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La lampara encendida

Pobres o ricos

Pobres o ricos

 

 

Foto: Luisa Roco.

 

“Hombre rico, hombre pobre”, así se titulaba una exitosa serie de televisión, estrenada en Estados Unidos en 1976 y traída a nuestra caja tonta, ya en colorines, pocos años más tarde. Me la recordaba el otro día la representación de un clásico de Miguel Mihura, “Ni pobre ni rico, sino todo lo contrario”, estrenado en el Teatro María Guerrero de Madrid el 17 de diciembre de 1943.

Abelardo, un opulento millonario, está dispuesto a perder su fortuna por amor a Margarita, una joven de clase media. Convertido en mendigo, esta lo rechaza de nuevo por demasiado pobre. Emprendedor como es, organiza a los mendigos en la Pobre Trust Company y finalmente recupera sus millones, para terminar renunciando a todo en aras de la libertad”.

¿Historias de la abuela Cebolleta? La obra era representada por la Compañía de teatro Montearagón, bajo la dirección de José Enrique López, en beneficio de ARAPRODE (Asociación Prodesarrollo Psicomotor del Niño). Doce profesionales como la copa de un pino que trabajan altruistamente. ¿Por amor al arte?

Los niños de ARAPRODE son niños con capacidades especiales, de diversidades funcionales muy distintas. En los diez años que llevan caminando, casi desde que nuestros caminos se cruzaron por esas causalidades nunca fortuitas de la vida, la Asociación ha venido desarrollando una labor inmensa. Desde el simple encuentro o la reinserción en el entorno –las familias con hijos diferentes pueden verse aisladas del círculo de amigos–, pasando por terapias específicas –hidro e hipterapia, logopedia…–, a las salidas de los fines de semana, el campamento de verano en la montaña o el apoyo entre los padres.

Ah, y la concienciación en los colegios, esencial cara a una educación realmente inclusiva. “No os imaginaríais de lo que son capaces. Están acostumbrados a las dificultades y tienen una voluntad y unas ganas de vivir impresionantes”, afirma Luisa, maestra de ceremonias y madre de Javier, un adolescente super inteligente e inquieto a quien recuerdo tan apenas un bebé.

¿Una Compañía de teatro que actúa gratis donde se le necesita? Alucinas a cuadros. Como ante tantos voluntarios, en estos tiempos, que regalan su ocio a cambio de ser felices con estos jóvenes, que tanto tienen que enseñarnos. Y vuelvo a mis años casi niños, cuando empecé a salir con otros voluntarios y jóvenes diversos. Y compruebo que una buena obra literaria, como la cualidad humana, son atemporales. ¿Pobres niños? ¿O niños que enriquecen?

María Pilar Martínez Barca

 

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El meridiano", lunes 14 de abril de 2014).

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