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La lampara encendida

Sequía

Sequía

Foto Verónica Lacasa / Heraldo

Troncos, barcos de guerra, cadáveres, necrópolis, termas, ciudades y civilizaciones antiguas… La brutal escasez de agua de este verano, con no más del 25 al 43% de pantanos y embalses, ha dejado al descubierto la belleza de la Tiermas romana en Yesa, el dolmen prehistórico de Guadalperal en Cáceres o “Stonehenge” español –de hacia 5000 años a. C.--, o los buques de guerra nazis hundidos en el Danubio hace ocho décadas cuando huían de la tropa soviética.

Es la otra cara de la moneda de esta bestial sequía que nos está asolando el planeta entero. La situación se agrava en muchos embalses aragoneses. Yesa, Mediano… Algunos cubren solo el 11% de su capacidad y otros aparecen muertos. El cauce Gállego-Cinca está al límite, Huesca apuesta por restringir el agua, Teruel parece algo más optimista. La gravedad extrema llega a Andalucía y el parque natural de Doñana se seca por completo.

Más de la mitad de Europa, de sur a norte, sufre sequía y agrava la crisis económica. Pero es que el mundo está convulso: temperatura extrema, falta de lluvias, cambio climático incorporado. China lleva dos meses con 40º C. y sensaciones térmicas de 50º C.; en el cuerno de África tampoco llueve, la mortandad no sabe ya de cifras.

“Este verano probablemente sea el más fresco de lo que nos quede de vida” (Fernando Valladares, ecólogo del CSIC). No será para tanto, piensan otros; se alternarán veranos más y menos cálidos. Y hay quienes vaticinan que de aquí a 2036 vamos a ir de mal en peor.

Lo cierto es que hasta la fecha no ha sido muy habitual hallarse en una terraza de Soria a 45º C. el mes de julio, que casi me da un yu yu de calor. Y los rastrojos y hasta los girasoles más resecos que nunca. ¿Qué sería de un mundo sin gaviotas, con los últimos peces disecados?

Las llamaron las “piedras del hambre” (hungersteine en alemán), y en los ríos checos y en el Elba han resurgido algunas con los míseros cauces de este año. “Si me ves, llora” reza una de las más célebres, aludiendo a la hambruna, secuela histórica de sequías extremas. Y a una le vienen las palabras parafraseadas de Jesús: “Llorad por vosotras, mujeres de Jerusalén”. Porque si esta de 2022 se cuenta como la peor sequía de la Historia, los augurios no son que digamos muy favorables. ¿Qué han de ver nuestros hijos?

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", jueves 8 de septiembre de 2022).

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