Cenizas
Foto https://rz100arte.com. El Ave Fénix.
“Polvo de color gris que queda como resto de una cosa que se quema completamente”, según el Diccionario de uso del español de María Moliner. Pero también “Los restos de una persona muerta”. Reducir algo a cenizas: “Destruirlo, arruinarlo o devastarlo”. Tomar alguien la ceniza: “Serle puesta en la frente por el sacerdote en la ceremonia religiosa que se celebra el miércoles siguiente a carnaval”. Relacionada con acendrar, incinerar, hormigo, monjas, pavesa, badil, albero, colada…
Si algo tuvo la lexicógrafa fue intuición de árbol, desplegar o abanico de palabras y conceptos, aun sin tener “Smartphone” ni Internet. ¿Qué hubiera escrito sobre el polvo del desierto de hace unos días? ¿Cómo hubiese definido “óvulos congelados”, a ella que se le murió una niña? ¿Y “anencefalia”?
Ya existía el concepto de autismo, más ligado a la concentración del individuo en su mundo interior a los patrones restringidos, repetitivos y estereotipados que define hoy la RAE. Sin embargo, la precariedad de medios en nuestro país no permitía que ningún Jacob Barnett, un niño diagnosticado del espectro autista, fuese profesor adjunto con doce años y doctorado a los dieciséis, intentando echar por tierra la teoría de la relatividad y el “big bang”. También el cáncer era dolencia antigua, aunque nunca la leucemia se convirtió en fenómeno viral –la palabra significaba otra realidad–, como en el caso de Pablo Ráez, inspirador de donantes de médula y chirigotas del humor del bueno.
Ave Fénix: “Cierta ave fabulosa a la que se atribuía que cada vez que moría resucitaba de sus cenizas”. ¿Relacionaría el Etna con el martirio cinericio de Santa Águeda? ¿Y los nuevos planetas, con el avance humano? Lo que ya no encajaría en ningún diccionario de buen uso sería el personaje de “Drag queen”, travestido en Cristo o en la Madre, intentando convertir en bolisas la íntima fe de tantos: “Creencia en la bondad, mérito, valor, verdad o eficacia de algo o de alguien”. No seamos cenizos: “Se aplica a una persona que tiene mala suerte o la da con su presencia”. Es tiempo como nunca de esperanza.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", "Con DNI", viernes 3 de marzo de 2017).
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