebrija (1492), y durante los últimos cuarenta años.

P. ¿Español o castellano?

R. ‘Castellano’ es el término consagrado por la Constitución de 1978. ‘Español’ es el término, de origen quizá provenzal, con que se designó desde la Edad Media a los cristianos de este lado de los Pirineos. Con ‘español’ la RAE titula sus obras desde 1925. Es general en la enseñanza del español como segunda lengua. No conlleva marca regional. O sea: castellano Y español.

P.  ¿Muchas diferencias entre culturas?

R. Muchos gestos revelan rasgos universales. Pero también hay muchas diferencias. No solo en la estructura interna y el vocabulario de las lenguas, sino en la manera de presentarnos ante los demás.

P. ¿Su experiencia más dura?

R. Todas aquellas en las que he debido juzgar como profesional. Especialmente, en la CNEAI (Comisión Nacional de la Evaluación de la Actividad Investigadora). ¡Discrepancias graves a la hora de valorar al prójimo! A mi juicio, desde su creación, faltó claridad (irresponsablemente) sobre su repercusión. En cambio, en el Comité de Evaluación del Profesorado, en la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación), me sentí muy a gusto.

P. La más gratificante

R. El encuentro con los estudiantes que han venido a mí y me han confiado la dirección de su tesis (u otros trabajos previos). Y con los del Programa Erasmus, u otros Cursos; o con quienes me piden aval o consejo… ¡El inmenso tesoro del encuentro con quien confía en ti!

P. ¿Mejor nivel educativo?

R. Conseguimos la educación general obligatoria y gratuita en 1970. En países europeos como Francia, o Suecia, es logro del XIX. Nosotros, pese al enorme esfuerzo de la II República Española, hemos tardado mucho. Ha habido muchas reformas. Pero es vergonzoso que no haya una política rigurosa de consenso para la Educación.

P. Las nuevas tecnologías.

R. Suponen una verdadera revolución humana. Da vértigo. Un aspecto: mucho wasap, pero una comunicación superficial. Información impresionante, pero también manipulación de la gente. Prefiero el encuentro personal, cara a cara, o epistolarmente. Pertenezco a otra época.

Universidad del corazón

P. Dedicatorias a su marido, sus padres, su hermano, su maestro, sus alumnos… ¿Dónde aprendió Humanidad?

R. De unos padres capaces de cualquier sacrificio por el bienestar de sus hijos, por una educación respetuosa con los demás, basada en la superación y el esfuerzo. Mis padres, y mi hermano, deseaban de mí una persona buena, digna, honrada y trabajadora. Mi marido y yo nos identificábamos plenamente; ha sido mi mejor amigo y compañero.

P.  ¿Cuidamos de nuestros mayores?

R. Cuando nací, mi padre tenía 51 años y mi madre 44. Él murió cuando yo tenía 20. Tuve que cuidar a mi madre (una mezcla de resolución y fragilidad), con terrible osteoporosis, y a su hermana mayor, mi tía Pilar. Cuidar a los mayores es un privilegio; y la convivencia entre generaciones, esencial. El cuidado de los mayores en España presenta luces y sombras. La ayuda a la dependencia debe ser prioritaria.

P.  ¿Nos comunicamos nosotras de otra forma?

R. Mi generación ha tenido sendas formas de relacionarse, entre mujeres y con varones. Nuestra generación no tuvo acceso generalizado a la educación mixta, pero en la Universidad tuvimos oportunidad de hacer amigos. He tenido colegas excelentes. Pero no hablamos igual con unos y con otras.

P. Recuerdos especiales…

R. Recuerdo agradecida por su impresionante personalidad y sus deslumbrantes valores (en ámbitos distintos): a Ricardo Gullón, intelectual de simpatía arrolladora; a Rafael Lapesa y a su esposa; a Emilio Alarcos, don Paco Ynduráin, Eugenio Coseriu, Bernard Pottier y Gerold Hilty (filólogos, críticos y lingüistas) y a José Manuel Blecua e Ildefonso-Manuel Gil, con su mujer (filólogos e historiadores de la literatura); a la pianista Pilar Bayona; a Hipólito Gómez de las Roces, político ejemplar, y a mi ex Rector, Felipe Pétriz, que confió en mí para la ANECA.

P. ¿Preparados para envejecer?

R. Yo creía que sí... He cumplido los 70 y me fracturé una vértebra. Voy superándolo con fisioterapia. Todo en lo que no tenemos experiencia…, hay que ir asumiéndolo. Con buen sentido, se puede afrontar la vejez con serenidad. La muerte no me asusta. Soy mujer de fe.

P. ¿A qué dedica su tiempo libre?

R. Me encanta la música. Voy, al menos, a uno o dos conciertos mensuales. También el cine y el teatro. Y visitar universidades extranjeras: la mía me lo permite como docente Erasmus. Y estudio lenguas minoritarias (ahora, el catalán).

P. Un poema humano.

R. Ildefonso-Manuel Gil tiene poemarios muy hermosos: El tiempo recobrado, De persona a persona; Poemas del tiempo y del poema; Poemaciones… Escojo el Poema final de Poemaciones. Gil parece dirigirse a la esposa, Pilar Carasol, pero también al lector: “No me dejes morir. / En tanto alientes, / víveme en tus recuerdos. / Llévame de la mano hasta tu muerte, / cobíjame en tus sueños, / donde yo velaré mientras tú duermes”.

SUMARIOS

“La infancia es el tiempo dorado de la vida”

“El inmenso tesoro del encuentro con quien confía en ti”

“Cuidar a los mayores es un privilegio”

 

(Humanizar, Nº 161 --Madrid, marzo-abril 2019--).

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