Cuesta del 2012
Este año se nos adelantaron las rebajas. Venían los camellos por Oriente cuando ya nuestros grandes almacenes anunciaron sus gangas en esos cartelones para cortos de vista. ¿Quién distingue una estrella entre tanta luz aséptica y de bajo consumo?
Algunos degustamos el turrón antes de las navidades. Porque luego vendría el tío Paco. El gas, las autopistas, el gasóleo, el franqueo de las cartas postales, los transportes urbanos… Los pisos siguen a la baja y a las empleadas del hogar, cada vez más autóctonas, hay que darles de alta en la Seguridad Social por una hora que trabajen. Las colas del Inem y de los contenedores de los hiper crecen de día en día.
Solución: las tijeras. Puestos a recortar, un estudio europeo ha demostrado cómo la capacidad intelectual y memorística ha disminuido de los sesenta a los cuarenta y cinco años como media. Al menos, nos han dicho que las pensiones no se tocan, e incluso se incrementan levemente. Porque no se rebaja la edad para morirse. Ahí está Hawking y sus setenta primaveras.
Claro que la excepción confirmó siempre la regla. Sobrevivir más de medio siglo con una esclerosis lateral amiotrófica (ELA) no es lo más habitual. ¿Y los campus sin barreras? ¿Y las progresivas adaptaciones? ¿Y las ayudas técnicas en su vida académica y personal? ¿Y el transporte? Su segunda esposa era su enfermera. Pero una pareja con uno de sus miembros gran dependiente precisa de asistencia personal, algo que en el Reino Unido y en tantos países europeos, pese a la crisis, es como el pan de cada día.
Nosotros, de momento, sigamos conformándonos con tijeras para diestros y zurdos. Y ya que la cuesta de enero pudiera llegar en 2012 hasta diciembre, que nos construyan rampas no muy empinadas –lo que puede crear empleo-; que podamos subirla.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", miércoles 11 de enero de 2012).
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