La nueva era
Foto Colpia / A. Tocries / Heraldo
Hay quien se escandalizaría con el movimiento sincrético místico espiritual “New Age” (oriundo de EE. UU. en los años 70, llegaría a Europa décadas después).
La unión cuerpo-mente-espíritu, ¿adónde iba encaminada? Al cambio de milenio, el paso de lo analógico a lo digital se comparó a la invención de la imprenta, en el siglo XV, o la revolución industrial, en el XIX. Ahora es diferente.
Mientras vamos saliendo de una buena, o eso creíamos, salta ómicron y se anuncian más pandemias, la espada de Damocles del cambio climático, o un asteroide que puede chamuscarnos, Otros prefieren evadirse. Los japoneses Yusaku Maezawa y Yozo Hirano –un multimillonario y su asistente–, al mando del cosmonauta ruso Alexandr Misurkin, emprenden su primer viaje turístico espacial. No le extrañe a nadie que me apunte, dada la situación de nuestro hábitat terrestre: gente aterrorizada y psicótica, profesionales de la comunicación que dan sus “fake news” según apunte la veleta, médicos anti vacuna por si acaso algún chip… ¿Y los políticos?
Mejor migramos a la Luna, que no queda muy lejos. Lo vengo soñando hace tiempo, pensando en nuestros hijos, nietos, sobrinos. Tendrían sin lugar a dudas un fututo más pleno, sano y saludable, de edén clausurado en la infancia.
Habría menos efectos secundarios que con la experimentación genética, a lo oveja Dolly del doctor chino He Janku, dos gemelas venidas a este mundo y otra criaturita ya en camino. ¿Para qué preservarlas del cáncer o del sida, si pueden desarrollar mutaciones monstruosas? Y envejecer prematuras, y morir. Al menos Frankesntein era ciencia ficción.
Lo cierto es que algo está cambiando, ¿hacia qué rumbo? La incidencia continúa subiendo entre humanos, mientras una simpática cerdita “Pepa-Pig” campea a sus anchas por el casco histórico e Instagram. Parece que una clave es la vacuna, y detener el envejecimiento de las células. ¿Llegaremos algún día a la planta de la eterna juventud, soñada por el rey sumerio Gilgamesh? ¿O como Prometeo estaremos condenados a enfermar por querer apropiarnos del fuego del misterio absoluto?
De momento, les pido a los Magos, o Sabios de los cuatro puntos cardinales, nos traigan salud.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", 2 de enero de 2022).
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