Para normalidad
Foto Rafael Gobantes / Heraldo
El prefijo para- “significa ’junto a’, ’semejante a’”, según el Diccionario de la lengua española de la RAE. Paranormal, “que no puede ser explicado por los conocimientos científicos actuales, y es objeto de estudio de la parapsicología”. Parapsicología, “estudio de los fenómenos y comportamientos psicológicos, como la telepatía, las premoniciones, la levitación, etc., de cuya naturaleza y efectos no ha dado hasta ahora cuenta la psicología científica”.
Fenómenos, conocimientos, comportamientos paralelos a los más habituales. Y una, desde su ignorancia más galopante cada día, se pregunta si esto de los virus de la covid no tendrá que ver con llevar sayo y abrigo más allá del 40 de mayo; con las bolas de fuego que se ven de madrugada; con yacimientos de oro descubiertos entre Saturno y Marte, antiguos valles fluviales y lagos en este último, o incluso universos paralelos en los que el tiempo parece ir hacia atrás.
No sé si bulos o no, circulan por las redes. Que algo está pasando es evidente, para que aparezcan focas en las playas, los buitres agujereen aviones militares, ataquen en escuadrón a un ternerillo frente al clan matriarcal de la vacada, o cangrejos exóticos desafíen a los nativos de Aragón. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, un curioso cocodrilo da la nota y se oculta, como algunos políticos.
Mucho tiene que ver esta pandemia con la biodiversidad. Higiene de los aires y las aguas, no tirar mascarillas ni guantes a parques y ríos, más espacios verdes. ¿Cuántos animales y bacterias quedan por infectarnos? ¿Cuántos experimentos? Y la cadena del ser, o del sinsentido, llega hasta las colas del hambre, o las “cortes de los milagros”. Que se anuncia una recesión a la economía del 45, o una vuelta al crack americano del 29.
Carmen Romeo, entrañable profesora del instituto Goya, hoy jubilada, escribía en su blog, “Letras desde Moncade”, su relato “De la peste al coronavirus”: “… se acercó un poco más a mí y me contó que cada vez que un cometa se acerca mucho a la Tierra, su cola deja grandes desgracias. (…) Y que justo antes de llegar el coronavirus pasó un cometa que tenía una cola. Como la estrella que guió a los Reyes Magos que venían de Oriente”.
¿Nueva normalidad? Mejor realidades paralelas. Al menos, mientras llega la vacuna, o la hecatombe, que nos dejen soñar.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", viernes 12 de junio de 2020).
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