Blogia
La lampara encendida

Cristina Peri Rossi

Cristina Peri Rossi

Foto Antonio Heredia / El Mundo

Hay dos formas de leer: por placer y por dedicación profesional. Reconozco que la uruguaya Peri Rossi, Premio Cervantes 2021, siempre se me hizo un poco dura, lejana a mi sensibilidad creativa. Todo está en los comienzos: “Nací en una ciudad triste / de barcos y emigrantes / una ciudad fuera del espacio / suspendida de un malentendido: / un río grande como mar / una llanura desierta como pampa” (“Montevideo”).

Un padre prematuramente ausente, las bibliotecas, el compromiso, unas primeras clases, el exilio, el amor. “No conoce el arte de la navegación / quien no ha bogado en el vientre / de una mujer, remado en ella, / naufragado / y sobrevivido en una de sus playas” (“Bitácora”). La autora de Viviendo, Los museos abandonados, El libro de mis primos o La nave de los locos, haz y envés del paraíso para siempre perdido, comenzó a escribir en su niñez.

Apasionada, íntima, rebelde, femenina, ecléctica, luchadora, defensora de lo que siempre creyó: “Descubrir a Dios entre las sábanas / --no en el templo fariseo / ni en la altiva mezquita–” (“De aquí a la eternidad”). Exiliada también del boom latinoamericano del momento: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, con el que mantuvo una interesante relación epistolar-amistosa-literaria. Mujer en continua búsqueda de identidad, sexual, geográfica, humana.

“Tu placer es lento y duro / viene de lejos / retumba en las entrañas / como las sordas / sacudidas de un volcán” (“Erótica”). Su madre sí la comprendió. Se impuso la distancia y la memoria: “Prefiero soñar con Montevideo y vivir acá: allí murieron mi madre y mi hermana, demasiada tristeza”.

Narrativa, poesía, ensayo, periodismo, traducción. A partir del 2000, la prolífica autora  sacó los poemarios Estado del Exilio, Estrategias del deseo, Habitación del hotel o Playstation (Premio Loewe 2009), radiografía urbana de su propia soledad.

“La poesía es una percepción; la narrativa, un discurso”. Leer es descubrir, descubrir es amar, conocer, apasionarse. Y encontrarse en el verbo de la otra como en el mismo espejo: “¿Cuál es mi casa? / ¿dónde vivo? / Mi casa es la escritura” (Habitación de hotel).

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 21 de noviembre de 2021).

0 comentarios