De El tronco familiar
Foto imagen diseño de Immmperium Ediciones, basada en una fotografía Jesús Alba Enatarriaga
Detrás, los surcos áridos, las lluvias, cada espera
que iría germinando crepúsculo a crepúsculo.
Por delante, el futuro más hermoso
transformado en ailanto,
el árbol de los cielos y del amor.
La eternidad sigue perteneciéndonos
redondamente plena, rebosante,
grávida de simientes y hojas frescas. No tendríamos
de temer jamás a los incendios.
Nos hicimos perennes, como el canto
del cisne y del pelícano.
Los ocres ya no duelen si se comparten.
(El penúltimo ocre)
0 comentarios