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La lampara encendida

Humanizar

El duelo es el precio del amor

El duelo es el precio del amor

Foto Centro de Humanización de la Salud

El duelo es el precio del amor

Morir es lo más humano que hay, nada es tan cierto, tiene un inmenso poder humanizador

Experiencias vividas desde adentro, diferencias generacionales, culturales. La pérdida duele porque amamos. La dignidad intrínseca al ser humano nos allana el camino, nos predispone a una despedida más serena. Agradecer, aceptar, perdonar, celebrar la partida.

María Pilar Martínez Barca

José Carlos Bermejo Higuera es doctor en Teología Pastoral Sanitaria, Máster en Bioética, Counselling e Intervención en Duelo. Especializado en cuidados paliativos y atención a enfermos terminales.

Director del Centro de Humanización de la Salud y del Centro San Camilo: Centro Asistencial; fundador del Centro de Escucha. Vicario Provincial de la Orden de los RR. Camilos (2014), Delegado General de la Provincia Española (2015), Superior Provincial desde 2022, el primer religioso no ordenado que lo es en la historia de la Iglesia. Profesor en varias universidades. Autor de más de cincuenta libros.

Cuando duele el amor

¿Qué es el duelo?

El precio del amor. El proceso de perder a un ser querido. Si todo va bien, es un proceso adaptativo, aceptar y aprender a vivir sin él, con esa amputación que la muerte de alguien amado supone en nosotros.

Luto y duelo.

Aprendemos a expresar externamente, de una determinada manera, influidos por la cultura, estamos de luto. Si hacemos un proceso interior, a nivel emocional, cognitivo, espiritual, de integración del sufrimiento, del trabajo de recolocación de nuestro ser en el escenario en el que él ya no está: eso es el duelo.

¿Algún acontecimiento cercano?

Tenía 7 años cuando murió mi abuelo, y 14 cuando murió mi hermano de muerte súbita. He perdido a mis padres. La muerte de mis referentes en clave formativa, y de mi mejor amigo, me han marcado. Algunos de estos duelos los califico de complejos, poco reconocidos socialmente, como el del amigo.

¿Ha cambiado la vivencia desde nuestros abuelos?

Estamos enganchados a lo digital. Asistimos a una muerte seca, a secas, con menos fluidos, relaciones y procesos participativos, más intervenida técnicamente. La muerte de generaciones anteriores era más doméstica, más acompañada familiarmente, dotada de recursos comunitarios y espirituales para su abordaje saludable. Era más patente su poder humanizador.

¿Y con la pandemia?

El aislamiento impuesto hizo de nuestras casas tanatorios, que los restos mortales no se vieran, los cortejos fúnebres desapareciesen, los ritos comunitarios fueran imposibles y el mundo digital se reforzara.

Las posibilidades del duelo digital van en aumento. Podemos hacer testamento, darnos cita con los deudos en las redes, reconstruir al fallecido a partir de su rastro, seguir interactuando. Las posibilidades crecen y la ética no hace su trabajo de discernimiento a igual velocidad. Paradójicamente, cerramos los ataúdes en los tanatorios.

Tantos duelos como personas

¿Por qué duelen las pérdidas?

Nos vinculamos de manera significativa, reforzamos nuestra interdependencia, nos hacemos codependientes. La muerte de seres queridos nos arranca algo de nosotros y, porque amamos, nos duele su ausencia, se nos hacen laboriosas emocionalmente las tareas que nos dejan pendientes.

¿Hay diferentes duelos?

Tantos como personas, cosas y roles que podemos perder. Cuando un ser querido muere, si lo vemos venir, elaboramos nuestro duelo anticipado, con su valencia adaptativa. Tras fallecer, podemos vivir un duelo más o menos normal o se puede complicar. Puede retrasarse, cronificarse, dificultarse su expresión social por no autorizado, hacerse ambiguo, congelarse… o, en el peor de los casos, volverse patológico.

El sufrimiento es subjetivo. No solo depende del rol que desempeñaba el fallecido, sino del vínculo. Además influyen otras circunstancias: la salud mental del doliente, los recursos con los que cuenta, las experiencias previas. Aparte de factores como las herencias, el impacto económico, la afectación a la sexualidad…

Cuando podemos acompañar a un ser querido en el proceso de morir, nos vamos adaptando, “pagando la factura” del amor y aceptando la limitación, incluso deseando el desenlace. Un buen duelo anticipado ahorra complicaciones posteriores. Si la persona no manifiesta sus sentimientos, se puede retardar; en particular, si invierte mucha energía en tareas logísticas y escucha poco al corazón.

¿Qué valor cobra el rito?

Un gran potencial humanizador, permite a la comunidad expresar su apoyo social, emocional, espiritual. Honra la memoria, dignifica la vida, refuerza la identidad del individuo fallecido y su significado para quienes quedamos.

Una salida humana

¿Existen diferentes modelos culturales?

Las culturas se hacen de costumbres. Tienen sus latitudes, su carácter tradicional, se transmiten de generación en generación. Hay muchas diferencias entre unas y otras. Algunas tradiciones se encarnan de manera relevante en las religiones.

¿Estamos preparados para despedirlos?

Venimos preparados de fábrica, con recursos físicos, psicológicos, sociales, espirituales, para atravesar crisis de gran impacto. Pero hay elementos que pueden aumentar tanto la vulnerabilidad que conviertan al duelo en letal.

¿Ocultamos la muerte? ¿O la idealizamos, deseando morir como santos?

Ambas cosas. Hoy es difícil encontrarse con un cortejo fúnebre, hablar en tertulia sobre la muerte. Pero hay iniciativas que lo proponen, una contracultura humanizadora. Los santos murieron como pudieron y les dejaron. Lo escribí en La muerte apropiada. Hay quien murió invadido de culpa, y quien lo hizo en paz; dejándose consolar entrañablemente y aceptando o pidiendo ayuda que fue desoída.

¿Cómo vivir con paz esos últimos momentos?

Hay una dignidad no propia de la muerte, sino como seres humanos, la dignidad ontológica. Pero podemos dar al morir otra dignidad desde la conducta, la ética, los valores encarnados y las virtudes vividas. Dignificamos el morir no solo cuando decidimos cuándo (según algunos), sino cuando conjugamos verbos como agradecer, aceptar, perdonar, despedirse, celebrar, cultivar la esperanza.

La fe y algunos médicos aseguran que es un cambio de esfera.

Se lo dejamos a Dios. No hay resurrección sin muerte. Los creyentes dejamos todo en sus manos y la confianza en Él nos dice que la muerte no tiene la última palabra.

¿Es humano el morir?

Es lo más humano que hay. Nada es tan cierto. Tiene un inmenso poder humanizador si dejamos que la vulnerabilidad y la fragilidad máximas den densidad al instante, al momento, a la sucesión de momentos únicos e irrepetibles.

 SUMARIOS

“La muerte de generaciones anteriores era más doméstica”

“Los ritos tienen un gran potencial humanizador”

“Agradecer, aceptar, perdonar, despedirse, celebrar, cultivar la esperanza”

(Humanizar, Nº 197 (Madrid -noviembre-diciembre 2024-).

Sexualidad y discapacidad

Sexualidad y discapacidad

Foto José Manuel Zabalza

Sexualidad y discapacidad

Un largo camino en el disfrute del placer

Hay una primera fase de negación, el “yo no puedo”. El entorno no apoya demasiado. Para contrarrestar, últimamente discapacidad y sexualidad parece un tándem obligatorio. Todos somos iguales, todos podemos todo, todo está permitido. A los niños y niñas hay que enseñarles desde bien pequeños. Aunque el pleno disfrute solo llega con la naturalidad a flor de piel, un mutuo proceso nada fácil de aceptación y madurez.

María Pilar Martínez Barca

Del tabú a la negación

“La sexualidad es un aspecto central en nuestras vidas. Es un hecho que nos iguala porque todos somos seres sexuados por naturaleza. (…) Sin embargo, tendemos a pensar que hay personas con determinadas características que no tienen ese deseo. Hablamos, sobre todo, de las personas con discapacidad”. Según Anabel Chacón,  Educadora Social especializada en Tratamiento Educativo de la Diversidad, “La sexualidad se vive con menos información, menos desarrollo social, menos intimidad, más sobreprotección y más mitos”.

Recuerdo décadas atrás, cuando los sentaditos éramos inválidos, minusválidos, subnormales. ¿Quién me dijo que iba a tener la regla? Nadie me informó sobre la preparación del útero y la ovulación, la relación chico chica, la posibilidad de concebir. “Tú no puedes”. “No digas a nadie que estás enamorada, se te van a reír”. Solo después, en el aula colectiva de la asociación Auxilia, con siete alumnos en silla de ruedas, nos lo explicaron todo como lo más natural del mundo.

Íbamos de colonias, luego vacaciones, y siempre había una parejita espontánea. El resto del grupo la observábamos, espiábamos casi cada uno de sus gestos. ¿Curiosidad, admiración, envidia? Mucho ha llovido desde entonces.

Aun con todo, “continúa habiendo una mirada prejuiciosa desde una parte de la sociedad que no conoce de cerca la realidad de estas personas”. Considerar a las personas con diversidad funcional como asexuadas, la idea de que una educación afectivo-sexual se va a despertar su lado inocente y salvaje, el temor a conductas desajustadas o limitar la sexualidad al coito, en lugar de incluir el conjunto del cuerpo y de la persona, son algunos de los mitos.

Porque todos follamos

Traigo a colación a Telmo Irureta, Premio Goya al Mejor Actor Revelación 2022 por “La consagración de la primavera” –homenaje a la obra musical de Igor Stravinski?--, que desataba la polémica en torno a la sexualidad de los grandes dependientes: “Nosotros también existimos y nosotros también follamos. Brindemos hoy por un cine más inclusivo y con cuerpos de todo tipo”. El film narra la relación entre Laura, estudiante de Químicas que acaba de llegar a Madrid, y David, joven con parálisis cerebral.

Antonio Centeno, de la Oficina de Vida Independiente de Barcelona, insiste en la dignidad del cuerpo: “Tiene mucho que ver con la percepción social. No somos niños o ángeles. Ahí es donde surgió la idea de que la sexualidad es un buen campo para intentar romper el círculo. (…) Cuando se te reconoce como ser sexual, ya no se te piensa en términos de supervivencia, sino en términos de vida, de ciudadanía, de participación, de relación con los demás; eso es la sexualidad”.

Películas como “Las sesiones”, basada en la historia real de Mark O’Brian, escritor y periodista, o “Nacional 7”, y algunos documentales, han aportado mucho en este sentido. Ahí entraría el concepto de asistencia sexual, para personas con diversidad funcional o grandes dependientes. “Asistente sexual es aquella persona que te permite acceder al derecho a tu propio cuerpo, o un apoyo antes o después de la relación de pareja. Cuando tú no puedes por ti mismo, alguien debe ayudarte” (Antonio Centeno). Queda mucho que debatir.

Hacia la normalidad

He pasado por todas las etapas. De la apertura y espontaneidad infantil a la timidez adolescente; de la casi prohibición de los más íntimos a la negación, o la auto inculpación incluso. ¿Bicho raro? ¿Cómo aceptar un cuerpo diferente? ¿Es pecado enamorarte?

Enamorada del amor. Cuando padeces hambre, simples manchas de tinta semejan chuletas exquisitas; ante la soledad los sentimientos se confunden. Solo cuando te aceptas, los demás te ven bella y se fijan en ti. Y ya van más de dos décadas de relación estable, normal, satisfactoria. ¡Quién nos lo hubiera dicho! Hay tiempo para todo: amor, sexualidad, cine, paseos, compartir en familia, lágrimas y alegrías, despedidas y recibimientos. “Te deseo, amor mío, igual que se desea / la luz en la mañana, / el aire para el pájaro, o el descanso en la noche. / Te deseo, indefensa, como desea el niño / la piel cálida y tersa de la madre, / la leche de su luna, una caricia” (La manzana o el vértigo).

Dicho lo cual, si la pareja necesita de apoyo en su relación íntima, bienvenido. Todo sea por la vida en plenitud.

SUMARIOS

“Considerar a las personas con diversidad funcional como asexuadas, es uno de los mitos”

“Cuando se te reconoce como ser sexual, ya no se te piensa en términos de supervivencia, sino en términos de vida”

“Hay tiempo para todo: amor, sexualidad, cine, paseos, compartir en familia, lágrimas y alegrías, despedidas y recibimientos”

(Humanizar, Nº 194 -Madrid, mayo-junio 2024-)

Tres profesiones que nos humanizan

Tres profesiones que nos humanizan

Foto María del Pilar Servera Orga

María del Pilar Servera Orga, “Pitita”, médico militar y misionera

Tres profesiones que nos humanizan

De hermana de familia numerosa, a estudiar medicina o hacerse Reservista Voluntaria del Ejército Español, de Latinoamérica al Congo, Pitita nos describe su aventura humana, sus pasiones, su diagnosis social. ¿Vamos por buen camino?

María Pilar Martínez Barca

El curriculum de Pitita Servera es apabullante. Médico militar, con el grado de capitán, ha participado en 34 activaciones del Ministerio de Defensa; y en más 65 Misiones Internacionales de Verano. Actual vicepresidenta de la Hospitalidad de Lourdes de Zaragoza, nos conocimos en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, donde no falta a su cita anual. Excelente voluntaria, médica, amiga. La conoceréis por su sentido del humor.

Echar raíces

Médico militar. ¿Cuál es su grado?

Estudié medicina en Zaragoza, mi ciudad natal. Lograda la estabilidad laboral, utilizaba las “vacaciones” para ir de misionera…

Por una circunstancia familiar, no pude hacerlo en 2007. Una amiga me preguntó por qué no me hacía Reservista Voluntaria del Ejército Español para Misiones en el Extranjero, no lo había oído nunca, había una convocatoria anual… Dicho y hecho, busqué el BOE, la encontré, lo solicité, me aceptaron, hice un curso de formación militar básico, juré bandera y me convertí en Reservista Voluntario, Alférez médico de Cuerpos Comunes, he alcanzado el empleo de capitán.

Creo que sus orígenes fueron humildes.

Soy la tercera de siete hermanos, familia numerosa, nos quedamos muy pronto huérfanos de madre. Mi padre nos sacó adelante sin ayuda externa.

¿Una infancia feliz?

Creo que he sido una niña feliz. He nacido y me he criado en una familia católica, he ido a un colegio religioso y tengo la grandísima suerte de que me han educado muy bien. Así que si algo no está en orden es cosa mía y no de nadie más.

De vocación, humana

¿Qué le llevó a estudiar medicina? ¿Y a hacerse militar?

No sé muy bien porqué, sólo recuerdo que cuando me preguntaban de pequeña yo quería ser marino o médico; cuando empecé la universidad las chicas no estudiaban para marino…

Usted ha recorrido diversas partes del planeta. ¿Como cuáles?

América desde Méjico a Chile; África desde Marruecos hasta República Democrática del Congo. He visitado algunos países de Europa y de Asia como turista.

¿Cuál ha sido, como médica, su experiencia más dura?

Como médico, situaciones difíciles he pasado trabajando tanto en España como de voluntaria. Tal vez peor recuerdo sea de la República Centroafricana, pero yo siempre digo que lo más importante del trabajo son los “compañeros”, ahí lo dejo.

¿Y la más gratificante?

Más que gratificante, me llamó la atención trabajando de auxiliar de clínica cuando un domingo por la mañana un enfermo de Cuidados Intensivos me preguntó que por qué había ido a trabajar, le dije que él no se había ido a su casa y me dijo que podían haber mandado a otra, que era domingo.

¿La más humana?

¿Más humana? Yo soy humana desde que me levanto hasta que me acuesto y sobre todo cuando duermo, con sus pros y sus contras. ¡Qué le vamos a hacer!

¿En qué lugar del mundo sufren más las mujeres?

El ser humano, hombre y mujer, puede sufrir y sufre en cualquier parte del mundo.

Trabaja en un hospital de Zaragoza, para el Gobierno de Aragón. ¿Cuál es su cometido?

Trabajo en la Consulta de Viajeros Internacionales, el trabajo consiste en prevención y consejos sanitarios. No bien aceptados o recibidos, ya que algunos acuden a la consulta como quien acude a comprar a una tienda (vengo a vacunarme); y no siempre es necesario vacunar, cuesta mucho intentar que comprendan que o bien no hace falta para donde viajan, o bien les puede dar una falsa seguridad.

Diagnóstico social

¿Gozamos los españoles de buena salud? ¿Con qué problemas se enfrentan como médicos?

Gozábamos de buena salud. A la par que la sociedad, la salud de la población está empeorando a marchas forzadas. No aceptamos nada, ni el más mínimo sufrimiento, queremos todo ya.

¿Cómo ve una médica como usted la pandemia del covid? ¿La hemos superado? ¿Vendrán más?

La pandemia ha sido un proceso natural, hemos entrado en contacto con un virus, en este caso, para el que no teníamos defensas (una situación para la que no estábamos preparados ni individual ni mucho menos colectivamente). Nuestro organismo se va adaptando al medio, pasará, con el tiempo vendrá otra.

¿Qué papel juega la fe en la salud?

Tal y como he dicho anteriormente, gozábamos de buena salud. La población enferma por falta de fe, la mayor enfermedad es no saber que somos humanos, no somos Dios, somos limitados. Si no creemos en Dios, ¿dónde nos agarramos?

¿Cómo humanizar la sanidad?

La sanidad es un reflejo de la sociedad, hay que humanizar la sociedad.

María del Pilar Servera Orga

Activaciones en el Ministerio de Defensa: Instrucción, Adiestramiento y Apoyo Sanitario en Cartagena y la Bahía de Cádiz; sus servicios continuados en la Academia General Militar de Zaragoza; médico titular en las operaciones “Atalaya” y “Vigía”. Para el Despliegue en África Occidental y Golfo de Guinea, y para el Apoyo de Seguridad Cooperativa en Túnez; prestación de servicio en el Instituto de Medicina Preventiva de la Defensa, capitán Ramón y Cajal de Madrid.

Misiones Internacionales de Verano: destacan sus estancias y servicios, en diversas comunidades religiosas, de México, Gabón, Ghana, Guinea Ecuatorial, Chile, Níger, Paraguay, Nicaragua, Brasil… Voluntaria-cooperante de la Fundación Internacional de Solidaridad Compañía de María, en República Democrática del Congo; médico de Administración Sanitaria en Comisión de Servicios, Hospital Miguel Servet de Zaragoza - Acción Solidaria Aragonesa, para cooperar con la República del Chad; médico de Terreno para la Organización Médicos Sin Fronteras España (República Centroafricana); médico voluntaria, Hermanas de Santa Ana e Hijas de San Vicente de Paúl, en Guinea Ecuatorial o República Islamista de Mauritania… Malí, Rwanda, Perú, Comunidad Comboniana de Aswan (Egipto).

SUMARIOS

“Mi padre nos sacó adelante sin ayuda externa”

“Lo más importante del trabajo son los compañeros”

“La población enferma por falta de fe”

(Humanizar, N.º 191 -Madrid, noviembre-diciembre 2023)

Mis inicios en Humanizar

Mis inicios en Humanizar

Foto Humanizar

Mi relación con los Religiosos Camilos se remonta a otoño de 1978, cuando Ángel Ignacio López, Angelín, me buscó a dos chicos de su Noviciado de Zaragoza para ayudarme en mi segundo de BUP. Al curso siguiente serían cinco, entre ellos José Carlos Bermejo y José Luis Álvarez, con una hermosa carta de presentación: un corazón de hilos que sigue colgado en mi cabecera.

Cuando en 1992 Jesús Ruiz pasó por la casa de Zaragoza, ya residencia de mayores, para hablarnos de un nuevo proyecto de revista, con la H inicial deshilachada, era para flipar. Acabábamos de ver por La 2 de televisión la entrevista: iba a venderse en los quioscos, como Hola o Lecturas. Me tuvieron varios años “atada a mi columna”, después el reportaje-entrevista de cuatro páginas, y luego “La fuerza de los límites”, Premio Tiflos de Periodismo 2008. Y aprendí: “Un buen periodista no es quien estudia una carrera, sino quien sabe ir escuchando por la calle” (Santi Riesco). ¡Tengo tanto que agradecer que no me da de sí el corazón!

María Pilar Martínez Barca

(Humanizar, N.º 184 -Madrid, septiembe-octubre 2022-).

Entrevista a Javier Sada Beltrán

Entrevista a Javier Sada Beltrán

Foto David Marqueta

Javier Sada Beltrán, presidente de las Cortes de Aragón

Medicina y política tratan de evitar el sufrimiento inútil

Comenzó en la política de casualidad, como una necesidad casi espontánea en el barrio que le vio crecer. Como médico, ha dirigido diversas instituciones, atento a los enfermos crónicos, mentales, los grandes dependientes, los ancianos… Nada es ajeno a su atención.

María Pilar Martínez Barca

José Javier Sada Beltrán nació el 2 de abril de 1956 en Zaragoza. Casado y padre de una hija. Licenciado en Medicina, director de un balneario, gerente del Hospital Provincial de Zaragoza, director del Área de Bienestar Social de la DPZ y del Centro Psiquiátrico de Calatayud.

Alcalde de Ateca (Zaragoza, 1991-2011), portavoz socialista en la Comarca de la Comunidad de Calatayud (1999-2003), diputado en las Cortes de Aragón (VI legislatura, desde 2003), actual presidente de la Cámara en la X Legislatura, desde 2019.

Siempre es grato reencontrarse con Javier. Nuestras madres, amigas desde su más temprana juventud. Nos brinda esta preciosa entrevista, robando tiempo a sus múltiples ocupaciones.

Un niño de barrio

¿Cómo empezó en la política?

En el barrio donde pasé mi juventud era imposible no vivir la política. La política como dedicación la comencé casi por casualidad, al presentarme a la Alcaldía de mi pueblo, Ateca. A partir de ahí, llegó todo lo demás.

¿Cómo recuerda el barrio del Picarral en Zaragoza?

En la infancia, como una vida en la calle, casi como en un pueblo. Cuando fui haciéndome mayor, viendo las diferencias y carencias que había en el barrio, que despertaron mi necesidad de reivindicación.

¿Le preocupa la España vaciada?

No me gusta el término “España vaciada”. ¿Acaso eran mejores pueblos como Terrer (Zaragoza), llenos de gente, pero en los que apenas podían comer unos pocos? Por eso se fue mi padre de Terrer. El problema hay que abordarlo desde las necesidades que tiene el medio rural, y es un problema complejo, pero no nuevo. Está claro que los servicios en el medio rural, desde la democracia, han mejorado. Gran parte de esas mejoras se deben a la labor de los alcaldes y alcaldesas de estos municipios. Son verdaderos conocedores de las necesidades de sus pueblos. Por cierto, yo vivo en un pueblo, Ateca, y se vive muy bien.

Manolo y Elvira, sus padres.

Construyeron su vida sobre la base de mejorar la de sus hijos. Dedicación pleno y esfuerzo para que pudiésemos tener un mejor futuro.

¿Qué le impulsó a estudiar Medicina?

La vocación. Hay dos profesiones que, si se hacen con dedicación y honestidad, son las más bonitas del mundo: la medicina y la política. He tenido la suerte de dedicarme a las dos.

Balneario de Jaraba, Hospital Provincial, Psiquiátrico de Calatayud…

Cada etapa me aportó cosas diferentes. La primera, la recuerdo con añoranza por ser el primer sitio donde ejercí. La segunda, me aportó mucho, sobre todo desde el punto de vista profesional. Y la tercera, desde el punto de vista humano, me permitía todos los días hablar con las pacientes ingresadas (todas mujeres). Era muy gratificante.

¿Cómo estamos de salud los españoles?

Los índices dicen que muy bien, pero con preocupación por algunos cambios en los hábitos de vida, y por las consecuencias de una pandemia mundial tan larga.

¿Y nuestros políticos?

Los políticos son el reflejo de la sociedad en todos los aspectos, y en este también.

Médico de vocación

Director del Área de Bienestar Social de la DPZ, alcalde de Ateca, portavoz del Grupo Socialista en las Cortes de Aragón y presidente de las mismas. ¿Su labor más gratificante?

Sin duda, lo más gratificante, pero también lo más duro, es ser alcalde de tu pueblo.

¿Seguimos excesivamente centralizados?

Para nada. Estamos en un estado que casi se podía denominar federal. El problema no es tanto la centralización, sino la financiación, para asegurar calidad en los servicios que se prestan en Aragón.

¿Se nos trata como a otras autonomías?

Las peculiaridades de Aragón, envejecimiento, dispersión, extensión geográfica… requieren una financiación adaptada a esas circunstancias. Si eso ocurre, podemos decir que sí se trata a Aragón igual.

¿Cómo es nuestra atención sanitaria?

Tenemos una sanidad excelente. En cuanto a los enfermos crónicos, se ha avanzado mucho, pero es uno de los problemas en los que más tenemos que mejorar y actualizar la asistencia sanitaria. La forma de avanzar es la financiación, para poder destinarle más recursos.

¿Hemos gestionado bien la pandemia?

A posteriori, tendremos que sacar conclusiones para mejorar la asistencia en circunstancias parecidas, pero tal y como han ido sucediendo las cosas yo creo que se ha abordado razonablemente bien, gracias a un sistema sanitario y unos profesionales de primer nivel y entregados. Incluso la coordinación entre las comunidades autónomas ha funcionado relativamente bien. Dicho esto, hay que analizarlo, cuando esto termine, para ver en qué aspectos se puede mejorar en circunstancias similares, que seguro habrá.

¿Cómo estamos en salud mental?

Es uno de los grandes déficits en la atención sanitaria. Algo que forma parte de nuestra realidad cotidiana y de las prioridades que debemos abordar, incrementado a raíz de la pandemia. Es un tema que debemos tratar sin dilación y sin escatimar esfuerzos, para lo que  se necesitará mayores recursos.

Dependencia. ¿Contamos con suficientes recursos en Aragón?

Nunca es suficiente, y más cuando durante años la financiación que le tocaba poner al Estado ha ido disminuyendo progresivamente. En los dos últimos años se ha cambiado esa tendencia, pero todavía es insuficiente para abordar este pilar fundamental del estado de bienestar. De seis años acá, se ha visto incrementado el número de dependientes asistidos. Aun así, debe haber una apuesta clara del Gobierno central en cuanto a aumentar los recursos, para dar respuesta a este problema.

El Día de Aragón de 2021 se concedió la Medalla de las Cortes a nuestros mayores. ¿Cómo mejorar su asistencia?

En la línea seguida en los últimos años: primero, con una atención primaria que mejore la atención a crónicos; segundo, con una asistencia, durante el mayor tiempo posible, en su entorno familiar. Y, por último, cuando no hay más remedio, mediante instalaciones residenciales lo más parecido al entorno familiar.

Política de primera necesidad

¿Qué tal en Educación?

La educación es la única forma de ascensor social. Es fundamental. No hay duda de que comparada con la de hace veinte años es infinitivamente de más calidad. Baste decir que, en el medio rural, hace treinta años, a partir de los 14 cada uno se tenía que buscar la vida y, ahora, se garantiza hasta los 18. Pero sigue siendo tarea pendiente un pacto por la educación, para salvarla de los vaivenes políticos.

Se intenta que la participación de los aragoneses llegue a su Parlamento…

Sí, a través de muchas formas. Desde la posibilidad de comparecer, de aportar iniciativas o, simplemente de preguntar. Es fundamental que los ciudadanos participen cada vez más en la vida del Parlamento. Es obligación de los y las diputados/as tener el máximo contacto con sus votantes.

¿Qué opina de la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia?

Siempre y cuando se haga con todas las garantías y controles, evitar un dolor y sufrimiento excesivo e innecesario creo que tiene que estar entre los derechos de los ciudadanos. No se trata de una solución a la enfermedad sin cura, sino al sufrimiento innecesario.

La Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, es uno de los espacios artístico culturales más bellos de nuestro entorno. ¿Cómo revalorizarlo tras la pandemia?

Es el monumento civil más visitado de Aragón. Estamos en un proceso de adaptación a las nuevas tecnologías, para que cualquier persona pueda realizar una visita completa con su móvil. La Aljafería tiene tanto que enseñar que estamos empezando a programar visitas especializadas, nocturnas, para disfrutar de este edificio único.

¿A qué dedica su tiempo libre?

A lo que dedica mucha gente: a disfrutar de la familia y de los amigos, del paisaje en el medio rural, la lectura y mi gran pasión, el fútbol.

¿Tiene libros en su mesilla de noche?

Hace mucho tiempo que no porque soy incapaz de leer más de diez líneas a la hora de dormir. Prefiero leer durante el día, cuando puedo.

¿Cómo humanizar la política?

Incrementando el contacto entre políticos y ciudadanos, cosa que, sobre todo en el medio rural, se da de forma constante. Sin duda, es el aspecto en el que más hay que incidir. Los políticos no dejan de ser un reflejo fiel de la sociedad y, por lo que conozco, en Aragón y en este Parlamento procuran estar en contacto directo con sus vecinos.

SUMARIOS

“En el barrio era imposible no vivir la política”

“Tenemos una sanidad excelente”

“Los políticos son un reflejo fiel de la sociedad”

(Humanizar, Nº 181 -Madrid, marzo-abril 2022-).

El verdadero cambio está en darles voz

El verdadero cambio está en darles voz

Foto Delegación de Pastoral de la Salud

María Pilar Molina Arnedo, delegada de Pastoral de la Salud de Zaragoza

El verdadero cambio está en darles voz

Coordinar parroquias, hospitales, residencias. Visitar al enfermo y su familia, hacer silencio, escucharlo, empatizar. Preparar las actividades de la diócesis, la Campaña y el Día del Enfermo, la Escuela de Salud. Estar en comunión. Ser voz en la indiferencia y manos que acarician.

María Pilar Martínez Barca

María Pilar Molina Arnedo, seglar y de profesión administrativa,  lleva seis años al frente de la Pastoral de la Salud en la diócesis de Zaragoza. Ha trabajado casi cuarenta años en los hospitales Vall d’Hebrón, de Barcelona, y en el Miguel Servet, de Zaragoza. Siempre se ha implicado, pastoralmente, en la vida del hospital.

Aquí y ahora

¿De qué se encarga su delegación?

Se coordinar la Pastoral de la Salud en las diversas parroquias de la diócesis, procurando que en todas haya algún grupo, o si no lo hay  que los enfermos estén bien asistidos, espiritual, material y humanamente. Que en todos los hospitales haya capellanes, y que desde la parroquia a la que pertenece el hospital se pueda prestar este servicio. Y tratar que todas las residencias tengan atención espiritual (trabajamos conjuntamente con LARES, o Federación de Residencias de Mayores).

Preparamos la Campaña del Enfermo de cada año, a partir de las reuniones de delegados a principio de curso (en 2021 fue online). La Campaña comienza el 11 de febrero con el Día Mundial del Enfermo (con una misa en la Basílica del Pilar) y termina con la Pascua del Enfermo, el sexto domingo de Pascua. Nuestra delegación tiene una Escuela de Pastoral de la Salud, de enero a Junio.

Están en contacto con delegaciones de otras diócesis aragonesas.

Así es. El Secretariado Interdiocesano de Pastoral de la Salud (SIPS) lo formamos los delegados de Teruel, Huesca, Tarazona, Zaragoza y La Rioja. Hacemos un encuentro interdiocesano, abierto a todas las personas relacionadas con el mundo de la salud, grupos parroquiales, profesionales, etc. Tenemos otro encuentro de capellanes y diversos cursos.

¿Han variado mucho las actividades realizadas antes y después de la pandemia?

Hemos procurado que no, pero hay cosas que no se pueden llevar a cabo, ya que este año han tenido que ser online, por teléfono o WhatsApp. Hemos tratado de ser lo más cercanos posible, aunque echáramos en falta el contacto humano. Y está costando mucho, como en todo, hay mucho miedo.

¿Qué están haciendo ahora mismo?

Programar las actividades del curso, que hemos paralizado un poco por el tema del Sínodo de la Sinodalidad, en el que toda la Iglesia, religiosos y laicos, está implicada). Desde la propia delegación vamos a formar al menos dos grupos, donde se representen a cada vicaría, los capellanes, las residencias y otra persona en nombre de todos los movimientos que forman parte de Pastoral de la Salud.

El Secretariado Interdiocesano, conjuntamente con Familia y Vida, estamos preparando un documento sobre el Testamento Vital, partiendo del de la Conferencia Episcopal y el del gobierno de Aragón. También la Escuela de Pastoral, que queremos hacerla presencial y online. Y la Campaña del Enfermo.

¿Ha cambiado el concepto de atención al enfermo con la pandemia?

No tendría que cambiar, para los que nos dedicamos a esta hermosa tarea, el enfermo ha de ser nuestra prioridad. Sin duda, el sentimiento de vulnerabilidad, no solo en los enfermos, nos ha hecho comprenderlos mejor, más cercanos. Algunas personas nos han llamado, para ver si podían acompañar y visitar, cosa que antes no ocurría.

Un organigrama saludable

¿Cómo coordinan las distintas parroquias de Zaragoza?

Como decía antes, es complicado. Se tienen que implicar primero el sacerdote, hay que buscar personas que asuman esta tarea, no a todo el mundo le llama Dios a acompañar a los que sufren. Por eso algunas parroquias solo atiende a los enfermos el sacerdote.

¿Y los hospitales?

Todos los Hospitales, públicos o privados, están atendidos. En los públicos, en cada turno siempre hay un capellán de guardia, en los más pequeños suele estar localizado. Y las clínicas privadas, como San Juan de Dios, tienen capellanes siempre, aunque el servicio religioso lo lleve una persona laica. En las Hospitalarias, Neurosiquiátrico del Carmen, también tienen un capellán y una laica. Y el resto de las clínicas las atiende o el párroco más cercano o alguna congregación religiosa masculina. Yo valoro el trabajo titánico que hacen los capellanes, sobre todo durante el confinamiento.

¿Trabajan también con las familias?

Con las familias es complicado, ya que algunas, no nos permiten, tanto en hospitales como en domicilios, visitar, por respeto a las creencias del enfermo. Pero aun así desde las parroquias van surgiendo experiencias gratificantes.

Algún caso especialmente duro que recuerde.

Siempre, en Pastoral de la Salud, tenemos casos francamente duros. Lo más duro que hemos vivido durante el confinamiento es el lamento de familiares, que por la Covid o por enfermedad común, no han podido despedirse en condiciones de sus seres queridos. O el propio enfermo ha tenido que morir con la sola compañía de los sanitarios y a veces el capellán.

¿Y otros gratificantes?

En esta tarea pastoral, de acompañar el dolor y la enfermedad, todo es gratificante. Cuántas veces vamos a visitar o llevar la Comunión a algunos enfermos o mayores, y de lo que tú tenías pensado decirle, nada. Escuchándole y viendo su aptitud, salimos nosotros reconfortados.

¿Cómo transmitir a Dios en medio del dolor?

Una pregunta un tanto difícil. Cuando encuentras a enfermos, que los hay y más de los que imaginamos, con una aceptación total de lo que le ocurre, aun así lo mejor es escuchar: “Por qué Dios me envía a mí esto, si siempre he sido buena persona, si no he hecho mal a nadie”; esto cuando no se vuelven contra Dios, que también ocurre. Yo creo que lo importante es escuchar, sin opinar ni dar consejos; dejar que se desahoguen y se desfoguen, que no enjuiciamos nada. A veces tenemos prisa por hacer ver que Dios no envía el dolor, lo permite por alguna circunstancia, pero eso vendrá más tarde.

En tensión de esperanza

Trabajan también con inmigrantes. ¿Se abren fácilmente a nuestra cultura?

Hay una delegación de Inmigración, nosotros no trabajamos directamente con ellos, aunque nos pedimos colaboración unos y otros. Trabajamos con inmigrantes, con las cuidadoras de los enfermos que visitamos, ahí si las escuchamos, solucionamos algún problema y apoyamos su tarea.

¿Cuáles son los perfiles con los que más trabajan?

El perfil sobre todo de parroquias, de personas mayores. El contacto con enfermos más jóvenes suele ser a través de los capellanes de hospitales.

¿Hay voluntarios de todas las edades?

No, más bien en los grupos parroquiales somos casi todas personas mayores. Es una asignatura pendiente: atraer a personas jóvenes a esta Pastoral.

¿Qué me dice de la soledad?

Soledades hay muchas. Hay soledades buscadas y no buscadas, y soledades impuestas, como en el confinamiento. Desde nuestra delegación, tratamos de paliar este problema, ir descubriendo a través de los grupos, si no solucionarlo. Hemos dado charlas sobre el tema, algún programa de “Buenas tardes”, llamadas a personas que lo autorizan. A veces nos dicen: “Es la primera persona con la que hablo hoy”. Hay demasiadas soledades, aun estando acompañados.

¿Buscamos más a Dios en mitad del dolor?

Evidentemente, somos más dados a pedir que a dar gracias. Y cuando estamos agobiados nos acordamos más de Dios que cuando todo nos va bien.

¿Abren debates en torno a la eutanasia, u otros temas éticos?

Solemos tener una charla preparatoria para el Día de la Unción de Enfermos –el Día del Enfermo–, alguna convivencia, un Año Diocesana y otro Interdiocesano, más la Escuela de Pastoral de la Salud.

Como he apuntado antes, estamos trabajando en el Testamento Vital, la Delegación de Familia y Vida y la de Pastoral de la Salud, a nivel interdiocesano. La redacción ya está más o menos, pero es un proceso complejo y largo.

¿Cómo humanizar y llevar luz en los últimos momentos?

Escuchando, empatizando, poniéndonos en la situación del enfermo y practicando la cercanía. A veces podemos estar como meros espectadores. Y que el enfermo perciba que estamos junto a él y con él.

¿Qué se espera del Sínodo en cuánto a Pastoral de la Salud?

Ser voz de los que, por enfermedad o edad, ya no la tienen. Es un momento para desinstalarnos, salir de nuestro confort y hace valer la voz de estas personas, que tienen mucho que decirnos.

SUMARIOS

“El sentimiento de vulnerabilidad, no solo en los enfermos, nos ha hecho sentirlos más cercanos”

“Lo más duro que hemos vivido durante el confinamiento es el lamento de familiares, que por la Covid o por enfermedad común, no han podido despedirse”

“Hay demasiadas soledades, aun estando acompañados”

(Humanizar, N.º 180 -Madrid, enero-febrero 2022-).

Educar en la diversidad y el respeto

Educar en la diversidad y el respeto

Foto Víctor Gil / Humanizar

Víctor Gil Orduña, mucho más que un maestro

Educar en la diversidad y el respeto mutuo. Una experiencia religiosa con rostros muy humanos

Es profesor de Primaria, entre otras cosas. De origen pamplonica, su formación arraigadamente religiosa, lo lleva a un proyecto solidario en Valencia. De ahí a los inmigrantes de interior, a los gitanos, a los pequeños marroquíes, argelinos, paquistaníes, a los a los alumnos con capacidades diferentes. Víctor Gil Orduña, mucho más que un maestro.

María Pilar Martínez Barca

Conocí a Víctor este último verano en la Ciudad del Turia. Amigos de unos buenos amigos, compañeros de viaje. Asistimos a la misa dominical en su parroquia, Nuestra Señora de los Desamparados, regentada por los Padres Redentoristas. Reconstruida en 1958, tras las inundaciones, me recordó al cristianismo de base y humilde de mi infancia.

Nos enseñó el colegio, del mismo nombre, su historia cotidiana, su humanidad diversa. Mientras comíamos una sabrosa paella en “Tasca y brasa”, en El Cabañal, los amigos comenzaron a recordar su no tan lejana juventud, su experiencia de grupo y parroquial, su compromiso. Unas bebidas en La Fábrica y la conversación que no terminaba nunca.

El colegio acogía a todo tipo de diversidades: gitanos, inmigrantes, niños con discapacidad… El paseo por la playa de la Malvarrosa, la horchata en la Alboraya, no hicieron sino confirmar que aquello sobrepasaba un reportaje. Daba para una novela. Muchas gracias, Víctor.

Echando raíces

P. Eres nacido en Navarra. ¿Algún recuerdo de la infancia?

R. Soy nacido en Pamplona. Recuerdos de la infancia muchos, tanto en Pamplona, su casco viejo, que es donde me crié, como mis veranos en los pueblos de Caparroso y (Peralta) Navarra.

P. ¿Cuántos hermanos?

R. Soy hijo único.

P. Juventud, divino tesoro ¿Creciste en un ambiente religioso?

R. Sí, crecí en ese ambiente tan hermoso. En mi casa, mis padres me inculcaron el cristianismo; y recuerdo cuando mi madre me llevó a la catequesis con siete años, en la parroquia de San Lorenzo, de Pamplona. Desde ese día he pertenecido a diferentes grupos cristianos.

P. Creo que hiciste algún curso en el Seminario. ¿Qué te hizo inclinarte por Magisterio?

R. Entré en el Seminario Diocesano y estuve tres años en él. En ese tiempo, el proceso de discernimiento que fui llevando a cabo me hizo encontrar y concretar mi vocación hacia el Magisterio.

P. ¿Es la solidaridad una vocación?

R. Yo creo que más que una vocación, ser solidario es un estilo de vida, desde una motivación humana o religiosa y una misión, común a todos los bautizados.

Viaje a Nazaret

P. Y te encontraste en Valencia por un proyecto solidario, sin conocer a nadie. ¿En qué colegio?

R. Fui a un campo de trabajo ofrecido por las Religiosas del Sagrado Corazón, en el Colegio Santa Magdalena Sofía.

P. ¿Cómo describirías Nazaret?

R. Nazaret es un barrio humilde y trabajador situado al lado del Puerto, con problemas de exclusión social. Dentro del distrito de Poblados Marítimos, su nombre proviene del lazareto u hospital fundado en el siglo XVI, a causa de los marineros que traían enfermedades contagiosas –aunque no se documenta  hasta 1720–. Junto con El Cabañal y la Malvarrosa, es de los barrios más pobres de Valencia. Hay mucha exclusión, también gitana. Quedó inundado por la gran riada de 1957.

P. ¿Desde qué año en el colegio de Nuestra Señora de los Desamparados?

R. Estoy en él desde el curso 1998, es decir, hace veintitrés años.

P. ¿Cómo ha evolucionado desde entonces?

R. Al principio, en el colegio teníamos familias españolas de inmigración interna. Ahora contamos con una gran diversidad de etnias y grupos sociales, nada menos que veintitrés nacionalidades diferentes de los cinco continentes. La mayor parte de los alumnos de Marruecos, Argelia y Paquistán.

P. ¡Veintitrés nacionalidades! ¿Cómo se lleva eso?

R. Es de una riqueza impresionante para todos. Para el claustro de profesores, a nivel personal y profesional, y para los niños, a los que les da una apertura al diferente impresionante; pues desde los tres años comparten su día a día con niños de otras nacionalidades, grupos sociales y religiones (tenemos un 30% de alumnado de distintas religiones, principalmente musulmanes y cristianos evangélicos, y algún ortodoxo). Tenemos de Infantil hasta la ESO.

P. ¿Y en la pandemia?

R. En la pandemia fue muy complicado, pero lo resolvimos con esfuerzo y colaboración del grupo de jóvenes de la parroquia y el grupo Scout, de la misma. Un mayoría importante de alumnos tenía dificultades en el acceso a Internet; por lo que algún profesor vecino del barrio, en coordinación con los jóvenes Scout y de la Parroquia, nos organizamos para que todos los niños pudieran realizar algo de trabajo escolar. Nos centramos también en la vía telefónica, en atender sus necesidades emocionales, que eran muchas.

P. ¿Cómo integrar las diferentes culturas religiones…?

R. Como he dicho antes, desde que tienen tres años participan conjuntamente en actividades cotidianas, y las madres conviven en las actividades que se realizan para sus hijos. De todo esto ha surgido un pequeño trabajo interreligioso, con la población musulmana y el resto de confesiones cristianas. Con estos últimos, el dialogo es muy fluido, y de hecho reciben la asignatura de Religión Católica, aun siendo evangélicos u ortodoxos. Con los musulmanes, estamos haciendo un camino de dialogo a nivel espiritual, en coordinación con el servicio jesuita al migrante de Valencia.

P. ¿Tenéis alumnos con discapacidad?

R. Tenemos aula y profesora PT (Maestro de Pedagogía Terapéutica), que realiza un trabajo magnifico con el alumnado con capacidades diferenciadas. Aparte, al ser un colegio con tanta diversidad a todos los niveles, no supone mayor problema. Se apoyan unos a otros, hay que verlo.

P. ¿Cómo se apoyan entre ellos?

R. Si, los alumnos se ayudan mucho entre sí, cuando un niño tiene alguna necesidad concreta. Esa es la mejor manera de trabajar la inclusión, no solo en la vida escolar, sino también, y lo más importante, para vivir en sociedad. Es muy chulo encontrarte, cuando vas a la playa, o al centro comercial, a grupos de antiguos alumnos que continúan su amistad con 20 o 25 años, y estos grupos son totalmente diversos.

P. Por cierto, ¿cuál es tu función en el colegio?

R. Yo soy profesor tutor de Primaria, soy el responsable de Pastoral del colegio y, como tal, el encargado del diálogo interreligioso y responsable de Acción Social. Este grupo atiende las demandas sociales de los niños, más allá del ámbito escolar, siempre en coordinación con Caritas parroquial y diocesana.

Abriendo muros

P. Tu campo es más amplio que el colegio. Creo que también trabajáis con realidades marginales, como el alumnado gitano.

R. Sí, es una diversidad más que encontramos en el colegio. Yo, particularmente, es una población con la que tengo mucha cercanía, y he tenido el privilegio de participar como “payo” invitado en la Peregrinación Gitana Mundial a Roma, con el papa Francisco, en 2015

P. ¿Con qué problemas principales se encuentran estos alumnos?

R. Estos alumnos se encuentran con dos dificultades: una interna, en algunas familias gitanas, y otra externa, puesto que hoy en día todavía esta población recibe un gran rechazo por parte de la sociedad.

P. ¿Es importante la cultura para ellos? ¿Cómo motivarlos?

R. Nosotros, la forma que hemos encontrado de motivarlos es ponerles en contacto con gitanos con estudios mediante la Fundación Secretariado Gitano, a la que estamos muy agradecidos. Entre los políticos, los diputados gitanos en el Congreso Juan José Cortés (PP), Sara Giménez (Ciudadanos), Beatriz Carrillo (PSOE) o Ismael Cortés (Podemos). Pero hay otros gitanos que han destacado en diversos campos. Para nuestros alumnos es muy importante conocerlos.

P. Creo que realizáis diferentes actividades.

R. Si, realizamos un sinfín de actividades, con todo el conjunto del alumnado, abrimos el colegio a las ocho de la mañana y lo cerramos a las diez de la noche. Para todo ello, contamos con más de cien voluntarios y un innumerable grupo de empresas y fundaciones que confían en nosotros, y nos financian diferentes proyectos deportivos, culturales, etc. Daría para otro reportaje.

P. Háblanos de Ramón.

R. Ramón Moreno va a ser el primer niño gitano del barrio que este año comienza una carrera universitaria, en concreto Ingeniería de Telecomunicaciones. Todo un orgullo.

P. ¿Nos humaniza el otro?

R. Siempre nos humaniza el otro, y cuando te encuentras, vives y convives en el día a día con personas diversas, te humaniza el doble.

SUMARIOS

“Ser solidario es un estilo de vida, desde una motivación humana o religiosa y una misión, común a todos los bautizados”

“los alumnos se ayudan mucho entre sí, cuando un niño tiene alguna necesidad concreta. Es la mejor manera de trabajar la inclusión”

“Cuando te encuentras, vives y convives con personas diversas, te humaniza el doble”

(Humanizar, Nº 179 -Madrid, noviembre-diciembre 2021-).

Una ciudad amiga, ecológica, accesible

Una ciudad amiga, ecológica, accesible

Foto Ayuntamiento de Zaragoza

Entrevista a D. Jorge Azcón, alcalde de Zaragoza

Una ciudad amiga, ecológica, accesible. Cuando tu propio hábitat se humaniza

Una ciudad amable, amiga y comprometida con el medioambiente, abierta a la tecnología. Un hogar para jóvenes, mayores y personas con diversidad funcional. Un cambio, más que de rostro, de corazón, en sus hospitales, residencias o lugares de ocio. Un retorno al disfrute de siempre, con horizontes nuevos.

María Pilar Martínez Barca

El Ayuntamiento de Zaragoza, al frente de su alcalde, D. Jorge Azcón, ha iniciado unas interesantes reformas urbanísticas, de cara a modelar una nueva ciudad, tras la pandemia de la Covid-19, mucho más acogedora con las personas, abierta a las últimas tecnologías y a los espacios verdes, saludable. Una cuidad de todos.

Nos responde amablemente el propio D. Jorge Azcón (Zaragoza, 1973). Licenciado en Derecho, tiene un Master en Urbanismo por la Universidad de Zaragoza. Ha sido Presidente Provincial y Regional de Nuevas Generaciones del Partido Popular, miembro de los Comités Ejecutivos Regional y Provincial, Concejal de Juventud y Personal en el Ayuntamiento de Zaragoza (2000-2003), concejal y portavoz adjunto (2003-2007), concejal portavoz de Economía y Hacienda (2011-2015).

Su carácter humano y cercano a los ciudadanos le viene de la familia, menor de cinco hermanos, y de  los colegios de su infancia, Teresianas del Pilar y Juan de Lanuza. Casado y padre de dos hijos.

Los cimientos

P. ¿Qué cambios se han pensado respecto a algunas calles de la ciudad tras la pandemia?

R. La pandemia nos ha hecho replantearnos muchas cosas en nuestras vidas cotidianas y también en el diseño de nuestras ciudades. Lo fundamental es conseguir una ciudad más amable para todos, con la introducción de mejoras de todo tipo, gracias a las innovaciones tecnológicas y mediante un urbanismo que se adapte a las personas con necesidades específicas, sobre todo a aquellas que tienen algún tipo de discapacidad, lo que termina ayudando y siendo útil para todo el mundo. Hace falta una ciudad con más espacio para la vida diaria y que esté más cuidado  

P. ¿Y en sus plazas, parques y zonas verdes?

R. Como le decía, esa es una de nuestras preocupaciones fundamentales: conseguir una Zaragoza más amable y mucho más cuidada de lo que nos encontramos al llegar al Gobierno. Por eso hemos destinado recursos extraordinarios en cuidar nuestros árboles y en arreglar nuestras calles y viviendas.

P. Nuevo asfaltado en muchas calzadas, reformas en la plaza Salamero, Santa Engracia, calle Predicadores… Algún ejemplo.

R. Quiero destacar el plan de choque del arbolado y de mejora del estado de aceras que desarrollamos nada más llegar al Gobierno, la Operación Calles, que hemos lanzado este año, con el presupuesto para reformar calles enteras más importante desde la Expo de 2008. También la recuperación de la Operación Asfalto, que había sido abandonada.

Y en una dimensión todavía mayor, hay que resaltar el impulso inédito al plan de rehabilitación, al que hemos destinado catorce millones de euros en dos años, batiendo todos los récords históricos del ayuntamiento, con el objetivo de ayudar a las familias a tener mejores viviendas, más accesibles y adaptadas.

No me olvido tampoco del Bosque de los Zaragozanos, un proyecto para plantar 700.000 árboles en el término municipal en diez años, y que será un legado medioambiental para las próximas generaciones.

Hogares habitables

P. ¿Se está pensando, a nivel de ciudadanos, constructoras, etc., en un tipo diferente de vivienda?

R. Ese es un tema especialmente interesante en estos momentos. Hay un avance muy importante en mejoras tecnológicas para conseguir viviendas más avanzadas y eficientes desde diferentes puntos de vista, que sean energéticamente solventes y que ayuden a resolver las necesidades de sus habitantes. Desde el Área de Urbanismo trabajamos para que esas nuevas realidades se incorporen a nuestras ordenanzas y normativas.

P. Aunque avanzado mucho, los ciudadanos con movilidad reducida seguimos teniendo problemas a la hora desplazarnos y acceder a según qué lugares. ¿También en cuanto a espacios, públicos y privados, para personas mayores y con discapacidad?

R. Es la misma idea: mejorar constantemente en la incorporación de avances que faciliten la accesibilidad a estos colectivos. Tenemos que esforzarnos en ser una ciudad especialmente cuidadosa con las personas con discapacidad y también con los mayores, que es un sector de la población cada vez más numeroso y que se merece que la sociedad los cuide con esmero.

P. ¿Qué otros modelos y medidas de accesibilidad podrían ir planificándose en la ciudad pos-covid?

R. Nuestro deseo es aprender de los países más avanzados, para adoptar las medidas más punteras en ese sentido. Creo que en Zaragoza se ha avanzado bastante desde hace un par de décadas, tanto en sensibilidad como en mejoras concretas, pero nos queda mucho camino por recorrer y hay que esforzarse en ello.

P. Ha sido especialmente duro en algunos centros residenciales. ¿Se ha pensado en otros modelos de hospitales, residencias…?

R. Por supuesto. En eso la crisis sanitaria de la Covid va a ser determinante. Las autoridades sanitarias ya están planificando de otra forma las instalaciones hospitalarias y las residencias. En Zaragoza estoy especialmente satisfecho de haber logrado que el Grupo Quirón nos haya escogido para construir un nuevo y modernísimo hospital que va a ser una referencia en toda España.

Una ciudad de todos

P. Niños, jóvenes, personas con diversidad funcional, mayores. ¿Una ciudad para todos?

R. Ese es el objetivo irrenunciable que nos guía como equipo de Gobierno: que Zaragoza sea una ciudad inclusiva y abierta a todos; que se plantee como una obligación tratar a todos sus vecinos en pie de igualdad y que pueda atender a cada colectivo para darle respuestas a sus necesidades específicas.

P. ¿Cómo hacerlo posible? ¿Se va pensando en proyectos concretos?

R. Por una parte, hay que aplicar políticas generales para los aspectos comunes y, por la otra, hay que destinar recursos a políticas específicas. En ese sentido, un ejemplo claro son las partidas que se destinan a accesibilidad; pero también las que se enfocan a colaborar con entidades sociales de todo tipo; o las que impulsan el cuidado de los mayores o las familias.

P. También han sido unos meses difíciles para la diversión y el encuentro con nuestros amigos y familiares. ¿Qué hacer en cuanto a los lugares de ocio?

R. Ahora mismo, con la pandemia, hemos aprendido que son uno de los lugares que debemos cuidar más, para que sigan siendo puntos de encuentro imprescindibles con nuestros amigos y familias, pero que lo sean siendo seguros desde el punto de vista de la salud.

P. Seguimos con aforos limitados en restaurantes, espectáculos, cultura… ¿Cómo va a ser la vuelta a la normalidad, la ampliación de aforos, etc.?

R. Eso va a depender mucho de las autoridades sanitarias. Es una competencia del Gobierno aragonés que nosotros, como no puede ser de otra manera, acatamos de forma absoluta. Siempre hemos respetado sus directrices y lo seguiremos haciendo. Esperemos que la vacunación siga avanzando rápida y pronto podamos levantar las restricciones, para beneficio de todos.

P. ¿Volveremos a disfrutar de nuestra ciudad como lo hemos hecho siempre?

R. Por supuesto. Es más, la disfrutaremos con muchas más ganas, como se está viendo en estos días en que ha habido algo de apertura. Nosotros estamos trabajando para tener una ciudad más amable, más segura y más bonita, y que los zaragozanos puedan disfrutar de su ciudad a tope una vez que regrese la normalidad, o lo más parecido a ella.

P. ¿Ha podido humanizarnos, a nivel de personas, colectivo y complejo urbanístico, la Covid-19?

R. Sin duda. La Covid es una de esas tragedias históricas que suceden muy de vez en cuando, en este caso es la mayor crisis sanitaria del último siglo, y que nos pone a prueba como individuos y como sociedad. Y creo que la respuesta ha sido buena. Como alcalde, puedo decir que en Zaragoza ha habido una oleada de solidaridad impresionante, y que un número enorme de personas han ofrecido su colaboración para ayudar a quienes peor lo estaban pasando. o para apoyar a los sanitarios en todo lo posible.

Sí, creo sinceramente que la Covid nos va a dejar un saldo terrible de muertes y dolor, pero también es cierto que ha sacado lo mejor de nosotros en muchos casos, y que vamos a extraer lecciones muy importantes para mejorar como ciudad y como sociedad.

SUMARIOS

“La pandemia nos ha hecho replantearnos muchas cosas en nuestras vidas cotidianas y también en el diseño de nuestras ciudades”

“Tenemos que esforzarnos en ser una ciudad especialmente cuidadosa con las personas con discapacidad y también con los mayores”

“Como alcalde, puedo decir que en Zaragoza ha habido una oleada de solidaridad impresionante, y que un número enorme de personas han ofrecido su colaboración”

(Humanizar, Nº 177 -Madrid, julio-agosto 2021-).

El tiempo en las manos de un artista

El tiempo en las manos de un artista

Foto Jorge Gay

Jorge Gay Molins, pintor, poeta, humanista

El tiempo en las manos del artista

Partiendo del paisaje de la infancia, a través de los tiempos que se borran y a la vez permanecen en su pupila, la herida de la sombra y, sobre todo, la luz, que da vida a cuanto contempla, sueña o ama, el pintor nos descifrando sus enigmas creadores, sencillos como el agua o los humanos.

María Pilar Martínez Barca

Lo descubrí en la exposición La ciudad, el amor y los sueños (la Lonja, Zaragoza, 2002). Me cautivó. Nace en la ciudad en 1950 y se forma en Barcelona y Madrid, París, Roma y Venecia. Miembro de Número de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis e Hijo Predilecto de Zaragoza, ha trabajado en diversos edificios públicos y murales religiosos. Flores que semejan pájaros, manos como árboles, peces que terminan conformando la figura humana. Viene exponiendo desde los veinte años.

Ahora, en Los párpados fugaces (Paraninfo de la Universidad de Zaragoza), une su maestría en el dibujo y la pintura a su generosa colaboración con otras artes. El catálogo de la exposición es un excelente poemario, verso e imagen unidos.

Pintura y vida

P. ¿A qué edad comenzó a pintar?

R. Comencé a pintar de niño. La exposición que en la actualidad realizo en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza comienza con un texto que escribí hace ya bastantes años y que explica mi relación con la pintura: “… Uno de aquellos días de verano y  vacaciones, en un pueblo color almendra y teja desgastada, una mañana transparente viendo con embeleso como mi padre perfilaba en acuarela los cuervos que revoloteaban la torre de la iglesia, se me reveló la pintura; la capacidad de misterio que tiene el gesto de pintar.

”Aquel ademán preciso que retenía el aleteo de los pájaros, me produjo un vuelco en el corazón, un deslumbramiento.  Era un estado entre la impotencia por lo inabarcable de su comprensión y el misterio de ver en un instante el vuelo parado, parado el tiempo, detenidos los pájaros, la hora, la luz… La existencia toda en un trazo. Algo así puede invitarte a pintar toda la vida”.

Mi padre era maestro y un pintor aficionado muy entusiasta. Él, de modo cariñoso y sagaz, me invitaba a acompañarle cuando, por las mañanas, salía al campo a pintar acuarelas. Así empecé a pintar. El lugar al que me refiero era La Codoñera, un pequeño pueblo del Bajo Aragón, en la provincia de Teruel. Allí descubrí la pintura: la luz, el paisaje. Cada cual es del lugar donde descubre esa luz. Entonces  se te revela  el mundo. El mundo entero se resume en el paisaje que descubres de niño y que latirá en tu corazón cada vez que  te pongas  a pintar.

P. “Ese gesto remoto es pintura. / Ese mirar antiguo es pintar”. ¿Qué significa este texto al principio de otra de las salas de su exposición?

R. Ese latir de la luz, ese frágil momento de la revelación y de la magia es el que llega a ti preservando la belleza. Nos llega desde “el siempre”, desde la antigüedad. Es el mismo gesto que tiembla en las cuevas de Lascaux o de Altamira. El que atrapa el fulgor de la vida. Por eso el gesto de pintar se remite a aquel momento remoto y  mágico que quiso preservar lo eterno.  Por eso la pintura es una manera antigua de mirar como digo en el primer poema del libro.

P. ¿Es fugaz la mirada y la obra del pintor? ¿Como el mito de Eurídice?

R. En mi obra suelo hacer narraciones  pintadas que ocurren en paisajes imaginados donde rescato el mundo. Ese gesto, esa mirada busca perpetuarse, pero es fugaz el momento, huidizo. Como Eurídice, de ahí la metáfora, puede desaparecer cuando lo miras, cuando intentas atrapar el resplandor del mundo.

El tiempo en los pinceles

P. “Pinto como el de ayer”. ¿Ha evolucionado mucho su pintura a lo largo de los años? ¿Pintaría distintas “Las estaciones” en las diferentes ciudades en las que ha vivido?

R. En mi opinión, el pintor debe ir cargando pasado y, cuando pinta, proponerlo como futuro. Nos construimos desde el pasado, aquel que nos impulsa hacia adelante. Como decía la poeta Ida Vitale, Premio Cervantes 2018: ”No se pierde sin castigo el pasado. / No se pisa en el aire”.  Pinto como el de ayer, procurando crecer en cada cuadro, ensanchando el mirar. Pinto para contar la vida, para cantar la vida y celebrarla y hacer con ello un tiempo sin horas ni minutos. Mis paisajes crecen desde ese pasado pero son nuevos: no han existido jamás. En todos ellos siempre conviven el dolor y la luz.

En cuanto a tu pregunta sobre la serie de obras titulada “Las estaciones”, decir que, como toda la exposición, tiene vocación de sinfonía musical. La construyo como un músico hace crecer una sinfonía: con sus adagios, allegros el largo, o presto… Como un paisaje musical donde ocurre de todo, donde pasa la vida, con alegría o quebranto, y donde lo que debe prevalecer es la intensidad; que ese gesto concentrado e intenso conmueva. Esa sinfonía debería ser la suma de todo lo vivido que procuré alimentar en tantas cuantas ciudades viví a lo largo de los años: Venecia, Roma, París; Barcelona, Madrid…Al final todo se hace presente acumulado para hacerlo pintura y darle nueva luz. “Que nunca sea ceniza la luz que nos enamoró”.

P. ¿Es diferente el tiempo de la pintura y de la lírica (escrita)? ¿Cuándo nació la segunda en usted? ¿Ha escrito otros libros?

R. Para mí es un tiempo muy similar: construyo imágenes en pintura y relato imágenes cuando escribo. Siento las dos del mismo modo.

Escribo desde hace muchos años, aunque lo haga de modo algo escondido. “Los fugaces párpados” es mi primer poemario publicado.

P. ¿Y el tiempo del teatro, la danza, el cine, la publicidad…? Una de la sala expone sus colaboraciones con estas otras artes.

R. El trabajo del pintor es esencialmente solitario. Por eso es una alegría, un gozo, que desde distintas disciplinas te inviten a compartir el trabajo de otros y a sumar su obra con la  tuya. Es una experiencia muy importante y gratificadora.

Significa romper la soledad y  salir del estudio. La danza, el teatro, la música, el diseño: hacer el trabajo en compañía de otros. Sumar esfuerzos y deslumbrarte con su talento. Sumarte para conseguir un fin común es una experiencia hermosa y muy muy enriquecedora, que además te permite hacer amigos cómplices y duraderos.

En busca de la bondad

P. ¿Cómo ve y expresa en pintura el dolor, la fragilidad, la enfermedad, la muerte?

¿Humaniza la pintura?

R. Para calmar el quebranto de los días, el dolor, la fragilidad, el bocado que nos da la sombra, creo que pintar, que ver la pintura, es también un modo posible de entender el mundo, una manera de amar, de cuidar, de guarecer, de ir a buscar el corazón de los humanos y poder apaciguarlo y hasta alegrarlo.

En el poemario, editado con motivo de esta exposición, escribo: ”… suficiente misterio inabarcable es contemplar el infinito océano de estrellas navegando la noche y oír fluir la sangre cabalgando subiendo hasta la almohada, inundando el cerebro mientras tiembla el desconcierto y la cama”.

Para mí ya es prodigio
la llegada de la voz al teléfono.
Colgado en los ojos de la luna:
mientras vivo sueño,
cuando sueño vuelo,
cuando vuelo imagino,
cuando imagino veo,
cuando veo pinto,
cuando pinto vivo,
cuanto pinto amo.

P. todos hemos vivido un tiempo muy duro con la pandemia. ¿Para usted ha significado un parón, o un acicate para continuar? ¿Qué pinta ahora mismo? Háblenos de su próxima exposición.

R. La pandemia es un dolor; un dolor grande que crece, se extiende y multiplica. Ojalá llegue pronto la vacuna. Hoy, creo, todavía no hay distancia para poder abarcarla y describirla. No sé como seré capaz, si es que lo hiciera, de poder reflejarla en un futuro ni si tendré deseo o necesidad de hacerlo.

Mientras, salvo los meses de confinamiento, he seguido trabajando en el estudio, terminando la exposición que ahora presento y preparando las que en un futuro y, si nada lo impide, tengo programadas en Barcelona y Bilbao.

Sigo pintando, y aunque “mugree” el día, como invito en otro poema del libro, procuro no olvidar los sueños que me hicieron fuerte ni el brillo que iluminó la infancia. Aunque cada día parezca más difícil.

SUMARIOS

“El mundo se resume en el paisaje que descubres de niño”

“Que nunca sea ceniza la luz que nos enamoró”

“Para calmar el quebranto, el dolor, la fragilidad, el bocado de la sombra, pintar es también una manera de amar”

(“Jorge Gay Molins_ pintor, poeta, humanista. el tiempo en las manos del artista”, Humanizar, N.º 174 --Madrid, enero-febrero 2021--).

Vejez y soledad en tiempos de pandemia

Vejez y soledad en tiempos de pandemia

Foto Humanizar

Vejez y soledad en tiempos de pandemia

Cuando la humanidad ilumina la esperanza

Rosario, Teresa, María Jesús, Mari, Rosa y Benito, han vivido el confinamiento y los meses posteriores desde diversos ángulos: la residencia, la soledad de su propio hogar, el servicio y la entrega a los seres queridos. Son muestra, ejemplo y acicate, para seguir luchando por la vida y la ilusión, cada día renovada. Un libro abierto y bellísimo.

María Pilar Martínez Barca

Institucionalizados

“Mi suegra se llama Rosario –nos cuenta Teresa– y tiene 87 años. Nació en La Puebla de Segura (Jaén), pero lleva toda su vida en Monzón, desde que se casó. Lo peor de estos meses ha sido no poder ver a sus nietos y a su bisnieto (solo en vídeos y videollamadas)”.

Rosario tiene dos hijos: Pedro (con una hija y un nieto) y Ricardo (padre de tres hijos). “Ha trabajado mucho toda su vida. Era muy buena cocinera y sus nietos la adoran, pero estos meses han tenido que estar separados y para ella es muy duro”. Ahora tiene en España a su nieta mayor, Virginia, y su bisnieto Nahuel, a los que no contaba ya ver mucho dada su edad, viven en Perú. Y teniéndolos tan cerca desde marzo, no pueda verlos. “Eso lo lleva muy mal. Lo intentamos compensar con las pocas visitas que la situación ha permitido, pero no es lo mismo: no puede abrazar ni besar a su pequeño de 19 meses”. Su delicado estado de salud no le permite plantearse poder vivir fuera de la residencia.

Una generación de luchadores, más siendo mujeres. “Yo intento ponerme en su lugar –continúa Teresa– y me pregunto de dónde sacan esa fortaleza mental. Por las circunstancias en que vivieron su infancia y adolescencia, en plena guerra y posguerra, y siendo de familias humildes, tampoco aprendieron a leer bien como para que la lectura pudiera ser ahora un desahogo. Yo siempre pienso que, en su lugar, solo la lectura podría animarme. Tienen, eso sí, una fe más allá incluso de lo religioso”.

Teresa tiene una tía, de su mismo nombre. “Cumplió 95 años durante el confinamiento. Le encantaba salir a hacer recados para otros compañeros de la residencia, a la farmacia, etc. Pese a su edad mantenía una movilidad y autonomía envidiables; con la pandemia es lo que más echa de menos”.

Teresa tía nació en Cortalaviña, en la montaña de Tella, una zona de la comarca de Sobrarbe muy próxima a Francia. Al quedarse viuda y sin hijos, decidió allí irse desde Zaragoza, donde vivió los últimos veinticinco años, a la residencia de Aínsa. “Figúrate, con 95 años y desde marzo viviendo solo para recordar”.

Ambas son muy responsables. Se quejan solo lo justo, saben que está en juego su salud y la de los cuidadores y sus familiares, y que es mejor no tener contacto con personas de fuera de la residencia. “Estos últimos rebrotes de la pandemia las han desanimado bastante”.

Noelia nos habla de María Jesús, su madre. “Tiene 91 años y nació un 25 de diciembre. Ella y Miguel, mi padre, tuvieron cinco hijas: Mirentxu, Camino, Blanca, Inmaculada y yo”.

Entró en la residencia privada Amavir de Pamplona en 2017 a consecuencia de una caída en casa, quedó en silla de ruedas. Vivía sola con escaleras. Las hijas iban todas las tardes a verla pendientes de cuanto necesitara.

“Siempre la recuerdo cantando en casa, y en el coro parroquial, le gustaba ir todos los días a misa.

”Ha sido una mujer de su casa, y cuando ha hecho falta salir a trabajar lo ha hecho: limpiando, al cuidado de ancianos… Nunca le ha importado, sobre todo cuando la economía no iba muy bien.

”Es una buena madre, y abuela ejemplar y cariñosa con sus nietos: Mikel, Erika, Aritz, Aitor, y Andrea, su orgullo. La recuerdo haciendo punto o cosiendo en un cuarto al sol, y escuchando la radio”.

Cuando entró en la residencia estaba bastante bien cognitivamente, por lo que le costó adaptarse. Con las muchas actividades durante todo el día y sus hijas, que no dejaron de ir ni una tarde, se iría acomodando. “Con el tiempo, le detectaron alzhéimer, así que confundía su casa del barrio, con la natal del pueblo (Puente la Reina, Navarra), pero ella estaba contenta y entretenida. Hasta que llego el dichoso coronavirus, con el que, como en todos los centros, cerraron y solo nos dejaban llamarle por teléfono. Durante el confinamiento lo ha pasado muy mal, porque no entendía por qué no podíamos ir a visitarla, y por qué los chinos habían traído este bicho”.

Continúa Noelia: “Según pasaba los días y la situación empeoraba, a mi madre la aislaron en su cuarto, individual, durante todo el día (lo pasó asintomática); la levantaban y la ponían en el sillón. Hasta que un día se levantó para ir al baño y se cayó. La pasaron a otra planta para estar más vigilada.

”Nosotras también lo hemos pasado mal, con la incertidumbre de lo que llegara a pasar. En el centro ha habido muchos fallecidos de la covid, y los que no, se morían de pena y pocas ganas de vivir.

Hogar, solitario hogar

Otros lo han pasado en casa, recibiendo la compra de manos de los hijos, recordando, doliéndose, disfrutando los primeros paseos de una hora, refugiándose en la lectura o el estudio, esperando en el futuro de los nietos, esperanzándose.

Mari, madre de mi cuñada, me contaba: “Estuve casi tres meses sin salir. Me traían la comida mis yernos, turnándose cada semana uno. Ya me aburría. Hasta que pudimos empezar a salir. Primero una vueltica, con Carmen, Marta o Elena, poco a poco. Hasta que un día nos juntamos todos en la plaza”. Sus dos apoyos, la lectura y el recuerdo de Antonio, su esposo ausente tan presente. ¡Tantos años convividos!

“Y en julio me dijo un día Carmen: Mañana nos vamos a Jaca. Se está muy bien en el jardín. Y quiero mucho a mis nietos: Juan y Jorge, tus sobrinos, Daniel, Víctor y Laura. Los mayores se vestían bien y se peinaban y se iban a dar una vuelta por ahí; o se echaban su partido de fútbol. La niña se quedaba con nosotros, estaba bien en casa. Y jugábamos mucho: a las cartas, al bingo… Y nos volvimos a Zaragoza. Ahora a ver el invierno”.

Rosa, profesora jubilada de Historia e Historia del Arte en mi querido Inbad. Conferenciante apasionada, gran amiga y conocedora de la obra de Isabel Guerra. Su madre cuidaría de los hijos y la casa mientras daba clases; ella y José Luis, su marido, la mimarían de mayor, hasta los 104 años; ahora reconoce y acepta su propia vejez.

“Tengo cuatro hijos: Ana, María José, José Luis y Jesús, el único en Zaragoza, todos unos cerebritos. Y cinco nietos como cinco soles. José Luis, “Chelis”, es químicos de Análisis Atmosféricos en la universidad de Colorado y uno de los mayores expertos del mundo en aerosoles; lo llaman de aquí de allá y su equipo ha convencido a la OMS de que el virus está en el aire. No me deja ir a misa, a la peluquería ni a un lugar cerrado. “Mamá, si quedas con una mejor al aire, y si es terraza que esté bien ventilada”.

”Así que lo pasé en casa, con la chica que me cuida. Y en cuanto se pudo salir, un paseo de una hora, arriba y abajo, con mascarilla y gafas. Soy de alto riesgo por las dos operaciones. No dejo de estudiar inglés. ¡Echo de menos a José Luis!”.

Rosa confía en la vacuna, y en salimos pronto de esta.

En familia

A Benito, profesor jubilado de Lengua y Literatura, padre de dos hijos, Andrés y Carmen, y abuelo de cuatro hermosos nietos (Andrés y Julia, Ibai y Cora), miembro activo del Teléfono de la Esperanza o la Asociación Aragonesa del Camino de Santiago… el confinamiento le cogió en Ansó, un pueblecito oscense.

“Me cuesta poner palabras a los meses de confinamiento: En esa dificultad para la reflexión noto que he envejecido.

”La declaración del estado de alarma me pilló en un momento en el que estaba fuera de mi domicilio habitual, en casa de mis hijos. La finalidad era atender a uno de ellos, que había tenido una intervención quirúrgica y necesitaba ayuda. Lo que iba a ser una estancia de unas semanas resultó ser de tres meses. Con el cierre del colegio se complicó la vida familiar, con la presencia de los niños las veinticuatro horas: lo que iba a ser un cuidado en un ambiente de tranquilidad, terminó añadiendo a la convalecencia la atención a unos niños a los que, de pronto, se les priva de la expansión y relación natural con profesores y con otros niños.

”Indudablemente, ha sido una experiencia dura. El balance es positivo, a pesar de los momentos más difíciles. Hubiera deseado tener diez años menos: quizá hubiera sentido menor cansancio, mayor paciencia y humor.

”Tras el levantamiento del estado de alarma, volví a mi domicilio: Y lo primero que me saltó a la vista, desde el privilegiado lugar en el que observo la vida de la calle, fue la grave incidencia de la falta de movimiento en la mayoría de la población, al no disponer de espacios al aire libre.

“Si comenzaba diciendo que, a nivel personal, había envejecido, también a nivel colectivo observo muchas más manifiestas las dificultades de muchos mayores para moverse con soltura, y sin ayudas de bastones u otros instrumentos. Incluso se observa en el conjunto corporal un peso, un agobio, resultado de ese parón locomotor, psicológico y social que ha supuesto el confinamiento”.

El pensador Guy Sorman, en uno de sus artículos, defendía que los gobiernos deberían haberse decidido por compatibilizar la bolsa y la vida, en lugar primar solo una de ellas, confinándonos.

SUMARIOS

“Tienen una fe más allá incluso de lo religioso”

“Los que no, se morían de pena y pocas ganas de vivir”

“Se observa un peso, un agobio, resultado de ese parón locomotor, psicológico y social”

(Humanizar, Nº 173 --Madrid, noviembre-diciembre 2020--).

Viejos y nuevos valores educativos

Viejos y nuevos valores educativos

Foto Humanizar

Viejos y nuevos valores educativos

Pasión por enseñar y gusto por escribir. Fuerza en la fragilidad

Alumna abnegada y profesora por vocación, Carmen nos va compartiendo sus orígenes, los nuevos retos y modos de enseñar, sus sólidas raíces en la escritura, su acertado análisis de cada circunstancia. No se termina nunca de aprender.

María Pilar Martínez Barca

Carmen Romeo Pemán (El Frago –Zaragoza–,1948). Licenciada en Lenguas Románicas, catedrática de Lengua y literatura. Ha sido profesora en la Universidad de Zaragoza, del Instituto Francés de Aranda de Teruel y del Instituto Goya de Zaragoza. Ha participado en programas de investigación y educativos, conferenciante, congresista y autora de numerosas publicaciones. Premio nacional “Bernardo Zapater Marconell” 1977.

Coautora entre otros de María Zambrano y sor Juana Inés de la Cruz. La pasión por el conocimiento (PUZ, 2010).

Pasión por enseñar

P. Como profesora, siempre sintió debilidad por los alumnos con fragilidad. ¿Por qué?

R. Por varias razones. La primera, entendí mi profesión como una entrega amorosa a mis alumnos, el medio para que consiguieran una formación integral. Yo tenía la oportunidad de estar en su camino y ayudarles a desarrollar sus capacidades. Era fundamental que pasaran con éxito de la adolescencia al mundo de los adultos. Los que más me necesitaban eran los frágiles. Los fuertes podían apañárselas solos mucho antes, pero nunca los descuidé. Además, los aparentemente frágiles me atraían por su gran fuerza interior, yo los llamaba “mis ángeles de luz”.

Me influyó la educación de mis padres, los dos maestros rurales, y mis vivencias de niña en un pueblo pequeño. Me resultaba natural tener una compañera tartamuda, otra ciega, otra con cojera por poliomielitis y otra con discapacidades cerebrales. En mi escuela todas trabajábamos juntas.

P. Alguna experiencia especial.

R. Mi propia salud. Una niña debilucha. Superé la tosferina a los ocho días de nacer. Contraje enfermedades que me retuvieron en la cama, como el sarampión y un soplo de válvula mitral. Y, a los pocos años de empezar a trabajar, una enfermedad ocular me amenazó con una ceguera de la que he salido fortalecida gracias a los avances de la cirugía. Recuerdo la víspera de mi primer trasplante de córnea. Un amigo ciego por meningitis infantil, al que había grabado los apuntes de la carrera, me llamó para animarme. Nos dio la risa.

P. ¿En qué años ejerció la docencia? ¿Era más difícil que ahora?

R. Desde 1972 hasta 2009. Ha cambiado el contexto, pero los alumnos siempre son los mismos. He llegado a tener tres generaciones en mis manos. Los profesores tenemos que adaptarnos a las circunstancias y obtener siempre los mejores frutos posibles.

P. Háblenos de su taller de lectura en el instituto Goya, de su blog…

R. ¡Cuántas cosas! El actual taller de lectura, “Leer juntos en el instituto Goya” es fruto de los nuevos grupos de lectura organizados en las bibliotecas. Participamos profesores, padres y alumnos. Es una experiencia enriquecedora. Me recuerdan mi infancia. Tras la clase de la tarde, venían las mujeres del pueblo a aprender a coser con la maestra. Mientras cosían, una leía en voz alta cuentos que ella les había escrito. De esas sesiones de lecto-costura salió un grupo de teatro, participaba todo el pueblo y duró muchos años.

Mi blog, Letras desde Mocade, lo comparto con otras tres escritoras. Lo iniciamos cuando yo a estaba jubilada. La escritura creativa me atraía, pero sentía vergüenza.

P. ¿Recuerda algún texto que exprese de forma bella la fragilidad humana?

R. El cuerpo en el que nací, de Guadalupe Nettel (Narrativas Hispánicas, 2011): “Nací con un lunar blanco, o lo que otros llaman una mancha de nacimiento, sobre la córnea de mi ojo derecho. […] … la mácula en cuestión estaba en pleno centro del iris, es decir, justo sobre la pupila por la que debe entrar la luz hasta el fondo del cerebro”.

Nuevos retos

P. ¿Ve bien cómo se han impartido las clases este curso?

R. Me dio mucha rabia que me pillara jubilada. Pensé que era un momento muy importante. Que era una oportunidad para estar al lado de los alumnos. Los niños y adolescentes han sido los grandes perdedores. Y encima culpabilizados.

¿Las clases? No estaban preparadas las plataformas educativas. Pero los profesores han echado el resto y los resultados han sido mejores de lo que se esperaban.

P. Siempre le ha gustado dialogar con sus alumnos. ¿Se ve profesora on line?

R. Antes de profesora fui alumna on line. Este formato me permitió realizar muchos cursos de formación, como los de español para extranjeros. Como profesora con las nuevas tecnologías, tengo experiencia desde que llegaron los primeros ordenadores al instituto. Tuve claro que llegaba la era del chip, y era la nueva revolución que iba a cambiar el mundo. Conforme mis alumnos iban teniendo acceso al email, lo convertí en una herramienta imprescindible para las clases de lengua. He dedicado muchas horas de sueño a contestarles. Poco a poco me fui formando, a la vez que mis alumnos. Pero, ojo, las clases on line no pueden sustituir a la enseñanza en el aula. A mí se me han aclarado muchas ideas con la tiza.

P. ¿Qué valores se pueden transmitir a través de una pantalla?

R. Ver la cara de un alumno es impagable. Si no puedes tenerlo delante, aprendes a comprender cómo está su ánimo a través de la pantalla. La imagen tiene muchas posibilidades de expresión y creación.

P. ¿Un nuevo sistema educativo?

R. Quizá unos nuevos retos a los que se tienen que ir adaptando los profesores, como han hecho siempre.

P. ¿Cómo ven los jóvenes la fragilidad?

R. Se sorprenden cuando les hablas de estos temas o les llevas al aula algún ejemplo de persona enferma o discapacitada. Les hemos dado un mensaje falso. Les hemos hecho creer que el mundo es de los fuertes y que la juventud es inmortal. Esto, en un mundo en el que se sobrevalora el materialismo y carente de valores, ha hecho que los jóvenes no se fijen en la enfermedad, en la muerte.

P.  ¿Cómo mejorar a partir de ahora la educación?

R. La solución es siempre la misma. Unos profesores entusiastas, bien formados, en conocimientos y en valores.

P. ¿No será que les transmitimos mucha teoría y poca vida?

R. No se puede enseñar sin conocimientos. Necesitamos pilares en los que apoyar nuestro edificio y formar ciudadanos responsables. Pero, si nos quedamos en eso, estamos educando robots.

P. Políticos, docentes, padres…

R. La educación la regulan los políticos, pero la concretan los docentes en las aulas. Y funciona mucho mejor si se cuenta con la colaboración de las familias.

P. Acostumbrados a la globalización y a la interculturalidad, ¿puede ser una marcha atrás?

R. En cierto modo, sí. El cierre de fronteras, el miedo al diferente, la nueva crisis económica.

P. ¿Cómo ayudar a los jóvenes a vivir estos momentos como crecimiento personal?

R. Eso es lo que tenemos que aprender y no descuidar. Que el cambio de normalidad sea un avance hacia valores más humanos y hacia un crecimiento personal.

P. Un libro que les recomendaría.

R. El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon (2003). Me cautiva esa forma de enfrentarse al mundo un niño de quince años con un trastorno del espectro del autismo. Y además, de propina, todos los artículos y relatos de Letras desde Mocade en los que Adela Castañón Baquera, médica, escritora y madre de un niño autista.

Evaluación continua

P. ¿Cómo ha vivido su propia fragilidad en estos meses?

R. Sin miedo. Eso sí, cumpliendo a rajatabla las órdenes del Gobierno.

P. ¿Y el confinamiento?

R. Como unos meses de libertad que me han permitido encontrarme conmigo misma. A la vez que, a través de las redes sociales, he estado más conectada que nunca. Ha sido una experiencia muy rica.

P.  ¿Hay siempre motivos para dar gracias a Dios?

R. Soy creyente. Pero de una religiosidad poco madura. Tiendo a la meditación, pero también me gustan los rituales que me enlazan con las creencias de las personas de mi pasado. Sí, siempre hay un motivo importante para dar gracias a Dios y para estar contenta.

P. ¿Cabe el enfado?

R. Nunca.

P. ¿Y la confianza en los seres humanos?

R. En principio siempre confío. Aprecio a la mayoría silenciosa que tiende una mano.

P. Una obra que nos hable de esperanza.

R. La Biblia.

P. ¿Cómo ve el futuro?

R. Siempre con optimismo. Estamos en un momento de cambio. Tenemos que sacar los mejor. Se hablará de una generación postcovid y creo que será una generación mejor.

SUMARIOS

“Los aparentemente frágiles me atraían por su gran fuerza interior”

“Las clases on line no pueden sustituir a la enseñanza en el aula”

“Se hablará de la generación postcovid, y creo que será una generación mejor”

(Humanizar, N.º 172 --Madrid, septimbre-octubre 2020).

Si no aprendemos nada de esta crisis, volveremos a caer

Si no aprendemos nada de esta crisis, volveremos a caer

Foto Manuel Cortés Blanco

Manuel Cortés Blanco. Médico, epidemiólogo y escritor

Si no aprendemos nada de esta crisis, volveremos a caer

Si por el día realiza su trabajo como epidemiólogo en primera línea de la lucha contra la COVID-19, cada noche –tras haberles contado algún cuento a sus hijos– encuentra en la Literatura una válvula de escape. Hoy nos comparte a todos su saber y experiencia.

María Pilar Martínez Barca

Manuel Cortés Blanco, zaragozano de nacimiento y afincado en León, es médico, psicólogo, cuentacuentos y escritor. Técnico Médico de la Sección de Epidemiología del Servicio de Sanidad (Servicio Territorial de León) de la Junta de Castilla y León.

Como médico ha trabajado en cuatro de los cinco continentes. Premio Nacional Ulysses 2010 por su labor científica. Vinculado a distintas organizaciones solidarias, es técnico asesor del Proyecto Los Argonautas, dedicado a la inclusión social de las personas mayores más desfavorecidas.

Virología básica

P. ¿Qué son los virus?

R. Son agentes infecciosos microscópicos que, sin alcanzar a constituirse como célula, solo pueden reproducirse dentro de las de otros organismos. En latín significa veneno. Al igual que nosotros, forman parte de la Naturaleza.

P. ¿Y COVID-19?

R. COVID-19 –del inglés Coronavirus Disease 2019- es la enfermedad producida por un nuevo microorganismo. Su denominación correcta sería SARS-CoV-2 –en inglés, Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2–, Coronavirus responsable de esta pandemia que vivimos.

P. ¿Se conoce su origen?

R. Aun cuando el criterio científico prevalente sea el de que tras analizar el genoma del agente causal, los resultados concluyen de manera abrumadora que su origen está en la vida silvestre –pudo pasar del murciélago u otros animales salvajes al ser humano–, no existe consenso absoluto. Los hay quienes abogan por que sea un producto de laboratorio, e incluso hemos escuchado otras teorías –desde la influencia del cambio climático a las ondas del sistema G5– sin mayores argumentos. En mi opinión, ante cualquiera de estos escenarios, esa Biodiversidad que nos protege se ha visto afectada por nuestro modo de vida, haciéndonos más vulnerables a este tipo de infecciones.

P. ¿Cuántas pandemias ha habido en la Historia?

R. Muchas. Desde tiempos bíblicos a la COVID-19, pasamos por la Plaga de Justiniano, la Peste Negra, la mal llamada Gripe española… La Historia de la Humanidad está ligada a la historia de sus epidemias.

P. Resalte alguna experiencia que le haya marcado.

R. En Benin, por los noventa, cuando abordamos un brote de cólera. Me recuerdo explicando a la población la importancia de tratar el agua y los alimentos, de lavarse sus manos, de adquirir medidas de prevención. Tratando a los pacientes con aquellos equipos de protección tan primarios, gestionando qué hacer con los fallecidos. Sucedió en uno de los países más pobres del mundo y hoy me descubro haciendo algo parecido en el mío.

Una crisis anunciada

P. ¿Nos cogió de improviso?

R. A prácticamente todos. Es verdad que se trata de un virus nuevo con un comportamiento especialmente anómalo. Pero también que en nuestro estilo de vida nos creíamos inmunes, todopoderosos. Jamás pensamos que un microorganismo diminuto fuese capaz de parar nuestros ritmos, nuestra economía, nuestras vidas. Ese exceso de confianza ha contribuido a esta realidad.

P. Tos, fiebre, dificultad respiratoria… ¿Qué otros síntomas?

R. Hay casos en los que la infección acontece sin síntomas, con el riesgo añadido de poderse transmitir. En otros, con cuadros menores –en ocasiones similares a un catarro común– y en los más graves puede producir desde convulsiones a alteraciones de la conciencia. La fiebre es el síntoma más característico de la COVID-19, en nueve de cada diez casos. Algunos estudios refieren la pérdida de gusto y olfato. En cualquier caso, la dificultad respiratoria –en uno de cada seis enfermos– será siempre un síntoma mayor a valorar.

P. ¿A qué familia pertenece?

R. A la llamada Coronavirus, que incluye siete virus causantes de enfermedades en el ser humano: desde el resfriado común hasta procesos graves, como el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) o el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS). Deben su nombre al tener al microscopio forma esférica de la que salen unas espículas que le dan esa apariencia de corona. Suelen contagiarse de animales a personas –transmisión zoonótica–.

P. ¿Cómo diferenciarlo de gripe, resfriado o alergias estacionales?

R. En muchos pacientes no será posible –especialmente los más leves– al compartir síntomas comunes. Habrá que considerar cada caso de manera individualizada con el apoyo de alguna de las pruebas diagnósticas existentes, como PCR o inmunoglobulinas.

P. ¿Es de los más mortíferos?

R. No es de los peores. Hay otros virus pertenecientes a su misma familia –como el MERS o el SRAS– con unas tasas de mortalidad superiores, si bien este detalle no les beneficia para sobrevivir. Aunque el virus causante de COVID-19 mate menos, se transmite más, y no hemos desarrollado inmunidad.

P. España tiene un buen sistema sanitario. ¿Por qué tantos contagios y mortandad?

R. Los porqués no son tan fáciles de encontrar. Influyó su rápida transmisibilidad, la tardanza de los equipos de protección al personal sociosanitario –centros sanitarios o residencias para mayores–, el hecho de que el virus se cebara en personas mayores con patologías previas… Analizar con detalle esos porqués será básico para que no vuelva a suceder.

P. ¿Por qué en algunos pacientes pasa desapercibido y afecta tanto a otros?

R. Los expertos aseguran que la clave se asienta sobre el sistema inmunitario. La respuesta de este resulta fundamental. Por ello, deberíamos potenciarlo cuidando nuestros hábitos de vida: desde una dieta saludable a practicar ejercicio moderado… Sin olvidarnos de sonreír.

P. Ancianos, personas con discapacidad, triaje… Han salido a la palestra.

R. En efecto. Particularmente, he sentido el llamado edadismo o discriminación de las personas por el mero hecho de su edad. Allá donde he podido, lo he rebatido con argumentos. Una cosa es hacer triaje –lo que como médico me ha tocado muchas veces– y otra muy distinta hacer segregación.

P. ¿Qué tipos de tratamientos se han seguido?

R. En los cuadros menores el tratamiento es meramente sintomático. Para los mayores se ha desarrollado una amplia batería de productos, en ciertos casos todavía en fase experimental: desde antivirales a antibióticos, pasando por estimulantes del sistema inmunitario o terapia pasiva de anticuerpos.

Realidad y ficción

P. Es autor de varios libros infantiles. ¿La realidad supera a la ficción?

R. Indudablemente. En cierto relato anticipé un confinamiento como el que hemos tenido, su origen estaba en un desastre medioambiental. Si no cuidamos nuestro planeta acabará sucediendo.

P. ¿Dejará el confinamiento secuelas psicológicas?

R. Si bien es pronto para valorarlas, parece seguro que esta pandemia acarreará distintas secuelas psicológicas, consecuencia del estrés al que estamos sometidos. Confinamiento, miedos, tanta incertidumbre… Al igual que el virus, no hará distinciones, cebándose con los grupos más vulnerables.

Los expertos anuncian un aumento de trastornos mentales, alguno incluso de nuevo cuño como el llamado Síndrome del Domingo Eterno. Proyecto Hombre –donde impartí clases de formación– ha alertado del incremento de adicciones, como la dependencia a los videojuegos o las apuestas a través de Internet. La psicológica es una de las olas de ese tsunami llamado COVID-19.

P. Se anuncian consecuencias económicas catastróficas…

R. Es otra de las olas, llena de números rojos según el Banco Central Europeo y que cierto amigo gestor sintetiza: muchos negocios tendrán que cerrar… Traerá más diferencias entre todos, con el riesgo añadido según el presidente de la FAO de que al final de la pandemia pudiera haber más muertos por hambre que por el virus.

P. ¿Ahondará las diferencias entre países?

R. En efecto. Hay estados que ya han avanzado que no tienen dinero para afrontar los costes de esta epidemia ni podrán pagar su deuda. Aun cuando la COVID-19 sea universal y afecte a todos sin distinción, sus secuelas serán mayores en los países con menor renta.

P. ¿Para cuándo la vacuna?

R. En estos momentos la mejor prevención es el cumplimiento de las medidas de protección. En cuanto a la vacuna, hay ya más de cien proyectos registrados –algunos en fases avanzadas– si bien, por cuestión de plazos, no parece probable que esté disponible antes de un año.

P. ¿Saldremos de esta?

R. Lo veo desde un positivismo moderado. El ser humano nos recuerda al Ave Fénix: resurge de sus cenizas. Saldremos adelante, aunque deberíamos considerar lo vivido en esta pandemia, incluyendo un mayor respeto por nuestra Naturaleza. Pero también es posible que, como dijera Mary Poppins en una de sus escenas, los adultos mañana lo habrán olvidado todo. Si no aprendemos nada, volveremos a caer.

SUMARIOS

“Una cosa es hacer triaje y otra muy distinta hacer segregación”

“La psicológica es una de las olas de ese tsunami llamado COVID-19”

“La mejor prevención es el cumplimiento de las medidas de protección”

(Humanizar, Nº 171 -Madrid, julio-agosto 2020-).

Cambio de valores sobre ruedas

Cambio de valores sobre ruedas

Foto Humanizar

De la dis-capacidad a un mundo diverso

Cambio de valores sobre ruedas

No es lo mismo minusválido, discapacitado o persona con diversidad funcional. Las palabras van creando conceptos, y viceversa. Tampoco puede equipararse la integración social de los 80 con la educación y el empleo inclusivos o la accesibilidad universal, aún no lograda en este 2020 tan soñado. Vamos cubriendo etapas, es mucha lo que queda de alcanzar.

María Pilar Martínez Barca

Una primera prehistoria

Aunque nacida “libre” –es un decir– en los 60, hasta la segunda mitad de la década siguiente no entraría de lleno en esta batalla de barreras y superaciones. Casi todos recordamos una infancia feliz, y la mía no iba a ser una excepción.

Mis padres me cuidaron y superprotegieron de forma, vista en perspectiva, quizá excesiva. Normal, cuando recién llegados a la ciudad se encontraron con el alumbramiento de su primera hija y las sucesivas limitaciones según iba creciendo. ¿Fallo médico en el parto? No estaban los tiempos para preguntarse mucho.

Me enseñaron en casa a leer y escribir. “No te levantarás de la silla hasta que no leas esta página”, me decía mamá. Siempre tuve movilidad de rodillas para arriba, hablaba como una cotorra con mi lenguaje oscuro, escribía poesías de cumpleaños de muy niña. Los libros de EGB me llegaron a través de una prima maestra. Entonces los niños diferentes no íbamos al colegio, impensable. Mi socialización comenzaría cuando nacieron mis hermanos, y sobre todo gracias a la asociación Auxilia: colonias de verano, Certificado de Estudios Primarios y Graduado Escolar.

“Yo recuerdo cuando era pequeñita, claro, estoy hablando de hace sesenta años atrás, que había niños con síndrome de Down a los que se encerraba en las casas”, me contaba la actriz Luisa Gavasa respecto a la grabación de “Campeones”. Nosotros no llegamos a eso; ni a que en nuestro certificado de minusvalía apareciese la palabra “subnormal” –inferior a normal–. Sin duda, los siete compañeros del aula colectiva descubrimos lo que era un encerado, una clase colectiva y el beso a hurtadillas de los profes. Y en las actividades del sábado tarde y en verano, a relacionarnos y explorar el mundo como todos los adolescentes de nuestra edad.

Fue cuando nuestra Constitución, todavía en mantillas, comenzó a tenernos en cuenta: “Los poderes públicos realizaran una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos que este Título otorga a todos los ciudadanos” (art. 49). Disminuido, ‘que ha perdido fuerzas o aptitudes, o las posee en grado menor a lo normal’, concepto que hoy consideramos más que obsoleto. Y, sin embargo, era la época de la integración, en la parroquia, el instituto, y algunos en la universidad.

La LISMI, Ley de Integración Social del Minusválido, del 7 de abril del 82, empezaría a valorar la prevención, las prestaciones sociales y económicas, la rehabilitación médico funcional, la educación, recuperación profesional e integración laboral. Unas primeras leyes, una primera toma de conciencia.

Maxiválidos y muy capaces

Los 80 serían los años de conquista, personal, social, educacional, lingüística. También la multifacética Gema Hassen-Bey, bailarina, actriz y presentadora de televisión, paralímpica y deportista impertérrita, pasó por el Instituto Nacional de Bachillerato a Distancia (INBAD). No sabría definir exactamente nuestra realidad: “No existe la palabra adecuada. Todas son peyorativas, no reflejan nuestra capacidad real. Pero tampoco soy demasiado exigente con las de uso generalizado. Una amiga y un novio que tuve me definían como guapapléjica y maxiválida”.

Según un estudio de la ONU, a partir de los conceptos de “normalidad” y “enfermedad”, serían definidas palabras como deficiencia –desvío de la norma a nivel orgánico–, discapacidad –desde un punto de vista de rendimiento funcional– y minusvalía –discrepancia entre la actuación del individuo y la expectativa social– (Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías, ONU, 1980)[1].

El Diccionario de la lengua española de la RAE define discapacitado: “Dicho de una persona: Que padece una disminución física, sensorial o psíquica que la incapacita total o parcialmente para el trabajo o para otras tareas ordinarias de la vida”. Aspecto negativo que ya recoge el Diccionario de uso del español de María Moliner: “Su sentido es peyorativo ya que proviene del griego dys (mal,   trastornado)”. Mientras que minusválido es para la misma autora: “Detrimento o disminución del valor que sufre una cosa”; etimológicamente significa “menos válido”[2]. Entre ambas expresiones, terminaría triunfando personas con discapacidad.

Décadas finales del pasado siglo en las que iríamos logrando una infancia, una formación, un ocio y un empleo más plenos. La Ley de Promoción de la Accesibilidad y Supresión de Barreras Arquitectónicas (1997); la prestación no contributiva por Hijo a Cargo discapacitado; la figura del Empleo con Apoyo (a partir de 1994); el Pacto de Toledo de 1995 y la reestructuración de todas las prestaciones; la Ley de Igualdad de Oportunidades, No Discriminación y Accesibilidad Universal (LIONDAU, 2003), marcaría sucesivos hitos en la consecución de nuestras metas.

Pero no cabe duda de que la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de Dependencia marcaría un antes y un después en el nuevo milenio: “La atención a las personas en situación de dependencia y la promoción de su autonomía personal constituye uno de los principales retos de la política social de los países desarrollados”.

Todos somos diversos

La ley define los conceptos. Autonomía: la capacidad de controlar, afrontar y tomar, por propia iniciativa, decisiones personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y preferencias propias así como de desarrollar las actividades básicas de la vida diaria. Dependencia: el estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria.

Según la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU –13 de diciembre de 2006–, los Estados Partes se comprometen a que “Las personas con discapacidad tengan acceso a una variedad de servicios de asistencia domiciliaria, residencial y otros servicios de apoyo de la comunidad, incluida la asistencia personal que sea necesaria para facilitar su existencia y su inclusión en la comunidad y para evitar su aislamiento o separación de esta” (art. 19, b). En nuestra Ley de Dependencia esta cobertura queda mucho más restringida: “La prestación económica de asistencia personal tiene como finalidad la promoción de la autonomía de las personas en situación de dependencia, en cualquiera de sus grados. Su objetivo es contribuir a la contratación de una asistencia personal, durante un número de horas, que facilite al beneficiario el acceso a la educación y al trabajo, así como una vida más autónoma en el ejercicio de las actividades básicas de la vida diaria” (art. 19).

Aquel día al escuchar la radio me cambió la vida: existía otra forma de convivir con mis capacidades diferentes y de vivir en sociedad. Se resumía en contar con asistencia personal todas las horas del día que cada uno precisase. El Movimiento de Vida Independiente había nacido en Estados Unidos en los años 80 y, tras extenderse por diferentes países de Europa y Latinoamérica, llegaba ahora a Madrid. Al modelo religioso, de ver en la discapacidad cierto castigo, y médico-rehabilitador, sucedía el social: “El tercer modelo, denominado social, es aquel que considera que las causas que originan la diversidad funcional no son ni religiosas, ni científicas, sino que son sociales”[3].

Las OVIs (Oficinas de Vida Independiente) se crearon en otras varias comunidades, por desgracia siempre para grupos minoritarios, revirtiendo en beneficios económicos para el Estado. Ya no dependías obligatoriamente de tu familia o una residencia, quitando carga y responsabilidad a la figura de la mujer. La Ley de Derechos y Garantías de las Personas con Discapacidad en Aragón (2019), como las de otras comunidades española, ha venido a implementar las disposiciones de la ONU:  “as Administraciones públicas aragonesas tendrán especial sensibilidad y consideración respecto a las necesidades específicas de las mujeres y niñas con discapacidad en todas sus actuaciones, a fin de asegurar que puedan disfrutar plenamente y en igualdad de condiciones de todos sus derechos y libertades fundamentales” (art. 9, 1).

Somos personas con diversidad funcional, cada cual funcionamos de forma diversa; personas con capacidades diferentes o, como mucho, dis-capacitados: “Relativo a una persona, que presenta una disfunción, física, intelectual o sensorial, que le limita para el trabajo y otras actividades de la vida cotidiana” (cosecha propia).

SUMARIOS

“Entonces los niños diferentes no íbamos al colegio, impensable”

“La Ley de Dependencia marcaría un antes y un después”

“Somos personas con diversidad funcional, funcionamos de forma diversa”

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[1] María Lourdes Aparicio Ágreda, “Evolución de la conceptualización de la discapacidad y de las condiciones de vida proyectadas para las personas en esta situación”, Universidad Pública de Navarra).

[2] Luciano Andrés Valencia, Breve historia de las personas con discapacidad. De la opresión a la lucha por sus derechos, Editorial Académica Española, 2018.

[3] Javier Romañach Cabrero, “Bioética al otro lado del espejo: la visión de las personas con diversidad funcional y el respeto a los derechos humanos”.

(Humanizar, N.º 169 -Madrid, enero-febrero 2020).

Capacidad o derrota en el fiel de la balanza

Capacidad o derrota en el fiel de la balanza

Seguir o detenerse: dos opciones de vida

Capacidad o derrota en el fiel de la balanza

Ante una misma situación, podemos hundirnos y tirar la toalla o crecer como personas. Ramón Sampedro, Inmaculada Echevarría, María José y Ángel, quizá nos suenen más, son más mediáticos. Nombres como Javier Romañach, Olga Bejano, Estrella Gil, los gemelos Eduardo y Javier, Paco Luzón… tendremos que tirar de Google. ¿Qué línea invisible los separa?

María Pilar Martínez Barca

Cara y cruz

“El hombre absurdo dice ‘sí’ y todos sus esfuerzos ya no tendrán término. No hay un esfuerzo personal, pero sabe que es dueño de sus días” (Albert Camus, El mito de Sísifo).

El caso más mediático y polémico fue sin duda el de Ramón Sampedro (1943-1998). Marino desde los 22 años, a los 25 sufriría un accidente, al darse de cabeza contra una roca buceando. Tetrapléjico el resto de sus días de la vértebra C6 para abajo. Tendría tiempo de pensar en el vacío, en la inutilidad de su existencia, en su ansiado reposo eterno. La película “Mar adentro”, de Alejandro Amenábar, refleja su duro día a día y la escalofriante falta de recursos en el pequeño pueblo coruñés de Porto do Son. “Sólo  hay  dos  alternativas:  convertirte  en  un ser absurdo, ser  lo que no deseas ser, un habitante del infierno; o ser coherente con la  utopía  de  la  vida.  Liberarse  del  dolor,  buscar  el  placer  a  través  de  la  muerte” (Cartas desde el infierno). Su cerrazón acérrima a utilizar silla de ruedas lo mantuvo postrado en una cama. La asistencia a los tribunales para solicitar una muerte digna, hoy suicidio asistido, y el contacto con la asociación Derecho a Morir Dignamente, únicos alicientes que le harían salir.

Idéntica lesión medular presenta el ingeniero informático Javier Romañach (1962-2018), el coche le jugaría una mala pasada. La rehabilitación en el Hospital de Parapléjicos de Toledo no fue fácil. Aprendió a comer solo, a valerse por sí mismo en lo posible y a viajar, siempre con su asistente personal, por toda España y el extranjero. Su intervención en el espacio televisivo “Las cerezas”, de Julia Otero, nos dejó con la boca abierta. “Porque una muerte digna se define como una muerte corta e indolora. ¿Cómo defines una vida digna?”. Socio fundador del Movimiento y el Foro de Vida Independiente, junto a compañeros para, tetra y pentapléjicos –con respiración asistida–, nos haría a muchos salir de la modorra. Nos cambió totalmente el chip, de la dis-capacidad a la diversidad funcional.

Olga Bejano, fotógrafa y escritora (1967-2008), sometida muy joven a una operación de apendicitis que, por error en la anestesia, la dejaría progresivamente paralizada, nos conmovió a todos con Alma de color salmón, Voz de papel, Los garabatos de Dios y Alas rotas; y numerosos relatos y artículos periodísticos. ¿Cómo podía escribir, alimentarse, respirar, los ojos ya vendados para que no se le llagasen? Su madre y sus asistentas fueron sus gafas, sus bastones y su contacto con este mundo. “Tierra adentro” sería uno de sus lemas, en contraposición a la película sobre Ramón Sampedro por Javier Bardem. “Cada mañana siento que estoy viva, aunque mi cuerpo está paralizado y con mi boca no puedo decir ‘Buenos días’; tampoco puedo ver la luz del nuevo día, pues, al no poder mover los párpados por mí misma, me los cierran con esparadrapo para evitar que se ulceren. Pero mi corazón sigue latiendo y sintiendo, y de mi corazón sale una mariposa que se eleva al cielo”.

“Todos sabemos que el ser humano es complejo, múltiple, contradictorio, que está lleno de sorpresas, pero hace falta una época de guerra o de grandes transformaciones para verlo. Es el espectáculo más apasionante y el más terrible del mundo” (Irène Némyrovski, Suite francesa).

Nasciturus moriendi

“Si, con el suicidio, la mujer pastún impone un acto socialmente irrecuperable, a través de su canto ejerce un desafío” (Poesía popular de las mujeres “pastún” de Afganistán, Sayd Bahodín Majruh, traducción de Clara Janés, 2002).

Recuerdo a Inmaculada Echevarría (1955-2007), la pentapléjica granadina que logró que el Consejo Consultivo de Andalucía aprobase la limitación del esfuerzo terapéutico. Su vida no fue sencilla: obligada por las circunstancias a dar su bebé en adopción; el resto de familiares fallecidos. “A lo mejor yo no me he comportado como debía estos dos años, pero puede ser el momento de cambiar. […] No me he portado bien con ella, pero es que yo he tenido problemas psicológicos”, declaraba J. M., el hijo de Inmaculada. Y me viene Estrella Gil, madre con parálisis cerebral que lo está dando todo por su hijo, al que a su vez se le detectaría un trastorno del entorno autista.

Los altos tribunales británicos aconsejan desconectar la alimentación artificial de bebés con graves enfermedades congénitas –llámense Charlie Gard o Alfie Evans, ambos Síndrome de Agotamiento Mitocondrial–. Mientras los padres de Hugo (10 de diciembre de 2010), Juan Carlos y Elma, no ahorraron esfuerzos, familiares, terapéuticos o sociales, para que su niño, nacido con treinta y cuatro semana de gestación –con grave parálisis cerebral provocada por una septicemia a los dos meses, que no camina, habla ni puede mantenerse solo sentado–, haya desarrollado al máximo sus potencialidades. Son ya nueve años de felicidad.

“El dolor y el sufrimiento suelen irrumpir en la vida de las personas provocando una conmoción existencial. No pocas veces se presenta como escándalo a la razón y dura prueba para el alma, sobre todo si se trata de un dolor que se padece injustamente” (“Aproximación al dolor y al sufrimiento en la literatura”, Dra. María Cristina Viñuela). Mónica Castellano, madre de Eduardo y Javier, también nacidos prematuros y con parálisis cerebral, me comentaba: “Tienes dos opciones: o pasarte el día llorando y aquí me hundo, o seguir adelante”.

Ideología y vida

“La salud se basa en un cierto grado de tensión, la tensión existente entre lo que ya se ha logrado y lo que todavía no se ha conseguido; […] El amor constituye la única manera de aprehender a otro ser humano en lo más profundo de su personalidad” (Viktor Frankl. El hombre en busca de sentido).

Francisco Lazón, banquero y hoy enfermo de ELA en fase avanzada, ha sabido luchar no solo por sí mismo, sino por crear una fundación y por la dignidad de otros compañeros enfermos como él y sus familias. ¿Cómo entender actitudes como la del matrimonio de Leganés, en la que el esposo ayudaba a morir a su esposa enferma? Una compañera escribía: “Querría haber leído qué apoyos humanos tenían María José y Ángel, cuántas horas, si eran suficientes. Si tenían carencia de ayudas técnicas o de adaptación de la vivienda, si habían gastado dinero de su bolsillo…” (Rosa Conca Pérez, activista pro Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad).

“Parecía como si tuviera vergüenza de morirse. / No sé qué se puede decir gente como él. / Nuestras miradas se evitaban como en un fotomontaje” (Wislawa Szymborska, “Informe en el hospital”, en Mil alegrías. Un encanto).

Otra forma de enfocar la cuestión es la política. Antonio Aramayona (1948-2016), exprofesor de Filosofía, escritor, activista y uno de los líderes ideológicos fundacionales de Podemos, se quitó voluntariamente la vida por una discapacidad que sentía avanzar. Las palabras en su blog, carta de despedida a sus seguidores, son escalofriantes: “Te preguntarás por qué, a qué viene esta decisión tan inusitada. De hecho, no soy un enfermo terminal, no me han detectado una enfermedad grave e incurable. Tampoco estoy deprimido. Simplemente, ha llegado mi momento de morir”. Obviando la lucha de políticos sobre ruedas no solo de su misma formación –Pablo Echenique, Raúl Gray, Virginia Felipe–; sino también a otros representantes de diversos partidos: los parapléjicos Francisco Vañó (PP), Juan Carlos Ramiro (PSOE), Teresa Perales (PAR), Pablo Soto (Ahora Madrid), Ángela Bachiller, edil popular de Valladolid con síndrome de Down, y en la presente legislatura la primera alcaldesa con parálisis cerebral, Carolina Alonso Fernández (Villamuelas, Toledo).

“La amistad y la literatura fueron los dos refugios de las mujeres rusas desterradas” (Monika Zgustova, Vestidas para un baile en la nieve).

El escultor y titulado en enfermería vallisoletano Jorge León (1953-2006), pentapléjico a  raíz de un accidente doméstico, llevaba meses pidiendo una mano amiga que le preparase la ingesta de sedantes, para después desconectar el respirador. Derecho a Morir Dignamente le remitió a sus médicos. Finalmente, sería persona anónima. Uno de sus últimos pensamientos: "¿Cómo podemos separar el derecho a vivir nuestra vida libremente del derecho a vivir nuestra muerte libremente?".

“La sentencia… y las lágrimas brotan de repente, / ya de todo separada, / como arrancan la vida al corazón, dolorosamente” (Anna Ajmátova, traducción de Jorge Bustamante García).

 SUMARIOS

“¿Cómo defines una vida digna?”

“Son ya nueve años de felicidad”

“Simplemente, ha llegado mi momento de morir”

(Humanizar, N.º 167 -Madrid, noviembre-diciembre 2019-).

Un tándem para la superación

Un tándem para la superación

Foto Álex Roca / Humanizat

Álex Roca Campillo: ciclismo, parálisis cerebral, voluntad sin límite

Un tándem para la superación

Nacido para competir. Su diversidad funcional no le ha impedido ser uno más en casa y en el cole, hacer amigos, licenciarse en Administrativo e Integración Social, trabajar de contable, crear un hogar con su pareja. Y todo ello envuelto en la pasión por el deporte. La vida a tres ruedas puede ser de lo más divertida, satisfactoria, plenamente feliz.

María Pilar Martínez Barca

Tiene 28 años. A los 6 meses, un herpes le produjo una parálisis cerebral infantil que le impediría hablar y caminar. De bebé, los médicos diagnosticaron que moriría o quedaría en estado vegetal. Pese a todo, los padres y Víctor, el hermano mayor, se esforzaron hasta lo ilimitado. La fuerza de voluntad de Álex, culminó el milagro. Uno más entre todos, asistió a la escuela, el instituto y la Universidad, consiguió graduarse y trabajar en una importante empresa catalana de contable.

Tras apenas tres años practicando ciclismo adaptado, y con algunos maratones en su curriculum deportivo, se lanzaba el pasado mes de mayo a la Garmin Titan Desertt 2019, la prueba ciclista más feroz del desierto de Marruecos. No es la primera vez, pero este año llegaría a la meta. Miguel Silvestre, Valentí Sanjuan, Héctor y Álex Rodríguez forma su equipo; los cinco son un único tándem, empujando, tirando o cargando, allí donde la máquina no llega. Además de cuidad el buen estado físico y la hidratación del campeón. “Además, si lo logro, creo que mucha gente cambiará un poco su pensamiento. Una persona con parálisis cerebral, con mucho trabajo y un gran equipo, puede intentar lo que se proponga”, afirma convencido Álex Roca.

Su objetivo no es llegar primero, segundo o tercero, sino llegar. Mari Carmen Maza, su pareja, es su otro gran motor. Nada más terminar la Titan, ya la vista puesta en la prueba ciclista de Nueva York. Y un nuevo reto: dar conferencias sobre mentalización. Un 76% de discapacidad reconocida, nuestro protagonista no conoce los límites. Álex es escueto en sus respuestas, pero irá siempre al grano.

Pasión por el ciclismo

P. ¿Desde cuándo practica el ciclismo?

R. En tándem, desde hace tres años

P. ¿Qué le llevó a ello?

R. El que mi hermano hiciera triatlones. Yo lo miraba y quería hacer también uno. No sabía todavía ir en bici, pero hice un triatlón con una bicicleta de tres ruedas, porque no tengo equilibrio, y la terminé. Mi tío, un fan del ciclismo, me propuso un día alquilar un tándem y me encantó la idea. Desde entonces vengo practicándolo.

P. La Titan, la Media Maratón de Barcelona, la Pligrim Roce… ¿En cuántas carreras ha participado?

R. De bici, en la Orbea Monegros de Aragón (la prueba más multitudinaria de España, con 117 Km), la Pligrim Roce, entre Madrid y Santiago de Compostela, y la Garmin Titan Desertt de Marruecos (dos veces). Aparte, he hecho cuatro triatlones. Y junto a ello cursos populares organizados por el Ayuntamiento de Barcelona; y la carrera más dura, que fue la Media Maratón de Barcelona

P. Competir en el Sáhara debe ser muy difícil…

R. Es muy duro. Porque hace mucho calor, 40 grados y más, se duerme mal y son muchas horas encima de la bici –seis jornadas, de 7 y 8 horas cada una; viendo siempre lo mismo, monótono, todo igual.

P. Cuéntenos un poco la experiencia.

R. Es algo increíble. Tenía una espina clavada, porque el año pasado me deshidraté y no pude seguir. Pero este año hemos trabajado mucho más todos los aspectos físicos, psicológicos… además de entrenar encima del tándem. Mi equipo se merece un diez; cada uno tenía una función y la cumplió a la perfección.

Miguel empuja por detrás, Valentí tira de la cuerda, Héctor lleva el timón y el otro Álex me carga con el tándem y todo cuando podemos seguir. Sin ellos no podría, aunque digan que les ayudo. Somos un verdadero equipo bien compenetrado.

P. ¿Qué ha sido lo más costoso?

R. La etapa más dura para mí fue la primera. Porque tenía mucha presión encima durante meses; tuve un momento incluso de llorar y de sacar todo. Cuando acabamos la primera etapa, el resto de los días fue disfrute. Aunque en la segunda etapa perdimos a un compañero.

P. ¿Y lo más gratificante?

R. La meta del quieto día. No era la última, pero fue una etapa muy dura. Cuando entramos en la meta me sentí orgulloso, muy satisfecho: lo habíamos conseguido, después de dos años soñando en ello. 64 kilómetros hasta el hotel Xaluca, de Maadid (Marruecos), final de la prueba; nada de camino de rosas, pero fui aplaudido más que Josep Betalú y Anna Ramírez, los vencedores de la Titan. Nunca se había visto una proeza así, en los 14 años de la carrera. Solo quedaba un día, la etapa sexta.

P. ¿Practica además otros deportes?

R. Casi todos. Pero soy muy malo en todos los otros, ¡ja, ja, ja!

Súper capacitado

P. ¿A qué se debe su parálisis cerebral?

R. A un herpes a los seis meses de vida. Los médicos dijeron en el hospital que me moriría o me quedaría en un estado vegetativo. Y después, no olvidaré a aquel médico que dijo que yo nunca podría andar, se me quedó clavado. Y ya ves…

P. ¿Tiene hermanos?

R. Si, claro, Víctor. Es más mayor que yo y es el mejor de todos los hermanos. Cualquier persona soñaría con tener un hermano como él.

P. ¿Fue siempre uno más en la familia?

R. Sí, por supuesto. Mi familia lo es todo en mi vida. Y mis padres; gracias a ellos, a su esfuerzo, su amor, su confianza, se ha hecho realidad que yo sea quien soy. Les debo todo y más.

P. ¿Fue un buen alumno en el cole?

R. Ja, ja, ja. Un poco pillín ya era, pero sí que iba haciendo mis tareas.

P. Instituto, enseñanzas medias. ¿Tuvo muchas dificultades?

R. hacia lo mismo que todos, lo único que con ordenador. Tardé algo más en leer y escribir que los otros niños. Como soy mudo, no podía hacerlo en voz alta.

El límite lo pongo yo

P. ¿En qué se licenció en concreto?

R. En grado medio administración y grado superior de Integración Social. Me costó lo mío.

P. Creo que trabaja en una empresa de contable. ¿Le cuadran los números?

R. Sí, es exacto, trabajaba de contable. Pero hace una semana lo dejé, y ahora estoy empezando a dedicarme a mi proyecto más ilusionante que es el deporte. Y a dar conferencias. Tengo un poco de respeto por ver cómo va a salir todo, pero en la vida hay que estar arriesgando constantemente.

P. Supongo que es más difícil encajar los números, socialmente, en temas de discapacidad.

R. Sí. El tema de la discapacidad está muy de moda, pero creo que aún hay mucho trabajo por hacer y muchísimos prejuicios que superar. Se creen que no vamos a poder, cuando en muchos aspectos somos tanto o bastante más válidos que ellos (en el tema de números en mi caso, por ejemplo).

P. Defínanos el límite.

R. Mi lema es: El límite te lo pones tú. Porque a mi mucha gente me ha dicho “no podrás vivir, andar, estudiar, conducir... etc.”, y poco a poco lo he logrado. Y soy de la opinión que cada uno tiene que poner sus propios límites. Reales, está claro

P. ¿Qué tal en el amor? Me ha dicho que le tiene preparadas chuche al terminar cada etapa….

R. Muy bien. La verdad es que con Mari Carmen soy yo mismo. Me apoya en todo y siempre está ahí. Es la mujer de mi vida. No es casualidad que junto a ella hay superado la Titan del desierto de este año.

P. ¿Y el día a día? ¿Colabora en las tareas del hogar? Creo que es muy amo de casa…

R. Hace dos meses que nos independizamos de mis padres, me lo ponían muy difícil. Me he espabilado bastante, porque estaba muy mimado, ja, ja, ja. Le ayudo bastante a mi pareja, hago la cama, friego… y me esfuerzo todo lo que puedo.

P. Tres sueños a corto plazo.

R. Continuar siendo feliz. Tener buena salud. Y que pueda seguir pidiéndolo, es la base de todo.

Muchas gracias, Álex, por tu esfuerzo y superación de cada día.

SUMARIOS

“Mi tío, un fan del ciclismo, me propuso un día alquilar un tándem, y me encantó”

“Mi familia lo es todo en mi vida. Y mis padres, que han hecho posible que yo sea quien soy”

 “Tengo algo de respeto, pero en la vida hay que estar arriesgando constantemente”

(Humanizar, N.º 166 -Madrid, septiembre-octubre 2019).

La universidad del corazón

La universidad del corazón

Foto María Antonia

María Antonia Martín Zorraquino, catedrática de Lengua Española

La universidad del corazón

Hija de profesores, doctora en Filología Románica por la UZ, nos relata su opción por la docencia, los cambios educativos, su pasión por la lengua, los alumnos, sus contactos humanos… Un buen poema, que ayude a comprender e imaginar, antes que el wasap.

María Pilar Martínez Barca

Primera Catedrática de Lengua Española de Universidad en nuestro país. Conferenciante en universidades europeas y americanas. Directora de los Cursos de Lengua y Cultura Españolas para Extranjeros (Universidad de Zaragoza). Directora de la Cátedra "María Moliner" (Institución "Fernando el Católico", DPZ) (Comisaria de su Centenario). Académica correspondiente por Aragón de la RAE; y de las Academias Cubana, Panameña y Boliviana de la Lengua. Profesora Emérita.

Una alumna excelente

P. Sus padres fueron químicos...

R. Mi madre, María Antonia Zorraquino Zorraquino, se doctoró en Ciencias Químicas en 1929, con la tesis “Investigaciones sobre estabilidad y carga eléctrica de los coloides”. Mi padre, Juan Martín Sauras, obtuvo la Cátedra de Química Inorgánica en Santiago de Compostela en 1929 y se trasladó a la de Zaragoza en 1936.

P. ¿Ha cambiado la situación de la mujer?

R. Mi madre no consiguió de mi padre facilidades para ejercer su profesión: él no consideraba moral que ambos trabajaran en la misma universidad. Pocas mujeres eran universitarias; fueron pioneras ejemplares. La vida de la casada solía reducirse al ámbito doméstico. Hoy la mujer, que ha conquistado muchos campos, sigue en desigualdad laboral.

P.  ¿Los niños son siempre niños?

R. Veo a mis sobrinos nietos y me reconozco. Idénticas inocencia, confianza en los papás, curiosidad, espontaneidad, fantasía…; el mismo deseo de cariño; las mismas ganas de jugar… Es el tiempo de oro de la vida.

P. ¿Por qué Letras?

R. Estudiar lenguas me fascinaba. Era donde me sentía más segura. Lo entendía todo. Disfrutaba con el análisis lingüístico, el comentario de textos, el reflejo de la lengua en la cultura. Me gustaba la Filología Clásica, pero no se cursaba en Zaragoza y escogí la más cercana a mi lengua: Filología Románica. Pertenezco a la primera promoción zaragozana.

P. ¿Educamos bien hoy? 

R. Cada generación tiene sus ventajas y problemas. Había menos distancia entre la de mis padres, mi hermano (dieciséis años mayor) y la mía. Ahora los cambios van en progresión geométrica, vertiginosa. Educar así no es fácil. Pero hay valores permanentes…, que deben incardinarse en cada circunstancia.

P. Don Félix Monge…

R. Con mis padres, Félix Monge ha sido la persona que más influyó en mí. Tuve profesoras estupendas en primaria y bachillerato. Pero Monge fue mi maestro: me enseñó a investigar, a reflexionar científicamente, a ser docente eficaz. Me estimuló en mi desarrolló personal. Fue un excelente amigo.

Maestra de generaciones

P. Sus alumnos.

R. Con mis primeros alumnos era una hermana mayor (26-37 años). Luego me veían como la madre…, y a los padres hay que “decapitarlos”… Al final (55-70), era la abuela: se han mostrado mucho más cercanos… Me he sentido siempre muy a gusto entre mis alumnos (chicas y chicos).

P. ¿Qué disciplinas imparte?

R. Lengua española, a través de la gramática sincrónica –descriptiva y normativa–, y Sociolingüística. Con la Historia del Español, son materias clave para conocer nuestra lengua –actual e histórica– y su relación con las de áreas bilingües, ámbito este complejo, no por las lenguas, ni los hablantes, sino por los políticos. Las construcciones pronominales (oraciones reflexivas) y los marcadores del discurso (pero, sin embargo, en consecuencia…) son parte esencial de mis publicaciones. Dos grandes ámbitos del español: desde la gramática de Nebrija (1492), y durante los últimos cuarenta años.

P. ¿Español o castellano?

R. ‘Castellano’ es el término consagrado por la Constitución de 1978. ‘Español’ es el término, de origen quizá provenzal, con que se designó desde la Edad Media a los cristianos de este lado de los Pirineos. Con ‘español’ la RAE titula sus obras desde 1925. Es general en la enseñanza del español como segunda lengua. No conlleva marca regional. O sea: castellano Y español.

P.  ¿Muchas diferencias entre culturas?

R. Muchos gestos revelan rasgos universales. Pero también hay muchas diferencias. No solo en la estructura interna y el vocabulario de las lenguas, sino en la manera de presentarnos ante los demás.

P. ¿Su experiencia más dura?

R. Todas aquellas en las que he debido juzgar como profesional. Especialmente, en la CNEAI (Comisión Nacional de la Evaluación de la Actividad Investigadora). ¡Discrepancias graves a la hora de valorar al prójimo! A mi juicio, desde su creación, faltó claridad (irresponsablemente) sobre su repercusión. En cambio, en el Comité de Evaluación del Profesorado, en la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación), me sentí muy a gusto.

P. La más gratificante

R. El encuentro con los estudiantes que han venido a mí y me han confiado la dirección de su tesis (u otros trabajos previos). Y con los del Programa Erasmus, u otros Cursos; o con quienes me piden aval o consejo… ¡El inmenso tesoro del encuentro con quien confía en ti!

P. ¿Mejor nivel educativo?

R. Conseguimos la educación general obligatoria y gratuita en 1970. En países europeos como Francia, o Suecia, es logro del XIX. Nosotros, pese al enorme esfuerzo de la II República Española, hemos tardado mucho. Ha habido muchas reformas. Pero es vergonzoso que no haya una política rigurosa de consenso para la Educación.

P. Las nuevas tecnologías.

R. Suponen una verdadera revolución humana. Da vértigo. Un aspecto: mucho wasap, pero una comunicación superficial. Información impresionante, pero también manipulación de la gente. Prefiero el encuentro personal, cara a cara, o epistolarmente. Pertenezco a otra época.

Universidad del corazón

P. Dedicatorias a su marido, sus padres, su hermano, su maestro, sus alumnos… ¿Dónde aprendió Humanidad?

R. De unos padres capaces de cualquier sacrificio por el bienestar de sus hijos, por una educación respetuosa con los demás, basada en la superación y el esfuerzo. Mis padres, y mi hermano, deseaban de mí una persona buena, digna, honrada y trabajadora. Mi marido y yo nos identificábamos plenamente; ha sido mi mejor amigo y compañero.

P.  ¿Cuidamos de nuestros mayores?

R. Cuando nací, mi padre tenía 51 años y mi madre 44. Él murió cuando yo tenía 20. Tuve que cuidar a mi madre (una mezcla de resolución y fragilidad), con terrible osteoporosis, y a su hermana mayor, mi tía Pilar. Cuidar a los mayores es un privilegio; y la convivencia entre generaciones, esencial. El cuidado de los mayores en España presenta luces y sombras. La ayuda a la dependencia debe ser prioritaria.

P.  ¿Nos comunicamos nosotras de otra forma?

R. Mi generación ha tenido sendas formas de relacionarse, entre mujeres y con varones. Nuestra generación no tuvo acceso generalizado a la educación mixta, pero en la Universidad tuvimos oportunidad de hacer amigos. He tenido colegas excelentes. Pero no hablamos igual con unos y con otras.

P. Recuerdos especiales…

R. Recuerdo agradecida por su impresionante personalidad y sus deslumbrantes valores (en ámbitos distintos): a Ricardo Gullón, intelectual de simpatía arrolladora; a Rafael Lapesa y a su esposa; a Emilio Alarcos, don Paco Ynduráin, Eugenio Coseriu, Bernard Pottier y Gerold Hilty (filólogos, críticos y lingüistas) y a José Manuel Blecua e Ildefonso-Manuel Gil, con su mujer (filólogos e historiadores de la literatura); a la pianista Pilar Bayona; a Hipólito Gómez de las Roces, político ejemplar, y a mi ex Rector, Felipe Pétriz, que confió en mí para la ANECA.

P. ¿Preparados para envejecer?

R. Yo creía que sí... He cumplido los 70 y me fracturé una vértebra. Voy superándolo con fisioterapia. Todo en lo que no tenemos experiencia…, hay que ir asumiéndolo. Con buen sentido, se puede afrontar la vejez con serenidad. La muerte no me asusta. Soy mujer de fe.

P. ¿A qué dedica su tiempo libre?

R. Me encanta la música. Voy, al menos, a uno o dos conciertos mensuales. También el cine y el teatro. Y visitar universidades extranjeras: la mía me lo permite como docente Erasmus. Y estudio lenguas minoritarias (ahora, el catalán).

P. Un poema humano.

R. Ildefonso-Manuel Gil tiene poemarios muy hermosos: El tiempo recobrado, De persona a persona; Poemas del tiempo y del poema; Poemaciones… Escojo el Poema final de Poemaciones. Gil parece dirigirse a la esposa, Pilar Carasol, pero también al lector: “No me dejes morir. / En tanto alientes, / víveme en tus recuerdos. / Llévame de la mano hasta tu muerte, / cobíjame en tus sueños, / donde yo velaré mientras tú duermes”.

SUMARIOS

“La infancia es el tiempo dorado de la vida”

“El inmenso tesoro del encuentro con quien confía en ti”

“Cuidar a los mayores es un privilegio”

 

(Humanizar, Nº 161 --Madrid, marzo-abril 2019--).

Añón de Moncayo, microcosmos y humanidad en crecimiento

Añón de Moncayo, microcosmos y humanidad en crecimiento

Foto portada libro

Carlos Mas Arrondo, profesor, escritor, historiador

Añón de Moncayo (Zaragoza), microcosmos y humanidad en crecimiento

El autor nos conduce por la historia de un pueblo que representa a todos, de los celtíberos y la edad de hierro a nuestros días. Riqueza mineral, sustento del bosque, altura de águila. Enfrentamientos y supervivencia, búsqueda de sentido. Detalle histórico y leyenda, todo construye.

María Pilar Martínez Barca

Carlos Mas Arrondo (Zaragoza, 1955) es doctor en Historia Económica. Entre sus temas, la siderurgia, el transporte fluvial del hierro, la economía industrial y agraria, el sistema educativo o aspectos aragoneses, como Goya y la Constitución de Cádiz; Pablo Gargallo… Docente durante cuarenta años de enseñanzas medias, elabora unos Apuntes para la Historia del Arte de Selectividad, Comisario de la exposición “Ramón y Katia Acín: el arte contra la violencia”. Resaltamos Historia de la farga catalana (2000) y el presente libro, Historia de la humanidad en miniatura (ed. Comuniter, 2018).

Materia prima

P. La Humanidad en un pequeño pueblo aragonés. ¿Demasiado ambicioso?

R. Según Bernard Shaw, la única diferencia entre una aristócrata y una cerillera es cómo las tratas. He estudiado Añón de Moncayo como síntesis de toda la Humanidad, para hacer más comprensible la evolución de nuestra especie. Un ejemplo de tantos utilizados en docencia. La narración está dividida en setenta fragmentos, como puertas que el lector puede o no traspasar para completar una imagen global. Un permanente viaje de ida y vuelta entre lo general y lo particular.

P. De los diferentes periodos históricos, ¿con cuál se quedaría?

R. Con el momento presente. No comparto esa “nostalgia del pleistoceno” que nos hace creer en un idílico pasado de fraternidad y proximidad a la naturaleza, mientras olvida el sufrimiento y la miseria de la mayor parte de la población.

P. ¿Hemos cambiado mucho?

R. Somos biología y cultura, los cambios culturales han sido muchos, pero de forma muy acelerada en un tiempo reciente –desde el final de la Era Agrícola–. 

P. ¿Cómo influyen la economía, la industrialización, la siderurgia…?

R. Son clave. El motor de la historia es el instinto de supervivencia, la satisfacción de las necesidades básicas. El hilo conductor de la vida en Añón son las variadas formas de obtener recursos: la tierra, el monte, el bosque, la mina… Una gesta colectiva entre hombre y naturaleza. El feudalismo primero, y el capitalismo después, son formas de producción impuestas.

Las dos grandes pulsiones humanas son la necesidad biológica de buscar cobijo, alimento y mantener nuestra descendencia. Y la búsqueda de sentido, derivada de la conciencia de finitud, que únicamente tiene nuestra especie.

P. El bosque, la montaña.

R. Añón es una zona de tránsito, entre montaña y llano; entre el bosque, el pasto y la escasa tierra de cultivo. Esta posición, de altura aguileña y bosque, lo marcará. El bosque es el lugar económico del pobre: la leña para vender, el carbón vegetal, la bellota, la caza… Simbólicamente, conforma un espacio mágico, indefinido, sin horizonte, impreciso: el espacio de la bruja, el gnomo, el laberinto de Hansel y Gretel. El territorio murado sobre el altozano del castillo, es, por el contrario, un trasunto de la montaña moncaína, la negación “cultural” del bosque.

Las edades del hombre

P. ¿Qué restos quedan de la prehistoria?

R. Falta por hacer, ha habido pocas prospecciones arqueológicas. Sí las suficientes para rastrear toda una secuencia de habitación humana, desde el paleolítico a la edad del hierro. Caza, pesca, ganadería y riqueza mineral para la fabricación de utensilios y armas están constatadas.

P. Celtiberos, romanos, visigodos… ¿Seguimos respetando lo diverso?

R. Lamentablemente, nuestro pasado es más fundamentalista que tolerante. Las diferencias de género, clase o etnia han constituido lacerantes discriminaciones. Es relativamente reciente la idea de igualdad.

P. ¿Fue  la Edad Media tan oscura?

R. En el 1140, Añón es una de las primeras encomiendas de la Orden de San Juan, un señorío en forma de mini-estado dirigido por frailes-guerreros. Nada despreciable su impulso colonizador (como el del monasterio de Veruela), ni la creación de la ferrería, una de las industrias más importantes de Aragón. La oscuridad medieval es otro mito que se desvanece apenas te acercas a su estudio.

P. Sistema ganadero y agrícola, señores y trabajadores. Estructura que perdura hasta el XX.

R. El régimen feudal dura más de siete siglos y fijará unas estructuras sociales inamovibles, sobre la consabida fórmula: toda la vida pagando al señor para morir debiendo. Cuando las murallas se rompan, y se abran las puertas del castillo, el pobre y el rico sustituirán al vasallo y al señor.

P. ¿Cuándo crece Añón?

R. Debido al trabajo de las “clases subalternas”; a la capacidad de crear riqueza con los recursos a su alcance: carne, carbón vegetal y energía hidráulica, leña, hierro, truchas, cebada… Es injusto el pensamiento “colonizador”: el ser humano era pobre porque era tonto.

P. ¿Y la atención a los enfermos?

R. Una de las funciones de la Orden sanjuanista era la hospitalaria, pero no sabemos si se ejercía aquí. Hasta el siglo XX no encontramos asistencia sanitaria. Mientras, la familia y la caridad cristiana serán los paliativos.

Junto al castillo, la iglesia –precioso románico–, es el epicentro. Es enternecedor contemplar, con mirada actual, el recinto sagrado como dispensario de seguridad: los santos se ofrecen como héroes, protectores o terapeutas de distintas enfermedades. Las ermitas sacralizan el término; las capellanías privatizan el trato con Dios, las cofradías son células de agrupación y verdadera identidad.

Raíz perenne

P.  El XIX, guerra y sufrimiento…

R. El Ochocientos añonero es una muestra del difícil inicio de la modernidad en toda España. Comenzará con un “sitio” en pequeñito, en plena Guerra de la Independencia, para seguir con partidas realistas, carlistas y bandolerismo. La violencia no es nueva; la hace más amarga dificultar el estado liberal. Saltan los contrastes: al iniciarse la industrialización, Añón cierra su ferrería; cuando desaparece el yugo señorial, el bosque comienza a privatizarse. Se ahonda la diferencia entre campo y ciudad.

P. ¿Y el cambio al XX?

R. Si en la historia solo pudiesen escribirse dos capítulos, uno sería este. La transformación más radical jamás operada: la población pasa de 1600 millones de personas, en 1900, a 6100. Es exponencial el crecimiento económico ligado a la industrialización, el hombre se hace urbano.

P. Nuevos enfrentamientos.

R. La incivil guerra de España del 36 constituye una fractura social sin antecedentes, aunque Añón está en la retaguardia y la represión es moderada. El apartado dedicado a ello enseña a prevenir el mayúsculo desorden que provocan quienes dicen traer paz y orden.

P. ¿Progreso versus crecimiento?

R. El sociólogo norteamericano Peter Berger escribió Pirámides de sacrificio. Más que argumentar sobre el crecimiento de producción, se planteaba el “cálculo del dolor” y el “cálculo del sentido”. El incuestionable aumento de riqueza de la última centuria acarrea un cambio. Una revolución que se llevaría por delante a la sociedad tradicional, al mundo rural –la base de esa “pirámide de sacrificio”–.

Una paradoja más en la historia reciente: con la modernidad y la mejora de vida, el pueblo se desvanece. De los 1000 habitantes a inicios del XX, quedan 197. El acceso al bosque se dificulta, y el trabajo industrial en Tarazona, Borja, Zaragoza, Barcelona o Bilbao, hace inevitable el éxodo. Hoy la media supera los sesenta años; esa “España vacía” del escritor Sergio del Molino.

P. Sueños y esperanzas del siglo XXI.

R. El pueblo un espectáculo para el turismo ocasional, impulsado por el Ayuntamiento, y las instituciones autonómicas, nacionales y europeas. Ha habido que enterrar lo obsoleto, conservar el patrimonio y ofertar un producto atractivo: el cautivador patrimonio cultural y medioambiental. La creación y mantenimiento del Parque Natural del Moncayo es muy importante.

P. Una leyenda que identifique al pueblo.

R. “La leyenda de los Castillos de Herrera” (publicada por José Zaldívar, 1881). Sancho es un guardabosques que vive con su hija en las Peñas Herrera. El conde del castillo recorre el Moncayo para cazar; pero una tormenta lo lleva a la cueva del vasallo. Pretende en amores a Lucía, hija del guardabosques. Viéndose rechazado, envía al padre a Zaragoza; vuelve a la cueva y viola a Lucía, que da a luz una niña. Sancho espera venganza: cuando la obtiene, Pero-Gil Angustias, ladrón y asesino, intenta robarle su tesoro, y caen por el desfiladero junto a la nieta. La leyenda concluye: “La Naturaleza es conmovida por el retumbar del trueno y el azote del huracán. Pero no la despertará de su sueño el impulso reconcentrado de todas las pasiones de la humanidad”. Es una alegoría de la historia de Añón.

 

SUMARIOS

“El bosque es el lugar económico del pobre”

“Es relativamente reciente la idea de igualdad”

“La familia y la caridad cristiana serán los paliativos”

 

(Humanizar, N.º 163, Madrid --marzo-abril 2019--).

La nueva humanización del siglo XXI

La nueva humanización del siglo XXI

Carlos Munilla Serrano, misionero en Japón

De la cosmogonía a un Dios personal. La nueva humanización del siglo XXI

Carlos Munilla Serrano, 39 años, sacerdote diocesano de Zaragoza y misionero del IEME desde 2013. Partiendo de su misión y el día a día, nos va revelando las raíces de oriente y occidente, trascendencia budista y humanidad cristiana. Diferencias y sano anhelo integrador.

María Pilar Martínez Barca

Los fundamentos

P. ¿Qué hace un sacerdote diocesano en Japón?

R. –¿Dónde quieres ir de misión? –Me gustaría África o Cuba, donde no querría ir es a Asia, por la dificultad de la lengua.

La Dirección General del IEME (Instituto Español de Misiones Extranjeras) decidió enviarme a Japón; llevaban doce años sin enviar a ningún misionero. Estoy en Japón por “pura providencia de Dios y obediencia de fe”.

P. ¿Cómo es hoy Japón, a todos los niveles?

R. Una superpotencia moderna, altamente organizada y desarrollada (en lo político, tecnológico, económico, sanitario…). La técnica ha llevado a un sistema social muy racionalizado. Desde el tiempo al trabajo, incluso la educación. Una sociedad sin dimensión lúdica. El japonés es un hombre de empresa, con sus objetivos marcados y su normativa. Japón ha centrado su esfuerzo en la economía, sacrificando grandes dosis de humanismo. Una sociedad de consumo y pertenencia al grupo, debilitando los lazos familiares.

El sentido de persona, sujeto de derechos y valores, no está desarrollado (permanece la pena de muerte). No hay diferencia entre individuo (parte del todo) y persona (con dignidad). Esta queda oculta en el entramado de estructuras sociales, cumpliendo una función. La identidad personal brilla por su ausencia. La confianza en algo (una teoría científica, un juicio de valor) la apoyan no tanto en una convicción, como en la aceptación del entorno.

La religión no entra en ninguno de los proyectos del país, salvo como elemento tolerado. La separación entre política y religión, impuesta en la Constitución por Norteamérica, estableció el cauce. Sin embargo, como pueblo oriental, Japón posee una base religiosa y un alto sentido de la trascendencia y el Misterio, que: no se concreta en la doctrina de ninguna religión, aparece en los momentos decisivos de la vida y no se adhiere a ningún marco organizativo. “El japonés nace sintoísta, se casa por el rito católico y se muere por el rito budista”.

P. ¿Se oculta el sufrimiento?

R. En Japón se vive respondiendo a las expectativas socioculturales de los demás, lo cual lleva a un respeto desmedido por el otro que acaba alejando de él. “Te respeto tanto, respeto tanto tu espacio, que me acabas dando igual”. Si sumamos el recato a compartir la interioridad y expresar los sentimientos, el sutil individualismo, el fuerte impacto de las nuevas tecnologías… se va configurando una mentalidad que nos lleva a la “alteridad difuminada” (Carlos Domínguez Morano). Se tiende a esconder el sufrimiento, viviéndolo con una inconsciente autosuficiencia que acaba deshumanizando. El sufrimiento y la debilidad nos humanizan, pero en Japón se ocultan.

P. Meditación y oración cristiana.

R. La meditación nada tiene que ver con la oración. La meditación busca una iluminación mediante el propio esfuerzo, una búsqueda intimista de la felicidad, un nirvana que no se compromete. ¿Dios y su gracia? ¿Jesús y el misterio de la encarnación? ¿Y la persona? Con la reencarnación no se afronta responsablemente la historia, se fomenta el conformismo. Mientras la meditación tiene como punto de partida el yo, la oración cristiana parte del tú de Dios.

P. ¿Nuevos gnosticismos?

R. Existe una tendencia en teología y espiritualidad a trascender las mediaciones. Hace unos días asistí a la conferencia “Una espiritualidad más allá de la religión”. Me hizo pensar. Ante los excesos católicos de sacralizar lo objetivo en el pasado, el hombre moderno reacciona desacralizando las mediaciones. Pero si eso significa saltarse la lógica de la encarnación y el camino elegido por Dios para revelar su amor, es peor el remedio que la enfermedad. Tras la secularización de la cultura, también la espiritualidad se ha secularizado de la religión.

“No hay inmediatez con Dios sin mediaciones” (Karl Rahner). Las mediaciones posibilitan la inmediatez con Dios. La relación con Dios es don, no posibilidad del hombre. Si no estamos atentos, caeremos en un nuevo gnosticismo del siglo XXI.

Tendiendo puentes

P. ¿Su trabajo cotidiano?

R. Acompañar tres comunidades japonesas, dos filipinas y otra latina. Es muy variado: llevo cinco grupos de formación antropológica y cristiana que creé allí, visito a los enfermos, celebro la eucaristía, acompaño psicológica y espiritualmente a personas que sufren; colaboraciones en la universidad, charlas y conferencias… Sembrar y preparar el corazón humano para el encuentro con Dios. La mejor manera de hablar de Dios es a través de la calidad de nuestras vidas.

P. ¿Qué nos aporta la espiritualidad oriental?

R. La espiritualidad budista: una valoración de la sabiduría natural del ser humano, del silencio, la gratitud y lo simbólico; una nueva forma de vivir el presente, redescubrir la finitud, aprender a callar ante el Absoluto,  y trascender las palabras.

La espiritualidad sintoísta: descubrir a Dios en el misterio de la naturaleza.

P. ¿Y a ellos nuestra religión?

R. La centralidad de la persona de Jesús, el carácter histórico de la fe, el conocimiento del Padre por referencia a Jesús, la ética del amor, el discernimiento como luz interior y la concordancia del testimonio externo de la Palabra con el interno del Espíritu Santo.

P. ¿Ponerse los zapatos del vecino o descalzarse?

R. El amor cristiano vincula dos personas creadas a imagen de Dios; el budista se da entre dos agregados igualmente dolorosos e impermanentes. El amor budista debe extenderse a hombres, animales y plantas. El cristiano se centra en el prójimo. El amor budista pierde en intensidad lo que gana en extensión. El cristianismo parte de la alteridad; el oriental tiene la identidad como punto de partida. El cristianismo sigue la encarnación; Oriente pretende liberarse de lo contingente histórico.

P. ¿Qué mensaje transmite la película “Silencio”, de Scorsese?

R. Solo Dios conoce la profundidad del ser humano. Solo su silencio sostiene nuestras contradicciones y debilidades. Solo el silencio es la puerta a la experiencia del amor gratuito.

P. ¿Volver a las raíces?

R. Me he ido acercando de forma “suave, delicada y sorprendente”  a la Escuela filosófica de Kioto (Nishida Kitaro, Tanabe Hajime y Nishitani Keiji…); fuentes de inspiración para mirar a las personas, nuevas intuiciones para acercarme al Evangelio y una “transformación de mi perspectiva”. Especialmente La Religión y la Nada, de Nishitani Keiji

La vida como viaje. Mas que el viaje, lo realmente importante  es volver a casa. La vuelta da hondura y profundidad, una eternidad que permanece. Al volver tocamos la frescura de nuestra identidad; nos descalzamos, nos ponemos cómodos y, de alguna manera, renovamos nuestro yo.

En la Historia, en los momentos críticos siempre se ha vuelto a casa. La crisis de los siglos XV y XVI y el Renacimiento; el Concilio Vaticano II; o tras la muerte y resurrección de Jesús y la vuelta a Galilea. Películas como “Benhur”; “El Padrino”, El lazarillo de Tormes o La odisea. Así en nuestro viaje, vamos buscando, intuyendo… para acabar descubriendo que somos encontrados por el Dios de Jesús de Nazaret.

La delicadeza de Dios

P. ¿Influye cada cultura en la forma de sentir a Dios?

R. Historia y cultura son dimensiones constitutivas de nuestra forma de ser humanos. Estamos configurados y educados por nuestro entorno. Creo en el Dios cristiano de las mediaciones históricas. La fe se expresa en la cultura, y permanece; las expresiones socioculturales cambian.

P. ¿Evangelizar o humanizar?

R. Hay que partir de la persona, tiene valor absoluto. Y que sea el momento del otro el que vaya dándonos la luz adecuada para intuir cuándo y cómo ofrecer nuestra identidad cristiana.

P. ¿Una fe que nos una?

R. Diferencio entre ideología y fe. Cuando la fe se convierte en ideología acaba en integrismo; cuando la fe es real, a la medida del corazón de Dios, fruto de un proceso interior, vives tu identidad cristiana como don, sin creerte superior a nadie. Es el reto del siglo XXI.

P. ¿Por qué vamos tan deprisa?

 R. Inconscientemente, pretendemos dominar la existencia a través del hacer. No nos han educado los órganos de la receptividad ni la sabiduría de lo lento. La educación recibida del siglo XIX enfatiza la transformación de la realidad mediante la acción; valores orientales como el silencio, el saborear el momento, han quedado relegados. Vivimos en una cultura de la superficialidad, con enormes dificultades para la interiorización.

P. ¿Qué regalaría de Japón?

R. Un origami (el arte de doblar el papel), expresión de la delicadeza y sensibilidad estética japonesa.

SUMARIOS

“Estamos ante una sociedad sin dimensión lúdica”

“La mejor manera de hablar de Dios es con la calidad de nuestras vidas”

“Partir de la persona, tiene valor absoluto”

(Humanizar, Nº 162 --Madrid, enero-febrero 2019).

España y sus nuevos rostros. Un destino común

España y sus nuevos rostros. Un destino común

Foto Humanizar

Migración, mujer, interculturalidad

España y sus nuevos rostros. Un destino común

Carla, Jeannette, Fátima, Clementina. Cuatro de las miles de mujeres que dejan su tierra para escapar de la falta de recursos y la violencia, construirse un presente digno, reagrupar a sus familias y luchar por sus sueños. Ellas, El Salvador, Marruecos y Nicaragua, nos narran sus porqués y sus metas más íntimas.

María Pilar Martínez Barca

Un punto de partida

¿Qué te trajo a Europa?

“Me trajo mi padre por reagrupación familiar” afirma Fátima, natural de un pequeño pueblo de Marruecos. Carla Calderón, de El Salvador, vendría por “cambiar mi situación económica y personal. Para mi edad, unos 40, allá no hay trabajo”. Su compatriota Jeannette Cabezas alude a la violencia en las calles: “Buscando mejores oportunidades salariales y por el motivo delincuencial que vive el país”. Clementina Romero, nicaragüense, resume las razones esenciales: “Mi situación económica y la de Nicaragua; la falta de empleo. He llegado por trabajo”.

¿Te gusta España?  ¿Qué diferencias ves entre tu país y el nuestro?

“Sí, me gusta mucho –afirma Carla–. Culturalmente, los españoles son más respetuosos (dejan sitio en el autobús a personas que lo necesitan); y socialmente, hay mucha más libertad y seguridad”. Y Jeannette: “Me gustan España y Zaragoza, son muy tranquilos, multiculturales y acoge muy bien a los inmigrantes”. Subraya diferencias: socialmente, más limpieza, los autobuses regulados; mejores niveles salariales, y de educación, más avanzados y a más temprana edad. “Son distintas las culturas, y mucho mejor aquí en lo económico”, asegura Fátima.

Fátima y Clementina coinciden: “Me guata Zaragoza más que otros sitios” –asegura la primera–; “si me gusta España, su gente y su cultura, aunque no es tan diferente a la cultura de mi país. Zaragoza es muy importante para mí, puedo decir que la amo tanto como a Nicaragua y la ciudad en que nací; aquí traje a mis hijas y encontré el amor”.

¿Te ha costado adaptarte?

“Un poco, porque he vendo muy pequeña” (Fátima). Para las migrantes latinas, en general, la integración es más sencilla. Clementina nos cuenta el secreto: “No me ha costado. De hecho, cuando llegas pesa más la carga en el corazón que la maleta; el calor humano que recibes te da fuerza para seguir.

En el mismo barco

¿Algún tipo de rechazo?

“No he percibido de momento ningún tipo de rechazo” –Carla, unos meses en nuestro país–. Y Jeannette: “Por el momento, no he vivido ningún rechazo. Al contrario, me han apoyado mucho, los españoles y personas latinas”. Clementina puntualiza: “España es muy grande y cada comunidad tiene su hábitos. En Zaragoza, me sentí una más; ahora vivo en Cataluña, Tarragona, y si se percibe rechazo. Una vez me enfadé mucho en el autobús, porque un tipo me dijo que debía aprender catalán, que el castellano es una lengua de paletos. “Hay mucho rechazo por el tema de la religión  musulmana para encontrar trabajo”, comenta Fátima.

¿Piensas que las personas migrantes se adaptan a su nuevo país? ¿Siguen con sus costumbres? ¿Las imponen?

            “Procuro acostumbrarme” (Fátima). “Normalmente, nos cuesta adaptarnos a una nueva cultura; pero sería bueno tomar todo lo positivo de cada una de ellas y unirlas, nuestras costumbres y las del nuevo país” (Carla). “Los inmigrantes debemos adaptarnos al lugar que nos acoge. En su mayoría lo hacemos, pero España muestra una diversidad cultural muy rica y hay personas que mantienen sus hábitos. Aunque no se imponen a nadie, se convive con los de tu misma cultura” (Jeannette).

            Clementina puntualiza: “Creo que no todos llegamos a adaptarnos. Tuve una compañera de piso que nunca lo logró, hasta el punto de que fue a Emigración a pedir que la deportasen. En la policía le dijeron que esperara y la llamarían. Ella toda feliz esperó una semana, no la llamaron y todos los días iba a preguntar. Terminó conociendo a todos lo que trabajaban en Emigración. Y sí, algunos intentan imponer sus costumbres; no me parece. Es como que te aloje en mi casa y llegues a imponer tus reglas y querer cambiar mi manera de vivir.

¿Crees que está cambiando Europa con la llegada de tantos extranjeros? ¿Es positivo?

“Sí, está cambiando. Por los comentarios que he escuchado de algunos españoles, se ve negativo”, comenta Carla  “No sé en qué sentido”, duda Jeannette. Clementina apostilla: “Sí, creo que va cambiando. De estadística no sé; pero sí de que cada día por un niño que nace de padres españoles, de emigrante nacen diez, y eso con el tiempo se notará. Sinceramente, soy emigrante, pero no lo veo positivo. En España se pierden ingresos por falta de contratos como es debido. Y está la gente que cobra ayudas del gobierno y luego tiene trabajo en negro. Eso es muy dañino”.

¿Una cuestión política?

“Sí, realmente hasta la política afecta al cambio; eso es perceptible en todos los países, no solo España o Europa” (Carla). “No sé, cada vez se ponen las cosa peor” (Fátima). “La política siempre influye en la inmigración, si se tienen políticas restrictivas se dificulta el acceso para el inmigrante” (Jeannette). “Sí está involucrada la política; ya sabes, esas cosas se mueven con dinero” (Clementina).

Un futuro diverso y compartido

Háblanos de tu familia.

“Mi familia, muy buena. Somos mis padres y cuatro hermanos, el pequeño de 13 años. Y mi marido, tenemos una niña preciosa”, nos cuenta Fátima. Tengo dos hijas, Carla, como yo, y Daniela, de 19 y 12 años. La mayor marcha este curso a estudiar a Rusia, con una beca; son muy inteligentes”.

“Somos una familia que siempre luchó por mantener ingresos –comenta Jeannette–, como comerciantes informales de diversas índoles. Por mejorar mis condiciones económicas y las de mi familia decidí ir a la Universidad. Me gradué y obtuve un empleo en el gobierno, lo que me facilitó la vida. Pero, pese a estar doce años en la misma institución, no hubo ningún incremento salarial ni promoción, lo que me desmotivo y obligó a buscar salidas. Intenté colocarme en otras empresas, cursos e incluso realicé mi post grado, pero las condiciones laborales no mejoran en El Salvador. Decidí dejar mi plaza en el gobierno y aquí estoy, feliz de mi decisión”.

Bueno, cuando vine a España llegué sola, no tenía ni amigos. Y mira, ya ahora tengo marido y una nieta –es Clementina–. ¿Ves que estamos cambiando Europa?”.

¿En qué trabajabas en tu tierra?

“Soy técnico analista programador de sistemas y ejercía como gerente de sucursal de una tienda de ropa” (Carla). “Empleada administrativa en la Dirección de Estadística de El Salvador” (Jeannette). “Del 94 al 99, trabajé como psicóloga infantil; luego lo dejé por mis hijas, para pasar tiempo con ellas, monté una peluquería y una  librería, las ganancias eran pocas“ (Clementina).

Si mejorare la situación de tu país, ¿volverías?

“Sí, volvería”, asegura Fátima. “Políticamente, no creo que mi país mejore”, afirma Carla. “Difícilmente mejorará el nivel político, pero aunque existiera algún cambio, yo no regreso a El Salvador, dado que tomé una decisión que pienso mantener”, nos convence Jeannette. “La situación política en Nicaragua está delicada, y es un tema extenso; no creo que convocando nuevas elecciones resolviera algo. La gente quiere un cambio que el gobierno no le da. Ni la ONU ha podido hacer nada –denuncia Clementina–. ¿Volvería? De visita  o vacaciones. Pero a vivir no”.

¿Qué deseas para tus hijos?

“Una mejor vida mejor que la mía” (Fátima). “Que mis hijas estén en conmigo acá en España” (Carla). “No tengo aún, pero cuando vengan que cuenten con mejores condiciones de vida” (Jeannette).

“Mis hijos son chicos de bien. A veces me sorprendo porque pienso que no he sido buen ejemplo. Pero cuando por la calle encontramos a un sin techo y una de mis hijas entra a un supermercado a comprar víveres para esa persona, veo que van por buen camino. Ahora solo deseo que se terminen una carrera universitaria”, nos confía Clementina.

Tres grandes sueños.

Fátima: “Tener un trabajo fijo para mantener a mi familia; poder visitar la ciudad donde falleció nuestro Profeta; montar un negocio para mis hijos”.

Carla: “Un trabajo estable seguro; traer a mis hijas conmigo; tener una vida tranquila, un trabajo, un piso, un salario”.

Jeannette: “Reunir a mi familia en Zaragoza; obtener la documentación y mejorar mi calidad de vida; visitar mi tierra”.

Clementina: “Que cambie la situación en mi país; que haya más gente, también en el gobierno, que ame a las personas, los animales y el planeta en general. Más humanos”.

 

SUMARIOS

“Cuando llegas, pesa más la carga en el corazón que la maleta”

“Por un niño que nace de padres españoles, de emigrante nacen diez”

“Una mejor vida mejor que la mía, para mis hijos”

 

(Humanizar, Nº 161, Madrid, noviembre-diciembre 2018).

La eugenesia, la cara más indigna de la muerte

La eugenesia, la cara más indigna de la muerte

Eutanasia y discapacidad, un binomio imposible

La eugenesia, la cara más indigna de la muerte

Veinte años tras la muerte de Ramón Sampedro, el antihéroe de la aceptación para unos, el héroe por una muerte digna para otros, se llevaba al Congreso el pasado mayo la Proposición de Ley Orgánica de regulación de la eutanasia, por parte del grupo socialista. Casi a la par de la propuesta de Ciudadanos de modificar el artículo 143.4 del Código Penal –prisión para quienes colaboran en la eutanasia activa–. La polémica no se hizo esperar.

María Pilar Martínez Barca
Foto El País

Unos conceptos básicos

Según el Diccionario de la RAE, se define eutanasia como “Intervención deliberada para poner fin a la vida de un paciente sin perspectiva de cura”. No diferencia entre eutanasia activa, mediante el suministro de fármacos, o la pasiva, suspendiendo el tratamiento médico e incluso la alimentación por cualquier vía. Ambas son castigadas en España por el Código Penal, excepto cuando se trata de un enfermo en situación irreversiblemente terminal.

En suicidio nos encontramos con dos acepciones: 1. “Acción y efecto de suicidarse”. 2. “Acción o conducta que perjudica o puede perjudicar muy gravemente a quien la realiza”. No se encuentra todavía en nuestro diccionario la opción de suicidio asistido: “es el enfermo quien termina con su vida, pero con la ayuda de alguien que le proporciona los medios para hacerlo, tanto suministrándole los fármacos letales como asesorándole sobre la manera de administrarlos y en qué dosis”.

Sedar: “Acción y efecto de sedar”; “apaciguar, sosegar o calmar algo o a alguien”· mientras paliativo se expresa de este modo: “Dicho especialmente de algún determinado tratamiento o remedio: Que tiene como finalidad mitigar, suavizar o atenuar el dolor de un enfermo”. En el contexto médico legal, todos entendemos por sedación paliativa ”una decisión médica cuyo objetivo es reducir la conciencia del enfermo con una dolencia terminal, para aliviar su sufrimiento, cuando no existe otra alternativa”. No solo no está penada, sino que es índice de calidad de vida y, esta sí, dignidad en la muerte, en beneficio del enfermo y de su entorno familiar.

Esfuerzo: “Empleo de elementos costosos en la consecución de algún fin”; desusadamente, también “auxilio”. Mientras que terapéutica, en Medicina, se define: “Parte de la medicina que enseña los preceptos y remedios para el tratamiento de las enfermedades”. Así se entiende el límite al esfuerzo terapéutico la acción en la que “los médicos pueden decidir retirar medidas sanitarias al entender que pueden contribuir a prolongar artificialmente la vida del paciente, pero sin causar mejoría y sin aliviar su sufrimiento”. Su antítesis es el ensañamiento o encarnizamiento terapéutico.

Los puntos sobre las íes

Nos comparte Margarita Alonso Guevara, del Foro de Vida Independiente y Divertad (FVID) –Movimiento de Vida Independiente–:

“Si es sólo para quienes molestan y son caros no es un derecho, es una sugerencia eugenésica, la propuesta del nacional socialismo ahora la presentan más estilizada los socialdemócratas. Suicidio asistido libre sí, suicidio asistido selectivo no.

”El derecho a decidir sobre el propio cuerpo y a morir con dignidad debería ser el único argumento para defender el derecho de toda persona al suicidio asistido. Cuando lo contaminamos con restricciones basadas en características personales como la edad, la funcionalidad del cuerpo o la enfermedad, deja de ser un derecho para convertirse en presión economicista y / o eugenésica sobre los más débiles. Hay que entender bien este detalle”.

Entresacamos algunos puntos de la Proposición de Ley Orgánica de regulación de la eutanasia –BOE, 21 de mayo de 2018–.

“La eutanasia significa etimológicamente «buena muerte» y se puede definir como el acto deliberado de dar fin a la vida de una persona, producido por voluntad expresa de la propia persona y con el objeto de evitar un sufrimiento. […] Se busca legislar para respetar la autonomía y voluntad de poner fin a la vida de quien está en una situación de enfermedad grave e incurable, o de discapacidad grave y crónica, padeciendo un sufrimiento insoportable que no puede ser aliviado en condiciones que considere aceptables, lo que denominamos un contexto eutanásico” (Exposición de motivos, parte I).

Hasta ahí la teoría. César Giménez puntualiza: “El foro de vida independiente y divertad (FVID) ve insultante que la manera de compatibilizar el derecho a la vida y a la integridad física y moral con libertad y autonomía de la voluntad individual sea elaborando una ley que regule la eutanasia” (blog http://derechoshumanosya.org).

Sigamos con la ley. Podría solicitar la eutanasia activa quien sufra “una enfermedad grave e incurable o padezca una discapacidad grave crónica en los términos establecidos en esta ley” (cap. II, art. 5, condición 4.ª).

Ojo a las definiciones: “«Discapacidad grave crónica»: situación en la que se produce en la persona afectada una invalidez de manera generalizada de valerse por sí mismo, sin que existan posibilidades fundadas de curación y, en cambio, sí existe seguridad o gran probabilidad de que tal incapacidad vaya a persistir durante el resto de la existencia de esa persona” (cap. I, art. 3.2). “«Enfermedad grave e incurable»: la que por su naturaleza origina sufrimientos físicos o psíquicos, constantes e insoportables, sin posibilidad de alivio que el o la paciente considere tolerable, con un pronóstico de vida limitado, en un contexto de fragilidad progresiva” (cap. I, art. 3.3).

Un debate profundamente humano

Los dos testimonios antes citados recogen el sentimiento y la indignación de la gran mayoría de personas con diversidad funcional. Continúa afirmando César Giménez:

“Observamos con incredulidad que una ley de este calado esté reservada a las personas con enfermedades graves e incurables y a personas con discapacidad grave y crónica, padeciendo un sufrimiento insoportable. Si se hace regular la eutanasia debe hacerse sin señalar a ningún colectivo concreto, apuntarnos es tan ridículo como que alguna persona dijera que solo a los votantes del partido socialista les está reservado solicitar la eutanasia (pasiva o activa, por omisión o comisión, informada o desinformada, cumpliendo una serie de plazos o sin cumplirlo).

”La definición de discapacidad a efectos de esta ley denominando a las personas con diversidad funcional “pacientes” nos retrotrae a tiempos pretéritos y a modelos obsoletos y superados desde la aprobación de la convención de derechos de las personas con discapacidad. Desde esta agrupación ciudadana se cuestiona el olvido de que toda persona es producto de sus características personales y de las características del entorno que le rodea. Antes que plantear una norma de este tipo, quedarían muchos obstáculos y barreras, mentales, físicas y sociales que solventar. La falta de voluntad política en este sentido ha sido y es patente en este gobierno y anteriores.

”El frecuente uso de justificar las acciones propias mediante alusiones a las de  “países de nuestro entorno” no es válido pues nunca se identifica con nombre y apellidos los países a los que nos referimos. Por otro lado, con la globalización, el recurso a los países de nuestro entorno es más inútil que antes, ya que en menos de un día se pueden recorrer los países que más influyen sobre nosotros.

”Todo lo anterior, especialmente la equiparación de discapacidad a enfermedad insoportable, los dos supuestos establecidos, la ausencia de políticas propiciatorias de vida independiente y la incomodidad de vivir bajo el ojo vigilante de un francotirador permanentemente hace que nos opongamos a la aprobación de esta ley” (“Apoyos para la muerte, una sencilla soluzione finale”, publicado el 2 de julio de 2018).

Y Margarita: “Quede claro que a) Nadie debería vivir contra su voluntad: b) El sistema de salud público debería atender a quienes quieren dejar de vivir para que el suicidio sea lo menos violento y doloroso posible. Pero ¿es necesario señalar con el dedo de la ley grupos humanos a los que se les presupone sufrimiento?, ¿hacerlo así no pone (más) presión sobre esas personas para que decidan dejar de molestar?. ¿la existencia de ese dedo legal que te señala no acaba siendo parte del sufrimiento? Si de verdad creemos en (a) y (b), ¿no sería mejor ofrecer estos apoyos a cualquiera que sufra insoportablemente, sin señalar grupos específicos? "Podrán beneficiarse de la ley las personas que padezcan “una enfermedad grave e incurable” o una “discapacidad grave crónica” si no se espera que su situación mejore y les causa gran sufrimiento físico o psíquico.

”Suerte para Ciudadanos que ya no me dieron más ganas de escribir. Ningún control sobre su cuerpo, ¿a qué se referirá, al movimiento, a la voluntad, al deseo, a la falta de recursos propios, comunes, sociales?”.

SUMARIOS

“Eutanasia, intervención deliberada para poner fin a la vida de un paciente sin perspectiva de cura”

“Suicidio asistido libre sí, suicidio asistido selectivo no”

“La equiparación de discapacidad a enfermedad insoportable, hace que nos opongamos a la aprobación de esta ley"

(Humanizar, Nº 160 --Madrid, septiembre-octubre 2018--).