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La lampara encendida

Maria Pilar

Maria Pilar

Foto: Heraldo.

Mis padres no tenían Google, pero eligieron el significado que recogen muchos buscadores de nombres de bebé. María, “actualización del nombre hebreo Miryam. Procede de mir, ‘gota’, y yam, ‘mar’. Por eso María quiere decir ‘gota de mar’”. Pilar, “del latín pila, ‘pilastra, columna’, viene de la advocación mariana a Nuestra Señora del Pilar”.

Pero ellos no sabían, igual que otros papás de ahora, que lenguas romances como el español ramificaron y enriquecieron los significados. Según el Diccionario de la RAE no es lo mismo pilar “especie de pilastra, sin proporción fija entre su grueso y altura, que se pone aislada en los edificios”, que pilastra, “columna de sección cuadrangular”, o columna, “soporte vertical de gran altura respecto a su sección transversal” –puede estar adosada al muro u otro cuerpo de la edificación, o aislada y exenta–.

Y no se trata de rizar el rizo, sino de ir a lo esencial. El soporte sobre el que se apoya nuestra Virgen es una columna adosada al muro de la capilla, aunque María se le apareciese al apóstol Santiago sobre una columna aislada en la Caesar Augusta de aquel tiempo. Jesús de la Columna es habitual en la iconografía religiosa, ¿pero María?

Y aun con todo a veces soñaba con llamarme Columna, como la célebre fotógrafa aragonesa Columna Villarroya. Porque María, simplemente María, la señora María, me sonaba a telenovela y a Maruja en zapatillas. Hasta que en el glosario de mi Biblia leí por casualidad: “María. Forma grecolatina del término hebreo Miryam, de significado incierto, acaso ‘la vidente’ o ‘la que hace versos’”. Mis primeros poemarios los firmé como María P.

Pilar, Pili, Pilita, Piluca, Piluchi, Mari Pili… Hoy me da igual el nombre, lo importante es la esencia, la mía y la de cada cual que leéis estas líneas. Sin embargo, me sigo fijando en el detalle, como el niño que ante el cartel publicitario de la película King Kong preguntó: “Papá, ¿qué hace esa señora ahí arriba en su mano?”.

Y nuestra Pilarica me sigue pareciendo diminuta, se me pierde entre sus joyas y sus mantos, como a vista de pájaro, desde lo alto de una noria gigante. Pregón con Oregón Televisión, Macaco. Interpeñas, Trofeos Ciudad de Zaragoza, espectáculo de luces y sonido en el parque Labordeta, los leones del Puente de Piedra… Se nos pierde María, la mujer que dio a luz a Jesús, que lo vio crecer, guardando en su corazón cada nimio detalle, que siguió a su Hijo hasta la Cruz y creó en Pentecostés una nueva Iglesia. Nos perdemos, mientras madres y padres piden que se sirva a sus hijos en los comedores escolares carne sacrificada por el rito musulmán. Pilar, “persona que sirve de apoyo, ayuda y protección”.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", viernes 13 de octubre de 2013).

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