Casa común
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A la popular “Pepa” de Cádiz de 1812 –19 de marzo–, primera Constitución española apoyada en la soberanía nacional, le sucederían en el siglo XIX el Estatuto Real de 1834 y las sucesivas cartas magnas del 37, 45, 69 y 76, alternando los valores liberales y moderados, progresistas y conservadores, monárquicos o democráticos. Ya en el pasado siglo, “la Constitución de 1931 enlazaba con el proyecto republicano de 1873, avanzando en la línea del Estado social y democrático de derecho. España adoptaba la forma de una República democrática de trabajadores, laica y aconfesional”. Una sola cámara, un Tribunal Constitucional y la promesa de autonomía de municipios y regiones.
Todo se fue al garete, y hasta 1978 no sería posible el consenso y la democracia. “… puede definirse con propiedad como la primera Constitución consensuada de nuestra historia. Recogió, junto a la indisoluble unidad de la Nación española, el principio de autonomía de las nacionalidades y regiones, restableció un legislativo bicameral y consagró la monarquía parlamentaria como régimen político del Estado español, definido como social y democrático de derecho”.
Hoy das al buscador y te sale tusconstituciones.es y tantas páginas. En tiempos de nuestros siete padres fundadores no había Internet, ni nadie plagiaba a su vecino. Ni sencillo ni breve. Múltiples reuniones hasta un primer de acuerdo; políticos, juristas, intelectuales…; formaciones diversas, de AP al PCE, pasando por Minoría Vasca-Catalana, el PSOE, Convergència Democràtica de Cantalnya o el central UCD. Detrás, mentes pensantes, como Julián Marías.
Una ley electoral más justa, términos como “disminuido” o “minusválido”, sucesión igualitaria a la Corona por razón de sexo, la condición de extranjería… Muchos revisaríamos y modificaríamos ciertos puntos. Adaptarse a los nuevos retos y circunstancias es índice de salud social. Siempre dentro del marco de la norma y el sentido común (el menos común de los sentidos según Ortega y Gasset).
Por lo expuesto, ante las peroratas de algunos jóvenes políticos cabe preguntarse: ¿Saben qué planeta habitan? “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social” (art. 14). ¿Tanto afecta el clima?
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", viernes 6 de diciembre de 2019).
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