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La lampara encendida

Sin frontera

Sin frontera

Foto: Nilufer Demir. Una foto ya patrimonio de la humanidad.

La RAE también se va adaptando a los cambios sociales y las crisis económicas y humanas –un conflicto nunca puede ser “humanitario”–. En la 22.ª edición de su Diccionario define a los “sin techo”: “Dicho de una persona: Que carece de vivienda y, generalmente, de cualquier medio de vida”. Primero fueron los transeúntes, que irían de ciudad en cuidad sin asiento fijo. Después, los inmigrantes, que hicieron crecer la natalidad y cogieron trabajos que no queríamos los autóctonos. Ahora son los refugiados.

Miedos, fobia a lo desconocido. Las personas también nos dividimos, como las naciones. Alemania, Croacia o Eslovenia, frente a Hungría. ¿Y si se nos cuelan yihadistas entre jóvenes padres de familia, mujeres, niños y discapacitados? Manuel Valls, primer ministro francés, asegura que en Siria está el origen de sus atentados que sufrió su país. Sin embargo, la imagen de Aylan, el niño de tres años ahogado en una playa turca, conmovió el corazón del mundo.

Lesbos, la isla griega de la poeta Safo, idolatrada por Aristóteles, patria sagrada de la lírica y de la apertura en diversidad, se ha convertido en centro neurálgico de un éxodo humano superior al relatado en la Biblia. Son pobres, escandalosamente míseros; pero también médicos, periodistas… En uno de sus hospitales ha nacido Alí, un pequeño que con días ha sido testigo de bombardeos, vallas, expatriación, terror. Aunque ha tenido suerte: podrá contarlo.

Al fondo, un país, o conjura de países, con demasiados intereses, integrismos, abusos y violaciones. En silencio, las sierpes o armas químicas ocultas entre las flores y todos los derechos humanos pisoteados. Desde la otra orilla, personas y ONGs de todas las ideologías y creencias que se vuelcan, abiertas, generosas, con unos pocos euros, una casa, o parte de su vida.

“Escolaricemos a los niños, demos espacio en la universidad a quienes quieran ir y reconozcamos los títulos universitarios de aquellos que los tengan”, ha propuesto Íñigo Méndez, ministro de Educación. Que los jóvenes creen relojes que compartan el tiempo y no bombas; y no mueran más bebés en la basura.

¿Qué nombre dará el DRAE a estos nuevos refugiados “sin frontera”?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Con DNI", viernes 18 de septiembre de 2015).

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