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La lampara encendida

Adviento

Adviento

Foto https://librerias.paulinas.es/

Del latín adventus, ‘llegada’. Pero hay diferentes tipos de advientos o formas de esperar la Navidad: comercial, religioso, interiorizado. Y en este Año Jubilar de la Esperanza que termina, que heredamos del papa Francisco y hemos continuado bajo el pontificado de León XIV, no está mal la perspectiva de paz ruso ucraniana –ojalá se consolidase también en Palestina–, el nombramiento de una nueva Fiscal General del Estado que apuesta por los derechos de las mujeres, el reencuentro familiar de don Juan Carlos, tras editadas sus memorias, aunque sea por un día, o que el equipo del Real Zaragoza parezca remontar. ¿Llegarán a buen puerto?

Adviento: “En algunas Iglesias cristianas, tiempo litúrgico de preparación de la Navidad, en las cuatro semanas que la preceden”. De unos años acá, en nuestras parroquias, sobre todo en la catequesis infantil, se ha introducido la costumbre, originaria en el misticismo alemán del siglo XV, de la corona: unas ramas verdes y cuatro velas de diversos colores, que se van encendiendo cada domingo. Por maque la esperanza vaya bastante más allá de unos simples hábitos y adornos.

Para Pedro Laín Entralgo, la diferencia es leve entre espera y esperanza, provenientes de la misma raíz: “Para nosotros «esperar» es tanto «vivir a la espera» o «en expectativa» como «vivir en la esperanza»”. La primera es más corpórea, la segunda más espiritual. Quizá esas variopintas versiones que el maestro apuntaba en su Antropología de la esperanza, entre el cristiano, el agnóstico y el marxista, con todas sus variantes, se manifiesten hoy en la mezcolanza de espiritualidades y creencias. Desde Teresa de Jesús a las experiencias cercanas a la muerte; del catolicismo, retrógrado o sinodal, al islamismo o la confianza en la reencarnación.

El hombre y la mujer, partes de un cosmos fragmentado, tendemos a la esperanza. Pero con tanta inteligencia artificial y tantos datos y logaritmos, olvidamos la esencia, la memoria. Se llamaba María y quedó embarazada del Espíritu; sufrió, junto a su esposo, crueles pruebas de los religiosos de su tiempo; dio a luz en un pesebre; tras múltiples vejaciones y también alegrías, vio matar a su hijo en una cruz.

Historia y tradición judeocristiana que fundó una civilización, y salvó a tantas mujeres y hombres de la noche. La auténtica raíz de la Navidad. Se nos olvida.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 30 de noviembre de 2025).

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