Tiempos recios
“Pídele cuentas al Rey”. Hace poco emitían por uno de los múltiples canales todavía no cerrados de televisión esa sugerente película de Quirós, en la que Fidel –Antonio Resines-, un minero al que acaban de cerrarle la mina, decide desplazarse hasta Madrid. Por el camino, compañeros de viaje variopintos, y muchos inmigrantes. Uno de los primeros títulos que vería en los Cines Renoir.
Era antes del euro y, sin embargo, escenas similares han pasado del cine a la realidad. Solo que ahora hay menos compañeros inmigrantes; y muchos menos jóvenes, que emigran –paradójico- a Alemania. La historia es como un péndulo. Y ya no solo se trata del réquiem por las minas, sino por los salarios y las extras de tantos funcionarios, policías, bomberos, la subida del IVA, las chuches de los niños… ¿Qué brutal cataclismo ha movido los cimientos?
Las tijeras comienzan por la capa inferior. Y cabe preguntarse por qué no se recortan ciertos cargos. ¿El número de asesores es múltiplo del número de políticos al cuadrado? ¿Se quebraría España en pedacitos si le falta el Senado?
Continúan subiendo el desempleo y la prima; los comedores sociales presentan un aumento de usuarios casi de “overbooking”; y la verdad, da lástima ojear cualquier periódico. Y nadie entiende nada ni se dan explicaciones. Para más inri, la tan traída y llevada Dependencia va a quedar por los suelos: se unifican niveles dentro de cada grado, se recorta más del quince por ciento la ayuda al entorno familiar, se intenta incentivar una asistencia personal inexistente. ¿Dónde la promoción de la autonomía?
Y aun con todo, una, que es bien pensada, comprende que ningún organismo enferma de la noche a la mañana, que esto viene de lejos, que si tocamos fondo hay que sentar las bases para emprender un vuelo más seguro; que llegará un día no lejano en el que comenzaremos a subir.
¿Crisis? Reajuste económico, saneamiento, ajustes con Europa. Pero existe otra crisis más personal, más nuestra, ético sociológica ideológica. ¿Otra vez dos Españas, como cantó Machado? Ante tal perspectiva, ¿a quién pedirle cuentas? Don Juan Carlos y su hijo ya se han bajado el sueldo. Según Santa Teresa, es bueno un hombro amigo en tiempos recios. ¿Y si fuese una pista?
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", lunes 23 de julio de 2012).
0 comentarios