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La lampara encendida

Diversa y precaria

Diversa y precaria

Foto: Foro de Vida Independiente y Divertad

Búlgara, discapacitada, prostituta. Suena fuerte, ¿verdad? Al final del túnel de la crisis, para unos, o al principio de una nueva era sin bipartidismo, para otros, continúa existiendo la esclavitud sexual. Y de nada sirve rasgarnos las vestiduras ni cerrar los ojos. Ahí está, como Carlos III y la Puerta de Alcalá.

Vidas precarias es un librito que recoge experiencia de mujeres con diversidad funcional y mujeres asistentes personales en condiciones de precariedad extrema. Pero cuando ambas circunstancias se dan en la misma persona, con un cuerpo defectuoso y una mente turbada e indignada de pura impotencia, la nave personal y social se hunde por sí misma. La protagonista de nuestra historia era sordomuda.

Me imagino en un país extraño, engañada, vendida, obligada a ejercer con lo más íntimo; para que mi salario se lo lleve un imán o un capitalista sin escrúpulos. Sin poder expresarme ni escuchar. Sintiendo solo que se burlan de mí y me pisotean. Y además, me produce dolor y enfermedades. No puedo imaginármelo.

Es solo la punta de un enorme iceberg. ¿Cuántas niñas en esa misma situación? Pero no hay que ir tan lejos. Multitud de mujeres con discapacidad, muchas más de las que pensamos, sufren en carne propia cada día vejaciones, amenazas psicológicas, falta de atención, sobreprotección, agresiones físicas, embarazos… A Beatriz Ejea se le terminó la felicidad de esposa y madre cuando contrajo la terrible enfermedad; su esposo dejó de prestarle la atención básica debida; la ELA no dio tiempo a que nos revelase todo su martirio.

Según las estadísticas, los malos tratos a personas mayores ha subido al 30%. Porque luego se da la vuelta a la tortilla, y los que fuimos cuidados tenemos que cuidar, no siempre altruistamente. No es el caso de mi amiga Manoli, con parálisis cerebral y sin ayuda alguna, con su padre en estado avanzado de alzheimer. Y sigue siendo feliz.

¿Quién lanza la primera piedra? El pecado, como la visión del fenómeno de la dis-capacidad, es más social que nunca. Al menos, el encuentro entre Irene Villa y Teresa Perales, en la recién clausurada Feria del Libro, ha sido y es un soplo de aire sano y fresco. ¡Basta de violar los derechos humanos! Podemos conseguirlo, sin violencia.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Con DNI", viernes 13 de junio de 2014).

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