Arcas de Noé
Capilla Sixtina, Miguel Ángel. www.abc.es
“También harás entrar en el arca una pareja de cada especie de seres vivientes, de todo lo que es carne, para que sobrevivan contigo; deberán ser un macho y una hembra” (Génesis 2, 19-20). La mañana del pasado día 13, Domingo de Resurrección, me llegaba por Facebook el “gif” de una paloma blanca planeando con sus enormes alas, una ramita de olivo en el pico. ¿Será así nuestra nueva salida a la libertad?
Ana Frank estuvo más de dos años confinada y su salida no fue precisamente una victoria. Edmundo Dantés, en ‘El conde de Montecristo’, es condenado a cumplir trece años de presidio. El rey Lear y Macbeth, de Shakespeare, serían escritas en una cuarentena; y Miguel de Cervantes engendró ‘El Quijote’ en la cárcel de Sevilla. Mientras que Emily Dickinson se recluyó voluntariamente. ¿Y La noche oscura de San Juan?
Muchos vivimos este confinamiento como una pesadilla. “La verdad os hará libres”. No entendemos. ¿Dónde el verdadero origen? Un amigo médico me comentaba cómo en una pandemia podría agarrar el virus hasta el 80% de la población. Algunos, síntomas leves; otros, asintomáticos; muchos, mortales. ¿Pero nueve de cada diez en residencias? ¿Quién podría explicarlo objetivamente?
¿Cómo ha de ser esta nueva alianza o pacto inter políticos? Se nos habla de ‘arcas’, que nadie sabe aún cómo se van a concretar. Y una se pregunta, desde su ignorancia, si un gran dependiente, en un casual, diese asintomático positivo, ¿quién le proporcionará la asistencia imprescindible las 24 horas? ¿Habría suficientes guarderías si los padres han de ser aislados?
No estamos todavía en un régimen totalitario, que yo sepa, aunque no todos dispongamos de casa con jardín. ¿Nostradamus? El miedo como la fantasía también son libres, y teorías apocalípticas, más de una. Según Rosa Montero en ‘Lágrimas en la lluvia’, el día del fin del mundo podría ser también un buen día para tomarnos unas copas. Coinciden en la idea los pueblos mesoamericanos de origen precolombino, la humanidad vive ahora una fase denominada ‘el quinto Sol’, la anterior terminó en una gran inundación.
“Regresó al atardecer, trayendo en su pico una rama verde de olivo. Así supo Noé que las aguas habían terminado de bajar” (Génesis 8, 11). Los primeros en salir deberían ser los niños, esos pequeños héroes. Ya lo sé, mucha prudencia.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El Meridiano", viernes 17 de abril de 2020).
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