Pentecostés electoral
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Significa “quincuagésimo”. Para los judíos, cincuenta días de la entrega a Moisés de las Tablas de la Ley en el monte Sinai. Para los cristianos, pasados cincuenta días tras la resurrección de Cristo, con la venida del Espíritu Santo y el nacimiento de la Iglesia. Pascuas y fechas para celebrar, en un mundo no demasiado religioso, o por contra integrista.
Suman 140 palestinos asesinados en Tierra Santa en este año, y más que rifirrafe entre unos y otros es la eterna pesadilla de nunca acabar. Tampoco los seguidores de Jesús de Nazaret corren mejor suerte en países y entornos islamistas; millones de niñas iranís corren el riesgo de ser envenenadas; y en Afganistán, los condenados son flagelados en público por delito de robo, huida del hogar, alcohol, droga, homosexualidad o relaciones extra matrimoniales. Ucrania sigue en pie de guerra, familias y ciudades desoladoramente destruidas. Y el mundo conocido se nos hunde, literalmente, como la barca en el mar de Galilea.
Las aguas están revueltas, más que nunca, o eso parece. Grecia vuelve a ir a las urnas; y en tal contexto europeo y mundial volvemos a elegir a nuestros representantes municipales y autonómicos. Secuestro de concejales, compra de votos, trapicheos… Al pueblo le interesa la cesta de la compra, la bajada de la luz, el acceso a la vivienda, una buena sanidad o la gestión del agua en tiempos de sequía, esas “peccatas minutas” que son el devenir nuestro de cada día.
Y algo hemos ganado en visibilidad las personas con diversidad funcional. Raquel, aquejada de ela, y esta misma servidora, fuimos llamadas a la suplencia de una mesa electoral; y cierto partido, cuyo nombre no viene a cuento acordarme, me propuso incluirme en su lista por eso de la paridad. Médicamente hablando, es otro gran avance que un interfaz cerebro-ordenador devuelva el deambular a un gran dependiente medular. Queda esperanza.
Falta mucho fuego que encender. “Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: ¡La paz con vosotros!” (Jn. 20, 19). Hoy tenemos una nueva oportunidad de abrir una ventana y escuchar un zureo de palomas.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 28 de mayo de 2023).
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