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La lampara encendida

Puentes sacros

Puentes sacros

Foto www.planetadelibros.com

El “sí” del 87,78% de los votantes españoles al Proyecto de Constitución, en referéndum celebrado el 6 de diciembre de 1978, cambiaría la historia. Fue un tiempo de plena ilusión e inicio de la transición a una joven democracia. Siete padres o barones de los más variopintos partidos de la época –UCD, PSOE, PCE, AP, más catalanes y vascos– llegaron a consenso para dar un paso de gigante.

Lo nunca visto hasta entonces en España, y en pocos países europeos y occidentales, cuanto menos de este y sur. Una democracia ya consolidada el 28 de febrero de 1981, cuando el golpe de Estado del teniente coronel Antonio Tejero a la cabeza. Los tanques en las calles de Valencia, el rey Juan Carlos manteniendo el tipo en uniforme militar por televisión, y el Congreso, en que aún perdura la memoria física de las balas.

El otro día, el rey Felipe imponía el toisón de oro a dos supervivientes de aquella gesta macro histórica: Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Miquel Roca Junyent; junto a la reina Sofía y Felipe González. Nuestra Constitución, con su parte Dogmática, Orgánica y sus Disposiciones Finales, estuvo concienzudamente pensada, elaborada, puesta en práctica. Hasta el punto de reformar, el 15 de febrero del pasado año –publicado en el BOE el 17–, su artículo 49: “Las personas con discapacidad ejercen los derechos previstos en este Título en condiciones de libertad e igualdad reales y efectivas”.

“Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades” (Art. 15). Y en nombre de esa libertad seguimos celebrando mañana lunes día 8 el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 bajo el papado de Pío IX y revelado a santa Bernadette por la misma María. Reza así: “… la santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano”.

No sé si soy abuela cebolletas, pero algunas y algunos que peinamos canas, vivimos la transición y profesamos ciertas ideas católicas caducas, nos libramos generalmente del demonio y la tentación del suicidio. Eso para otro día.

María Pilar Martínez Barca es doctora en Filología Hispánica y escritora.

(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "El foco", domingo 7 de diciembre de 2025).

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