Reforma lingüística
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Recién nacido 2019, aún queda esperanza en las personas, el medioambiente y los derechos humanos y de los seres vivos. El 29 de diciembre la Fundeu (Fundación del Español Urgente) elegía palabra del año “microplástico”, pequeño fragmento de plástico que se está convirtiendo en amenaza para nuestro entorno y la salud.
Compartirá uso y diccionario con las 748 nuevas voces aceptadas por la RAE, como “sororidad”, ‘amistad o afecto entre mujeres’, o ‘relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento’. ¡Quién iba a decírselo a Unamuno, creador de La tía Tula y de Gertrudis, a la que atribuía dicha cualidad? Junto con “feminicidio” ‘asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia’; “feminazi” versus feminismo; “hembrismo” o ‘desprecio a los hombres’, viagra o maltratar, extendido a los animales.
Estas y otras palabras, trasplantadas del campo médico al social, como viral, indican que algo cambia en la Academia, de filólogos a juristas –Muñoz Machado releva a Villanueva–, cada vez con más mujeres académicas.
Un mundo diverso también en política, que escucha a veces y se hace comprender. A raíz del 40 aniversario de la Constitución, la portavoz del gabinete –válido femenino y masculino–, anunciaba su reforma: “… los poderes públicos realizarán una política de previsión, tratamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos a los que prestarán la atención especializada que requieran y los ampararán especialmente para el disfrute de los derechos que este Título otorga a todos los ciudadanos” (art. 49).
Ni minusválidos ni disminuidos, sino personas con discapacidad, o diversas. Y aquí la señora se lió, inspirada sin duda por el Cermi, –Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad–, no siempre amigo de expresiones como diversidad funcional y vida independiente. Propongo otra definición. Discapacitado –léase genérico–: “Relativo a una persona, que presenta una disfunción, física, intelectual o sensorial, que le limita para el trabajo y otras actividades de la vida cotidiana”. Toda remodelación sociolingüística es siempre poca.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", viernes 11 de enero de 2019).
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