Malikian y las mujeres
Foto: heraldo.es. Ara Malikian en uno de sus conciertos en Oviedo, ante la reina Letizia.
No es lo que parece. No voy a referirme a la vida privada del músico, que no conozco, ni a las curvas y acordes femeninos de su violín. Se trata de otra relación.
Me impresionaron las declaraciones de la infanta Cristina, una mujer formada, culta y trabajadora, independiente. Expresiones como “confío plenamente en su inocencia”, o “firmé por confianza, así me lo pidió y yo lo acepté”, lo echan todo por tierra. ¿No había otra forma de defensa que pasar por víctima enamorada, y además ignorante?
Al otro lado del planeta –nada que ver–, una noticia espeluznante: “Una niña de doce años, contratada por el Estado Islámico, ejecuta a cinco mujeres en la provincia iraquí de Nínive, entre ellas una doctora”.
De una a otra, madres refugiadas que deben permanecer en países colindantes a Siria, o volver a Turquía; trata y tráfico sexual; mujeres que se ven obligadas a encerrar a su hijo por falta de recursos; o historias de diversas funcionales de puertas para dentro. Tras Soraya, una joven más de diecinueve años moría de dos tiros de escopeta en Oria (Almería); el agresor no era su pareja, no suma en la estadística de violencia de género.
Nos casamos menos y más tarde. ¿Avance o cuestión de paridad? El arte y la sensibilidad pueden tener su última palabra, o una nota maestra. Solo dos mujeres, tablas indias y contrabajo, acompañaban a Ara Malikian el pasado domingo en el Auditorio. Salió de la penumbra de su Beirut natal, pellizcando el silencio, como haría en los refugios antiaéreos donde ensayaba de muy niño.
Vivaldi, Falla, Sarasate, Paco de Lucía… Nos cautivó. El “Vals de Kairo”, dedicado a su hijo; “1915”, en recuerdo del genocidio de Armenia; o cuando se salió del escenario para extasiarnos, casi piel con piel, con el “Aria” de Bach –pese a que las personas de movilidad reducida compartimos espacio con el control de luces y sonido–.
Dos días después de que Anselm, Judith, Margarita y Reginette, Misioneras de la Caridad, de la Madre Teresa de Calcuta, fueran asesinadas en Yemen por musulmanes extremistas. Hay silencios que duelen.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "tribuna", "Con DNI", viernes 11 de marzo de 2016).
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