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La lampara encendida

Pinchazos

Pinchazos

Foto V. M. / Heraldo

Pinchazo, “acción y efecto de pinchar”. Pinchar: “Clavar algo punzante en alguien o algo”. O también: “Poner una inyección a alguien” (Diccionario de la lengua española). Para quienes siempre sufrimos tripanofobia, pavor o temor excesivo a las agujas, nunca dejó de ser una incomodidad exacerbada. Ahora ha cobrado una connotación dramáticamente diferente.

Se ha dado en Gran Bretaña y Francia, y entre nosotros van más de 60 denuncias. Por si la violencia de género no fuera suficiente, o controlar a la novieta por el móvil, el whatsapp o las redes sociales, esta moda reciente de pinchar a las jóvenes que asisten a la disco, un concierto o evento lúdico de masas carece de toda congruencia. “Enojar, zaherir a alguien”.

¿Qué hay detrás de estas agresiones? Moda, broma pesada, deseo de meterse con las chicas, de mantenerlas a raya y a distancia… “Mi amiga me dijo que le habían pinchado, nos volvimos rápidamente y vimos a un chico que salía con una jeringuilla”. No cabe siquiera el estupor. “Dicho de una parte del cuerpo: Producir un dolor agudo semejante a un pinchazo”. Solo que no es semejanza, alucinación ni paranoia; sino drásticamente real.

Puede ir de los mareos a la pérdida de la voluntad y la conciencia. De la inoculación de éxtasis y otras drogas líquidas, a la transmisión, por jeringas infectadas, de VIH o hepatitis. Antaño se pinchaban discos, “poner un disco en un equipo reproductor de sonido”. Últimamente los teléfonos, “intervenir una línea o una comunicación telefónica”. Vamos de mal en peor.

Pincharse es también “inyectarse droga”. Los médicos y expertos ven muy difícil que con un mete y saca de aguja se inyecte realmente una sustancia de sumisión química o alucinógena, para lo que se necesitan unos minutos y el asentimiento de la víctima (sin perder la forma pronominal).

Los nuevos pinchazos connotan amenazas y efectos más oscuros, como un coche que ha de cambiar de pronto de sentido. “Dicho de una rueda neumática y, por extensión, del vehículo o de sus ocupantes: Tener un pinchazo”. O hundimiento de personas, empresas y futuros en común. “Dicho de un proyecto o empresa, o de una persona o equipo: Fracasar en el desempeño de su función o actividad”.

Y aquí todos somos responsables.

María Pilar Martínez Barca

(Heraldo de Aragón, "Tribina", domingo 14 de agosto de 2022).

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