Santos del siglo XXI
Imagen: www.rtve.es
Santo, “en el mundo cristiano, persona a la que la Iglesia declara tal, y manda que se le dé culto universalmente”. Me quedo con una acepción más de andar en zapatillas: “Dicho de una persona: De especial virtud y ejemplo”. Y es que a mí me enseñaron a diferenciar el día 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, del día 2, festividad de los fieles difuntos. Santos en potencia somos todos, y muchas veces en acto.
Lo que pasa es que solo reconocemos las bondades del prójimo después de muerto, pero hailos los hay. Más allá de las madres abnegadas, la pareja que sigue dando su vida por amor –literalmente con frecuencia por desgracia–, quien cumple su trabajo con pasión y gozo; mi amiga Elena por ejemplo consulta al corazón y a las estrellas ante cada pequeña decisión. Me recuerda Amparo Portilla, mujer lanzada, enamorada y madre en proceso de beatificación. Así, con y griega, vino Loly a mi vida aquel agosto en unas colonias de la Frater. “Mira, como el Señor sabe que estoy débil me han tocado dos formas. No se le escapa una”. Se ha marchado en silencio, como vino.
Y he conocido a muchos buenos curas, compañeros de viaje y psicólogos. Aunque esto de la santidad tiene su aquel. ¿Hay también jerarquías? En el pueblo hay tres santos: San Roque, su patrón; el beato Antonio Rodrigo, joven mártir franciscano en la guerra civil, y Petra “la chaparrita”, humilde y trabajadora –llevaba las faenas más pesadas– que, de tan pobre, no tuvo ni conocidos que testificasen en su posible proceso. Una lápida sin nombre en la iglesia selló para siempre su cuerpo incorrupto. Solo tres letras: R.I.P.
Mártir, “persona que padece muerte por amor de Jesucristo y en defensa de la religión cristiana”. Pero también, “persona que muere o padece mucho en defensa de otras creencias, convicciones o causas”. ¿En nombre de qué credo tantos niños no llegan a nacer? ¿Por qué murió Asunta, supuestamente en manos de sus padres adoptivos? “Hay que morir alguna vez en la vida. Con solo 16 años es un icono global contra el integrismo. Los talibanes le arrebataron su infancia a balazos. Sin miedo. Sin rencores. Esta es su historia”, así comienza Rosa Montero su entrevista a Malala en El País.
Juan Pablo II, pronto oficialmente santo y mártir él mismo en su natal Polonia, comienza ya a llamarse “el Papa de los mártires del siglo XX” –7000 en España, 200.000 en la Unión Soviética–, como el papa Dámaso lo fue en el siglo IV. Uno de mis santos y mártires favoritos, el Hermano Roger, de la comunidad protestante-ecuménica de Taizé (al sur de Francia).
Y están los ángeles, “en la tradición cristiana, espíritus celestes criados por Dios para su ministerio”. Según la tanatóloga Elisabeth Kübler-Ross, muchos pequeños que fallecen ven inmediatamente antes a sus abuelos o familiares cercanos que ya no están aquí. ¿Peco de heterodoxia si digo que mis ángeles son mis tíos? Mario Vargas Llosa escribe sobre el héroe discreto. El papa Francisco habla de esa clase media de la santidad a la que todos pertenecemos.
María Pilar Martínez Barca
(“Santos del siglo XXI”, Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Día a día", viernes 1 de noviembre de 2013).
0 comentarios