Fin de curso caliente
Foto: www.ediciona.com
Mi sobrino mayor disfruta de un campamento de Inglés por tierras catalanas. En septiembre comenzará ya tercero de ESO, mientras su hermano hará el primer curso en el instituto. Parece que fue ayer cuando jugábamos a aprender los colores y al Veo veo… ¿Llegarán a estrenar eso que llaman LOMCE?
Yo no entiendo de leyes. Solo pido que sigan tan despiertos: “Papá, ¿qué es la corrupción?”. Que muestren su interés por el posible ascenso esta próxima temporada del Real Zaragoza; por los nuevos partidos en el poder; por la última catástrofe que sale en la tele o los niños que lo pasan mal. Que sepan a la vez de la ecuación que tiende al infinito y de las paradojas de la vida ordinaria.
Tan jóvenes todavía, cuentan con una docta experiencia en diversidad humana: de raza y creencias, en el cole; de discapacidad, en la familia. Y saben que su tía no estudió en la escuela, sino con unos libros de Bachiller Elemental del yayo, y después la EGB. El formato y los nombres no importan tanto si hay pasión de aprender.
A nosotros –un grupito de diversos funcionales–nos examinaban profesores externos, cuando el Certificado de Estudios Primarios y el Graduado Escolar. Entonces no teníamos Biología, Geología, Economía ni se habían inventado los portátiles.
Pero basta de la tía Cebolleta; lo importante son ellos. ¿Comprenderán las palabras de Francisco?: “La tradición cristiana nunca reconoció como absoluto el derecho a la propiedad privada”. ¿Y ese power que circula en la Red? No a los crucifijos, reflejo de entrega y solidaridad; sí a los cristos, como obras de arte autonómicas, de Salvado Dalí, El Greco, Zurbarán o Velázquez.
¿Jugarán a las diferencias? Apuesta por la equidad, “que garantice la igualdad de oportunidades para el pleno desarrollo de la personalidad a través de la educación, la inclusión educativa” (LOE, art. 1 b). “De acuerdo con la Estrategia Europea sobre Discapacidad 2010-2020, […] esta mejora en los niveles de educación debe dirigirse también a las personas con discapacidad” (LOMCE, punto V del preámbulo).
Ojalá mi sobrino menor, de siete meses, disfrute de la obra de Antonio Machado, Espriu, Aresti o Castelao. Será signo de cambio.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Con DNI", viernes 26 de junio de 2015).
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