Inhumano
Foto www.es.amnesty.org
De la edición de Alcalá de Henares (1505) o el Diccionario de Autoridades (1734), al actual Diccionario de la lengua española, viene a significar ‘cruel, riguroso, fiero, falto de piedad y misericordia’, ‘cosa sin caridad’, ‘falto de humanidad’. Y si ayer, 10 de diciembre, celebrábamos el Día Internacional de los Derechos Humanos (ONU, 1950), la pandemia ha traído acarreado muchas veces el prefijo in-.
Amnistía Internacional denunciaba el pasado 3 de diciembre, Día de las Personas con Discapacidad, la violación de cinco derechos básicos en España: “En las residencias se ha violado el derecho a la salud, a la vida y a la no discriminación de las personas mayores. Además, las decisiones de las autoridades han impactado también en el derecho a la vida privada y familiar y en el derecho a tener una muerte digna”. Pobreza asistencial, desprotección, prohibición de visitas familiares y atención hospitalaria. El 70% de los fallecidos por covid, ancianos institucionalizados. ¿Casualidad?
Y están los otros residentes, jóvenes y adultos. El CERMI y los órganos oficiales subrayan el apoyo asistencial en centros, hospitales y ayuda domiciliaria; acompañamiento, rehabilitación y atención médica. De soslayo, las políticas transversales, el derecho a la sexualidad, la formación y el empleo. A pie de calle se insiste en la Convención de la ONU, que “Las personas con discapacidad tengan la oportunidad de elegir su lugar de residencia y dónde y con quién vivir” (art. 19). Un giro en la atención al ciudadano con diversidad funcional.
Un sano equilibrio entre la inclusión y el poder elegir libremente el colegio sería otra conquista: “…lo incuestionable es el derecho de cada niño o cada niña para estar allí, junto al resto de su generación en el vecindario donde vive” (Ignacio Calderón Almendros, profesor de Teoría de la Educación). Peor, el confinamiento de las personas con diversidad intelectual, y enfermedad mental. Desde la Federación de Salud Mental de Aragón se apuesta por la asistencia personal.
Los profesionales del cuidado están quemados. El modelo residencial al uso ya no sirve. “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” (Declaración Universal de Derechos Humanos, art. 1). ¿Lograremos quitarnos la máscara interior?
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", viernes 11 de diciembre de 2020).
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