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La lampara encendida

Superválidos

Superválidos

Foto Francisco Jiménez / Heraldo

Inválido, minusválido, maxi válidos, como nos definía mi amiga, la deportista y polifacética Gema Hassem-bey. Me quedo con capacidades diferentes. Y hablando de capacidades, la semana pasada se celebraba en Zaragoza el 40 aniversario de la asociación nacional de personas de alto coeficiente intelectual Mensa España, con 600 miembros asistentes.

Hablan de distintos coeficientes de la mente. ¿Cómo calibrarlos? Mis abuelas y abuelos me consta que fueron inteligentes, trabajadores y astutos al mismo tiempo. Y mi bisabuelo Frutos en concreto, ciego por glaucoma de mayor, subía y bajaba a sus anchas las calles de Velamazán sin tropiezo alguno, con un simple garrote y en abarcas.

Me han dicho que mis padres destacaban en la escuela; y a mi madre le regaló la señorita un juego de los Pecados Capitales, similar al juego de la Oca, pero con dibujos de serpientes y escenas de vicios y virtudes. Ahí están las oposiciones a Correos y Telégrafos, que se sacó mi padre en un pis pas, sabiéndose de memoria hasta la fecha cada pueblo de España; o sus tres años de Derecho. Y ahí tenéis a mi madre, cocinera, peluquera y modista de familia y  de guardia, psicóloga, fisioterapeuta… Mi madre y mi tía, “sensus fidei”, un séptimo sentido.

Sus tres hijos, doctores. A uno de mis hermanos le costaba algo más, al otro le bastaba con atender en clase. Y a mí con 5 años me dio por descifrar el universo, dictar poesías que me aprendía de memoria; de dónde viene el alma de los niños, le pregunté a  mamá. ¿Era lógico relacionar la flor de la pasionaria con las espinas que  le clavaron a Jesús? Muchos años después me seguía sintiendo un bicho raro.

Mis sobrinos, súper inteligentes para su tía. Siempre destaca uno en dibujo, el otro en gustos culinarios, la niña en diseñar las camas y los vestidos de las muñecas y sus primeros pinitos en maquillaje. Mami, inventaré una vacuna para no morirnos, 4 añitos. Aprendió a leer solo fijándose en su hermano y todas las banderas del mundo. A los 5, comenzó a encuadernar sus poemas en un librito. Ahora sigue buscando sus estrellas interiores y avanzando en sus estudios de Ingeniería.

No sé si mis sobrinos son superdotados, pero sí muy queridos.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 15 de diciembre de 2024).

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