Inter folklore
Foto representación Sudáfrica
Paz, tolerancia, hospitalidad, sustantivos que definen a la Zaragoza de las cuatro culturas, según la Unesco, “sitio emblemático de la cultura de la paz”. Se iniciaba este viernes la XXXII edición del Festival Internacional del Folklore “Ciudad de Zaragoza”, a los 37 años de que el Consistorio y el grupo Raíces de Aragón acordaran iniciar su singladura.
Durante todos estos años, antes y después de la pandemia, hemos sido testigos del ritmo, colorido y alegría que llenaban las calles del centro, la plaza del Pilar, el parque Delicias o la sala Mozart del Auditorio. Argentina, Ecuador, Sudáfrica, Bolivia, China y diversas regiones españolas han formado, hasta hoy domingo, un hermoso arco iris y un diapasón de distintas armonías.
La música y la danza hermanan voluntades y sentimientos, mucho más allá de la situación sociopolítica de cada entorno. Así la danza de galanteo amoroso Huayra Muyoj, de Argentina, “viento circular” en lengua quichua; Tungurahua de Ecuador, con la fuerza telúrica y del volcán homónimo; Ama Zebra Folclore Dance Ensemble de Sudáfrica, con su rimo ancestral y de tambores, nacido al albur del primer gobierno democrático de Nelson Mandela. O nuestro Baluarte Aragonés y sus peculiares escenografías. Fue la primera tarde.
Ayer noche uniríamos lo autóctono y lo universal. El alegre ritmo del dance boliviano junto a la parsimonia china de los velos y la insinuación. La Esteva de Segovia, con sus bailes de siempre, sus rondas y sus marzas, y las sayas a rayas –que tanto me recuerda a la indumentaria soriana femenina–; Coros y Danzas de Santander, con sus trajes híper coloristas; o la tradición más genuina de Les Folies de Carcaixent, de Valencia. Raíces de Aragón completaría la velada con nuestras jotas más queridas.
La apoteosis de esta tarde ha de marcarnos, como en años anteriores. Aunque la fiesta lleve ya una semana: evento cultural el martes, intercambio de juegos tradicionales el miércoles, el jueves ofrenda a la Pilarica, pase por las calles colindantes y recepción en el Ayuntamiento… Guitarras y castañuelas, tambores y pingullos, música, canto y baile nos convocan a la más sana humanidad, capaz de enlazar puentes y superar diferencias y fronteras.
María Pilar Martínez Barca
(Heraldo de Aragón, "Tribuna", domingo 3 se septiembre de 2023).
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