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La lampara encendida

La ballena azul

La ballena azul

Foto Heraldo. Brazo de una adolesnte.

Se pierde en mis últimos pliegues de la memoria. ¿La traía mi padre de sus viajes en el coche correo, como otras revistas de la época? Internet puede llevarnos a reencontrar las fuentes. De origen falangista, La Ballena Alegre fue una revista y colección, de Editorial Doncel, de literatura infantil y juvenil durante el régimen franquista; con un suplemento semanal: “El Ballenato”. Ut y las estrellas o El niño, la golondrina y el gato no me son desconocidos. Relatos líricos, simbólicos, religiosos, históricos y morales de un tiempo ya olvidado.

¡Qué horror!, que diría Tristón, uno de mis dibujo favoritos. Y sin embargo, últimamente el descomunal cetáceo ha cambiado de perfil.

Me dio náuseas leerlo. Día 1: “Córtate con un cuchillo escribiendo “f-57” en tu mano”. Día 27: “Levántate a las 4:20 y anda a las vías del tren”. Días 30 a 49: “Levántate a las 4:20 am, mira videos de terror, escucha música que “ellos” te envían, hazte un corte al día y habla con “una ballena””. Día 50: “Salta desde un edificio alto. Quítate la vida”.

 “La ballena azul” ha llegado de Rusia por el mar digital a Latinoamérica, China y países europeos; Cataluña, País Vasco o Mallorca. De un lado, jóvenes con trastornos o violencia sexual en su niñez –como Flilipp Liss, de 21 años, acusado de promover suicidios–; de otro, adolescentes inseguros, que necesitan del grupo y lo ven como reto y valentía. Y a Salman Abedi, autor de la masacre de Mánchester, ¿dónde encuadrarlo?

La semana pasada fallecía el tío Aurelio, hermano de mi padre, testigo de un país en blanco y negro y pura represión; tras días de hospital y lucha por la vida más que barojiana. La muerte no es un juego. No todas las ballenas llegan a la costa por voluntad: “Me sobrecogió su magnitud: ocupaba todo el muelle, de punta a punta. Tenía la piel parda y rugosa, con moluscos y anémonas pegados a sus flancos, y, si se quedaba quieta, más que un animal parecía una roca. Pero en algún lugar de esa masa de carne había un pequeño ojo que miraba al mundo enemigo con angustia” (Rosa Montero, Bella y oscura).

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Con DNI", viernes 26 de mayo de 2017).

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