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La lampara encendida

Todos somos ellas

Todos somos ellas

Dana Leonte. Foto https://elpais.com

En poco más de quince días, ¿6, 7, 8, 9 víctimas asesinadas? Está bien la expresión, porque además de ser víctimas las matan, dejando a hijos huérfanos, heridos de por vida o, en el peor de los casos, muertos también por toda una eternidad.

Se suicidó tras herir brutalmente con arma blanca a su pareja; mató asimismo a la madre y la hermana de la víctima; deja morir a su mujer mientras graba cómo le baja el azúcar; encuentras los dos cuerpos en la casa donde ella trabajaba; hallan los restos de la chica, desaparecida hace meses. Viladecans, Mallorca, Pontevedra; Puerto Olímpico de Barcelona, Torrero, Las Palmas de Gran Canaria… La geografía física y humana es variopinta, atroz, salvaje.

Tras dar con los huesos de Dana –¡terrible!--, la joven de Rumanía que buscaba buscarse un futuro en Vélez Málaga, hallan a otra chica de Cornellá de Llobregat muerta a manos de su ex novio en el sur de Inglaterra. Esto antes no pasaba; bueno, ha sucedido siempre, pero no lo sabíamos.

Aunque no. La mujer se debía a su marido, a la crianza de los hijos –hablo de los ambientes más míseros y retrógrados–; puede que no dispusiera de dinero más que para comprar el pan y las judías. Sufrir, parir, callar. Algunas no podían más y se veían lanzadas a lo inevitable. Pero no las mataban, no era lo habitual.

Nos ha costado siglos. El sufragio y el voto, un trabajo más cercano a lo digno, la supuesta igualdad. Y ahora que parecíamos tenerlo… La globalización y la mezcla de culturas sin duda han ayudado mucho, y confundido en parte.

¿Cuándo habíamos oído de ablación genital? Un tema muy distinto, que también raya la vejación femenina más cruel. Los móviles y el whatsapp son de hace cuatro días. ¿No influirán también en que la relación sea más instantánea? ¿Con menos tiempo para el aguante mutuo? Por lo que me han contado, nuestros abuelos no controlaban dónde iban las abuelas, como algunos jóvenes de ahora. ¿Hay más urgencia para el sexo?

Claro, que no va solo contra nosotras. Aparecen en ríos bebés y adolescentes, cajas sorpresa con juguetes eróticos, que luego no son tales, o citas a ciegas que conducen a un viaje sin retorno. ¿Será contagio, como dicen que a veces pasa con el suicidio?

“Ha tenido numerosos trabajos de hostelería, pero siempre quiso ser su propia jefa”. Van ya 47 en lo que va de año. ¿Cuántos huérfanos más?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", viernes 4 de octubre de 2019).

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