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La lampara encendida

¿Es femenina el agua?

¿Es femenina el agua?

Foto: Cartel de la película

“Si te contara sobre ella, la princesa sin voz, ¿qué diría?”. Así comienza la película ganadora de los Óscar, que se ha llevado además el premio a la mejor dirección, banda sonora y diseño de producción. Un cuento de cuentos, al modo de los “exempla” medievales de El Conde Lucanor, la literatura dentro de la literatura del Barroco o las matrioskas rusas. Y es que pudiera haber reflejos de “El laberinto del fauno” o “Hellboy”; e incluso plagios subrepticios de “Un, dos, tres... Splash” –el joven salvado por una sirena–, “La mujer y el monstruo” o “Delicatessen”. Y hay mucho más.

Guillermo del Toro relata en esta cinta una hermosa amistad entre Elisa y Zeida, dos sencillas asistentas de la limpieza en un laboratorio secreto de Baltimore (Maryland, Estados Unidos), en plena Guerra Fría y carrera espacial. La una, sorda; afroamericana la otra. Trabajo, anécdotas cotidianas… “Algunos de los mejores cerebros del país se orinan en el suelo de este baño”, comentan divertidas.

El otro pie de Elisa, Giles, vecino y artista gay. La diversidad está servida. Todo rutinario –el despertador, los huevos cocidos cada mañana–, hasta que entra en escena el hombre anfibio monstruo, que el coronel Richard Strickland encontrara en un río de Sudamérica. Para Estados Unidos, valioso espécimen cuyo análisis biológico, una vez sacrificado, irá ligado al estudio del espacio. Rusia optará por la eutanasia.

La lucha de poder, los contrarios irreconciliables, la sátira social tamizada de fábula y lirismo. “Cuando me ve, no sabe que esté incompleta. Él me ve cómo soy”. ¿Amor eterno de un dios y una sirena?

No es casualidad que haya ganado otro Óscar, al mejor vestuario, “El hilo invisible”. La obra de Guillermo del Toro y el de Paul Thomas Anderson tienen hebras sutilísimas que los unen. Importante modisto del Londres de posguerra, será Alma, joven apasionada e inexperta, quien transforme la existencia anodina de Reynolds Woodcock, más allá del tiempo y de la muerte. La mano femenina, de hombre o de mujer, que dirige el cosmos. El contorno impreciso de la esencia.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Con DNI", viernes 9 de marzo de 2018).

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