Nuevas formas de amar
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Cada edad, etapa de la vida y de la historia, impasse de sosiego o tiempo turbulento –guerra, hambruna, dictadura, epidemia--, va marcando unos modos de relacionarnos, cortejar, festejar, ligar, atraer, seducir a la pareja. Nada que ver cómo se enamoraban nuestras abuelas, con tímidos acercamientos antes del desposorio, a la libertad pre-sida o pre-covid o este último año. ¿Siguen las mariposas en los estómagos y un canto de ruiseñor en la cabeza?
Escribe Antón Castro en “Los amantes de Teruel”: “Empecé a amarte por la letra redonda de aquella primera carta. / Me llamabas “Madrina, Isabel”. Y luego me hablabas de la nieve, / de la soledad de los campos bajo los bombardeos…” (La danza de la muerte). Catástrofe y amor están presentes en el Decamerón de Bocaccio, o La peste de Camus: “Amar o morir juntos, no hay otra solución”. La realidad supera a la ficción siempre.
Ligar es más difícil con mascarillas y distancia, y pone a prueba la imaginación: palabras que seducen, encuentros y cenas por Skype, intimidad a uno y otro lado, juguetes sexuales que interactúan mediante una aplicación… Vuelven a preferirse las parejas estables frente a la promiscuidad, aunque las que ya lo eran o han fructificado o se han roto de por vida.
Lo de Florencia y Graig, argentina y norteamericano, fue un auténtico flechazo por Instagram, mientras cubrían las protestas anti racistas por el asesinato de George Floyd. “Poco a poco los gritos y las explosiones se alejaron. Permanecimos ocultos más de una hora, para estar seguros de que no nos cogerían si salíamos antes. En ese rato sucedió todo” (Jordi Sierra y Fabra, Las palabra heridas).
Este domingo volvemos a celebrar San Valentín, como en el siglo V, uno de los tres mártires romanos con ese nombre. Posiblemente, el médico y sacerdote que casaba a escondidas a los soldados. Según la ley romana, era incompatible con las armas, y sería decapitado por Claudio II “el Gótico”.
Me impactó el titular: “Una pareja contrae matrimonio en la UCI, justo antes de ser sedados e intubados”. Un amor reposado, como el de la película “Deseando amor”, del chino Wong Kar-Wai. O el de Fermina Daza y Florentino Ariza: “Era como si se hubieran saltado el arduo calvario de la vida conyugal, y hubieran ido sin más vueltas al grano del amor” (El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García Márquez). ¡Feliz Día del Amor!
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Foco", viernes 12 de febrero de 2021).
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