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La lampara encendida

Mitos de verano

Mitos de verano

Foto: www.leerescuchando.net

Aquel verano, menos tórrido, me dio por empaparme Las Metamorfosis –más allá de la forma–, del latino Publio Ovidio Nasón (siglo I a. C.), lectura elemental para sofocar la sed intelectual y comprender dédalos y laberintos de este intrincado cosmos que los dioses nos dieron por morada.

Quizá el proceso de la creación, del Caos a la existencia de la Tierra, titanes y gigantes o las edades de los hombres, del paraíso al gobierno de la espada, no sea una sino versión sui generis del Génesis judeo cristiano. Sin embargo, nos identificamos enseguida con la leyenda de Licaón, un lobo para los homínidos inmigrantes. ¿Y no recuerda la belleza de Diana, creída y vengadora del amor de Acteón; o la de Dafne, transformada en laurel por librarse de Apolo, la desnudez de jóvenes que profanan capillas? ¿Cuántos Narcisos en la escena pública se ahogan en sus aguas? ¡Cuánto engañoso canto de sirenas!

La historia de Faetón, en su carro de fuego y de poder; o de Ícaro, convertido en cenizas por su propia estulticia y ambición, son por desgracia demasiado actuales. Aunque la mímesis va mucho más allá del autor narigudo. La otra noche, viendo las reacciones ante el Parlamento griego, recordaba la quema de Troya y su caballo y a un indignado Laoconte. Y es que acaso Júpiter sigue raptando a Europa.

El debate de la LOMCE equiparaba a los consejeros con los caballeros de la Mesa Redonda del rey Arturo, pese a que el Santo Grial, elemento añadido por Chrétien de Troyes, quede hoy en segunda línea ante las decapitaciones de cristianos en tierras no tan legendarias. El mito de Moisés perdura en nuestro mundo; pero a los recién nacidos no se les abandona en una cesta en el río, sino en una asfixiante mochila de montaña en un contenedor.

El ministro Montoro rechazaba la invitación a la televisiva Juego de Tronos, no se le confundiese con un extra; y el mítico intérprete de Lawrence de Arabia, Omar Sharif, nos dejaba este mismo mes. Sin embargo, Sísifo continúa cargando con su pesada roca, Aracne tejiendo altiva su prisión, Orfeo tañando su enamorada lira, o Eneas buscando el regreso a casa y la reinserción familiar. ¿Cuál será la relectura en versión original?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, viernes 24 de julio de 2015).

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