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La lampara encendida

La Trinidad

La Trinidad

Foto https://amigosdeteresa.com. Santa Teresa de Jesús inhabitada por la Trinidad. Icono de Paola Rigamonti, ocd.

Hoy domingo se celebra en el mundo católico la festividad de la Santísima Trinidad, ya desde el siglo VIII y especialmente con Juan XXII (1334). Una fiesta que arraigó, como suele suceder, en la religiosidad y cultura popular de España y Latinoamérica. Castilla León, Andalucía, Zaragoza, Ávila, Soria… En esta última, Fuentestrún, Fuentelsac, Peroniel del Campo, Camparañón o Ágreda.

También en Velamazán, nuestro pueblo, se festejaba la Trinidad siete días después de la venida del Espíritu. Aunque en los años 70 se cambió al tercer día de las fiestas de agosto, tras la Virgen y San Roque, para que los hijos que vivíamos fuera y los forasteros pudiésemos asistir con más facilidad. Supongo que el gaitero, el confitero y los guisos sorianos de la abuela y la madre se combinaban con la misa y la procesión. Después pasaría a ser algo más lait, sin apenas juegos para los peques, la degustación a la tarde en la plaza y solo disco-bar en la noche, sin grupo musical.

Eso es más misterio que la Santísima Trinidad, decía el tío Fermín. Un solo Dios verdadero en tres personas diferentes, ni tú, ni yo ni nadie podemos entenderlo. No le llevaras la contraria. Trini o Trinidad para mujeres, Trinitario en varón, nombres bastante corrientes.

“Pone el Señor lo que quiere que el alma entienda, en lo muy interior del alma” (Vida 27, 6). Teresa de Jesús se sentía habitada por el Padre, de niña, por el Hijo, de joven, por el Santo Espíritu en su ya plena madurez. El gran misterio del amor y la síntesis del ser cristiano.

Tras mi viaje a Taizé, con imágenes y comentarios alusivos, y mi pequeño trabajo de carrera, necesitaba contemplar y examinar el icono de la Trinidad de la iglesia de la Santa Cruz (1686), de Velamazán, que compraron en los últimos años. Un Hijo joven y moreno con túnica roja, un anciano Padre canoso vestido de verde, y sobre sus cabezas un sol dorado de rayos refulgentes representando al Espíritu. No era una iconografía muy frecuente, al lado derecho del retablo, tras el altar. Me gustó.

Dicen que el amor es la única puerta de la mística. Y cada primavera, para la Trinidad, recuerdo un pueblecito de la España vaciada que siempre pervivirá en la memoria.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco"m domingo 15 de junio de 2025).

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