Pandemia intelectual
Ana López, presidenta de Asapme, durante la visita de la consejera de Sanidad, Sira Repollés. Foto Guillermo Mestre / Heraldo
Asapme (Asociación Aragonesa Pro Salud Mental) alerta de la necesidad de más recursos por el auge de trastornos mentales en la pandemia. Problemas como la ansiedad, la depresión, el trastorno bipolar, los trastornos de la conducta alimentaria, la esquizofrenia… eran tratados desde hace años por la Asociación. A los que ahora se unen crisis de soledad, aislamiento, incertidumbre. Todos estamos tocados, aunque no hundidos.
Si la población adulta se ha visto afectadas por las pérdidas, el desempleo, la inestabilidad emocional, el estrés entre teletrabajo y niños… la ciudadanía infantojuvenil muestra aún un mayor porcentaje de problemas. La anorexia, la no aceptación de la propia imagen, el acoso escolar pese al grupo burbuja del colegio, el autoaislamiento, la adicción a las redes y al whatsapp. Las tentaciones de suicidio. Realidades que ignoramos, obviamos o ante las que, más cómodo todavía, cerramos los ojos.
Salimos a la calle y vemos rostros tristes, cabizbajos, como de ancianos que viniesen de un tiempo que no existe. El amigo de siempre ya no es el mismo, dice cosas rarísimas. Y nosotros, ¿nos miramos al espejo? Una losa nos pesa día y noche, como a Sísifo.
¿Dónde la alegría por progresar? ¿Dónde los encuentros de vecinos, familiares, de empresa? Si no hemos podido reunirnos ni para la avería del ascensor. ¿Y el placer de viajar sin pcr?
Y eso sin haber tenido despedidas sin presencia, sin abrazos ni llanto compartido, sin casi duelo. Envejecer también es triste, y más en hospital. Un toro o unicornio persigue al anciano en forma de delirium sin sentido ni lógica. Retorno a la infancia o a miedos ancestrales intransferibles.
Pandemia: “Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región”. Pero hay otra pandemia que sobrepasa la enfermedad, mental o física, la penuria económica, las pérdidas virtuales. Es el desequilibrio de quienes de alguna forma llevan las llaves del timón. Y aquí nos volvemos todos locos, esquizofrénicos, de cabeza.
Nuestro querido y extraño planeta y sus habitantes, ¿verán alguna luz intergaláctica?
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", demingo 5 de diciembre de 2021).
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