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La lampara encendida

Simientes madre

Simientes madre

Paque Oropesa. Foto: Jesús Alba.

Era la segunda vez en la semana que oía expresiones semejantes desde puntos de vista diferentes. “La depresión, el estrés, la ansiedad, se deben muchas veces a que se nos reduce nuestro mundo. Si abrimos la mirada y nos sentimos uno en el todo, esa simiente madre nos queda para siempre y nos hará generar felicidad”. Lo escuchaba en un entorno espiritual de enfoque yóguico budista.

“Científicos estadounidenses descubren la clonación de células madre adultas con fines terapéuticos”. El entorno es ahora científico, con  un enfoque abiertamente humano.

No se trata de embriones, mórulas o blastocistos (los primeros estadios en la división embrionaria); ni siquiera del cordón umbilical –nada que objetar sobre esto último–. Una célula adulta puede multiplicarse hasta regenerar un tejido óseo, cerrar fístulas o curar infartos cardiacos (son células multipotentes, del mismo al mismo tejido).

Pero el no va más es que del cabello o de la piel de un adulto puedan tomarse células pluripotentes, con la capacidad de transformarse en otro tejido, a saber, neuronas cerebrales, cardiocitos o células cardiacas y hasta tejidos no deseados, como tumores. Se ha comenzado a hablar de la posible cura del alzheimer y el parkinson, afecciones renales o lesiones medulares; e incluso algunos cánceres. ¿Y la parálisis cerebral?

Sabía que llegaría un día en el que asistir a clase con otros compañeros, de poder trabajar, o enamorarme. Costaron décadas de vida ir quitando escalones e inocular las células de una igualdad real. Y en mi centro más íntimo, lo confieso, sueño con que algún día puedan regenerarse las neuronas y conexiones cerebrales, y curar las secuelas de un accidente médico o humano en el parto. ¿Por qué no?

¿Vida eterna? ¿Elixir de la eterna juventud? Nada es para siempre. Sin embargo, bienvenido sea todo avance científico para una mejor calidad de vida. El conflicto, cuando entra por medio un ovocito femenino y pudiera duplicarse o suprimirse a un futuro ser humano. “Meditar, desde cualquier creencia, nos lleva a conocer, a iluminarnos”. Podrán clonar mi cuerpo, pero nunca mi forma de escribir ni mi carácter.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El meridiano", sábado 18 de mayo de 2013).

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