Entrevista a Javier Sada Beltrán
Foto David Marqueta
Javier Sada Beltrán, presidente de las Cortes de Aragón
Medicina y política tratan de evitar el sufrimiento inútil
Comenzó en la política de casualidad, como una necesidad casi espontánea en el barrio que le vio crecer. Como médico, ha dirigido diversas instituciones, atento a los enfermos crónicos, mentales, los grandes dependientes, los ancianos… Nada es ajeno a su atención.
María Pilar Martínez Barca
José Javier Sada Beltrán nació el 2 de abril de 1956 en Zaragoza. Casado y padre de una hija. Licenciado en Medicina, director de un balneario, gerente del Hospital Provincial de Zaragoza, director del Área de Bienestar Social de la DPZ y del Centro Psiquiátrico de Calatayud.
Alcalde de Ateca (Zaragoza, 1991-2011), portavoz socialista en la Comarca de la Comunidad de Calatayud (1999-2003), diputado en las Cortes de Aragón (VI legislatura, desde 2003), actual presidente de la Cámara en la X Legislatura, desde 2019.
Siempre es grato reencontrarse con Javier. Nuestras madres, amigas desde su más temprana juventud. Nos brinda esta preciosa entrevista, robando tiempo a sus múltiples ocupaciones.
Un niño de barrio
¿Cómo empezó en la política?
En el barrio donde pasé mi juventud era imposible no vivir la política. La política como dedicación la comencé casi por casualidad, al presentarme a la Alcaldía de mi pueblo, Ateca. A partir de ahí, llegó todo lo demás.
¿Cómo recuerda el barrio del Picarral en Zaragoza?
En la infancia, como una vida en la calle, casi como en un pueblo. Cuando fui haciéndome mayor, viendo las diferencias y carencias que había en el barrio, que despertaron mi necesidad de reivindicación.
¿Le preocupa la España vaciada?
No me gusta el término “España vaciada”. ¿Acaso eran mejores pueblos como Terrer (Zaragoza), llenos de gente, pero en los que apenas podían comer unos pocos? Por eso se fue mi padre de Terrer. El problema hay que abordarlo desde las necesidades que tiene el medio rural, y es un problema complejo, pero no nuevo. Está claro que los servicios en el medio rural, desde la democracia, han mejorado. Gran parte de esas mejoras se deben a la labor de los alcaldes y alcaldesas de estos municipios. Son verdaderos conocedores de las necesidades de sus pueblos. Por cierto, yo vivo en un pueblo, Ateca, y se vive muy bien.
Manolo y Elvira, sus padres.
Construyeron su vida sobre la base de mejorar la de sus hijos. Dedicación pleno y esfuerzo para que pudiésemos tener un mejor futuro.
¿Qué le impulsó a estudiar Medicina?
La vocación. Hay dos profesiones que, si se hacen con dedicación y honestidad, son las más bonitas del mundo: la medicina y la política. He tenido la suerte de dedicarme a las dos.
Balneario de Jaraba, Hospital Provincial, Psiquiátrico de Calatayud…
Cada etapa me aportó cosas diferentes. La primera, la recuerdo con añoranza por ser el primer sitio donde ejercí. La segunda, me aportó mucho, sobre todo desde el punto de vista profesional. Y la tercera, desde el punto de vista humano, me permitía todos los días hablar con las pacientes ingresadas (todas mujeres). Era muy gratificante.
¿Cómo estamos de salud los españoles?
Los índices dicen que muy bien, pero con preocupación por algunos cambios en los hábitos de vida, y por las consecuencias de una pandemia mundial tan larga.
¿Y nuestros políticos?
Los políticos son el reflejo de la sociedad en todos los aspectos, y en este también.
Médico de vocación
Director del Área de Bienestar Social de la DPZ, alcalde de Ateca, portavoz del Grupo Socialista en las Cortes de Aragón y presidente de las mismas. ¿Su labor más gratificante?
Sin duda, lo más gratificante, pero también lo más duro, es ser alcalde de tu pueblo.
¿Seguimos excesivamente centralizados?
Para nada. Estamos en un estado que casi se podía denominar federal. El problema no es tanto la centralización, sino la financiación, para asegurar calidad en los servicios que se prestan en Aragón.
¿Se nos trata como a otras autonomías?
Las peculiaridades de Aragón, envejecimiento, dispersión, extensión geográfica… requieren una financiación adaptada a esas circunstancias. Si eso ocurre, podemos decir que sí se trata a Aragón igual.
¿Cómo es nuestra atención sanitaria?
Tenemos una sanidad excelente. En cuanto a los enfermos crónicos, se ha avanzado mucho, pero es uno de los problemas en los que más tenemos que mejorar y actualizar la asistencia sanitaria. La forma de avanzar es la financiación, para poder destinarle más recursos.
¿Hemos gestionado bien la pandemia?
A posteriori, tendremos que sacar conclusiones para mejorar la asistencia en circunstancias parecidas, pero tal y como han ido sucediendo las cosas yo creo que se ha abordado razonablemente bien, gracias a un sistema sanitario y unos profesionales de primer nivel y entregados. Incluso la coordinación entre las comunidades autónomas ha funcionado relativamente bien. Dicho esto, hay que analizarlo, cuando esto termine, para ver en qué aspectos se puede mejorar en circunstancias similares, que seguro habrá.
¿Cómo estamos en salud mental?
Es uno de los grandes déficits en la atención sanitaria. Algo que forma parte de nuestra realidad cotidiana y de las prioridades que debemos abordar, incrementado a raíz de la pandemia. Es un tema que debemos tratar sin dilación y sin escatimar esfuerzos, para lo que se necesitará mayores recursos.
Dependencia. ¿Contamos con suficientes recursos en Aragón?
Nunca es suficiente, y más cuando durante años la financiación que le tocaba poner al Estado ha ido disminuyendo progresivamente. En los dos últimos años se ha cambiado esa tendencia, pero todavía es insuficiente para abordar este pilar fundamental del estado de bienestar. De seis años acá, se ha visto incrementado el número de dependientes asistidos. Aun así, debe haber una apuesta clara del Gobierno central en cuanto a aumentar los recursos, para dar respuesta a este problema.
El Día de Aragón de 2021 se concedió la Medalla de las Cortes a nuestros mayores. ¿Cómo mejorar su asistencia?
En la línea seguida en los últimos años: primero, con una atención primaria que mejore la atención a crónicos; segundo, con una asistencia, durante el mayor tiempo posible, en su entorno familiar. Y, por último, cuando no hay más remedio, mediante instalaciones residenciales lo más parecido al entorno familiar.
Política de primera necesidad
¿Qué tal en Educación?
La educación es la única forma de ascensor social. Es fundamental. No hay duda de que comparada con la de hace veinte años es infinitivamente de más calidad. Baste decir que, en el medio rural, hace treinta años, a partir de los 14 cada uno se tenía que buscar la vida y, ahora, se garantiza hasta los 18. Pero sigue siendo tarea pendiente un pacto por la educación, para salvarla de los vaivenes políticos.
Se intenta que la participación de los aragoneses llegue a su Parlamento…
Sí, a través de muchas formas. Desde la posibilidad de comparecer, de aportar iniciativas o, simplemente de preguntar. Es fundamental que los ciudadanos participen cada vez más en la vida del Parlamento. Es obligación de los y las diputados/as tener el máximo contacto con sus votantes.
¿Qué opina de la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia?
Siempre y cuando se haga con todas las garantías y controles, evitar un dolor y sufrimiento excesivo e innecesario creo que tiene que estar entre los derechos de los ciudadanos. No se trata de una solución a la enfermedad sin cura, sino al sufrimiento innecesario.
La Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, es uno de los espacios artístico culturales más bellos de nuestro entorno. ¿Cómo revalorizarlo tras la pandemia?
Es el monumento civil más visitado de Aragón. Estamos en un proceso de adaptación a las nuevas tecnologías, para que cualquier persona pueda realizar una visita completa con su móvil. La Aljafería tiene tanto que enseñar que estamos empezando a programar visitas especializadas, nocturnas, para disfrutar de este edificio único.
¿A qué dedica su tiempo libre?
A lo que dedica mucha gente: a disfrutar de la familia y de los amigos, del paisaje en el medio rural, la lectura y mi gran pasión, el fútbol.
¿Tiene libros en su mesilla de noche?
Hace mucho tiempo que no porque soy incapaz de leer más de diez líneas a la hora de dormir. Prefiero leer durante el día, cuando puedo.
¿Cómo humanizar la política?
Incrementando el contacto entre políticos y ciudadanos, cosa que, sobre todo en el medio rural, se da de forma constante. Sin duda, es el aspecto en el que más hay que incidir. Los políticos no dejan de ser un reflejo fiel de la sociedad y, por lo que conozco, en Aragón y en este Parlamento procuran estar en contacto directo con sus vecinos.
SUMARIOS
“En el barrio era imposible no vivir la política”
“Tenemos una sanidad excelente”
“Los políticos son un reflejo fiel de la sociedad”
(Humanizar, Nº 181 -Madrid, marzo-abril 2022-).
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