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La lampara encendida

Cincuenta de mayo

Cincuenta de mayo

Foto Jaime Villanueva / www.elpais.com

Por mucho que lo diga la sabiduría popular: “Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo”, estos últimos años parece no cumplirse. ¡Menuda semanita! Y predicen un verano bastante cálido, rozando con lo tórrido. Abundante agua, no salir a la calle a pleno sol, bajar las persianas durante el día –ese invento tan nuestro–, refrescar la casa al atardecer, pasar horas en la piscina o a la sombra de un libro…

¿La mayor ola de calor en los últimos veinte años? ¿Desde 1982? No tenemos certeza, pero sí recuerdo. Aquellos veranos en la playa de la Malvarrosa, en Valencia, con mi madre y mi tía, tostándonos la piel y el interior. Y el estribillo pegadizo aliviando la sed: “Eva maría se fue buscando el sol en la playa. / Con su maleta de piel, y su biquini de rayas”.

La canción del verano y el calor que nos abruma, lo mismo que el amor y el desamor, se han venido repitiendo desde entonces, principios de los 70. Y recuerdo otro verano en Zaragoza, cuando nos visitaron unos amigos de mis padres y sus niños, que me rompieron sin querer las figuritas de cartón de Los músicos de Bremen, el cuento de los hermanos Grimm. ¡Cómo sudábamos!

“Podéis decir a gritos que es la capital de Europa. / Podéis ganar la Liga (podéis ganar la Copa). / Pero al llegar agosto, ¡vaya, vaya! / Aquí no hay playa”. Finales ya de los 80, finalizada mi carrera, a años luz interiormente de la Selectividad aquel agobiante mes de junio. ¡Pero qué agobio!

De “Tractor amarillo”, a la “Macarena” o las “Aserejé”, en los años 90 seguía haciendo calor. Y me acuerdo de Málaga y Jaén, o aquella sobremesa insoportable en Córdoba, donde hubimos de subirnos deprisa al autobús de Disminuidos Físicos de Aragón rumbo al albergue, el termómetro llegaba a los 52 grados centígrados. ¡Madre mía! “Mira lo que se avecina a la vuelta de la esquina. / Viene Diego rumbeando. / Con la luna en las pupilas y su traje agua marina / van restos de contrabando”.

¿El cambio climático? ¿El anticiclón Álex junto al aire cálido proveniente de África? ¿Un meteorito o incluso los efectos de la explosión de algún exoplaneta? “Despacito, / quiero desnudarte a besos despacito, / firmo en las paredes de tu laberinto  / y hacer de tu cuerpo todo un manuscrito”. Estamos más fresquitos en Huesca, destino de nuestros últimos veranos. Siempre que no salte la amenaza nuclear ni una nueva pandemia.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 19 de junio de 2022).

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